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  Por: Norma Colet García
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            | Eran las 07:00 a.m.  Finos rayos de sol entraban por las pequeñas rendijas que dejaba una persiana  no del todo bajada. Apenas hizo falta que sonara el despertador cuando ya  estaba en pie. Aún quedaban algunos detalles que ultimar en cuanto a  preparación de maleta.  El amigo Jaribas terminaba recopilando  todos sus aparejos varios para sus cámaras y flashes. Cargadores, baterías,  focos, más focos, objetivos, frontales ocupaban un par de maletas de mano pues  aprovechando que era su primer viaje de buceo en el que yo le acompañaba distribuyó  todo ello para evitar una sola maleta demasiado pesada y difícil colar como  equipaje de mano. Revisé que todo mi  equipo de buceo estuviera al completo colocado en la mitad de maleta destinada  a él. Pocas prendas de ropa ocupaban la otra mitad pues ya se sabe que de  safari por el Rojo uno se viste más bien poco. Todo estaba listo para  marchar así que tras comer un poco nos dirigimos al aeropuerto donde nos  encontraríamos con tres compañeros de viaje. El Prat estaba abarrotado. Todo  eran largas colas e innumerables maletas que nos dificultaban el paso hasta  nuestro mostrador. Uno de los compañeros ya estaba ahí pero con tanta gente  resultaba imposible reconocer a nadie. |  |  
            | Los mostradores de Egypt Air tenían largas  colas, la mayor parte buceadores con destinos diferentes, o bien Hurgada o bien  Sharm el Sheik. Ya éramos cuatro de  los cinco que partíamos de Barcelona esperando el turno para facturar. Al poco  rato apareció el compañero Joan Miquel (sí, el de quedan x días).  Presentaciones oportunas e intercambio de experiencias, nervios y ganas para  empezar ya el buceo en el mar Rojo. Una vez todos facturamos  nos dirigimos a la puerta de embarque donde ya hubo alguna que otra foto del  pequeño grupo. Parecía que el vuelo salía puntual por lo visto algo no habitual  en esta compañía. El vuelo fue como cualquier otro, sin nada que destacar, con  sus tentempiés a cada rato. Ya era de noche en El Cairo y desde las alturas nos  podíamos hacer idea de la gran magnitud de la ciudad. Todo eran luces, neones…  allá donde echaras la mirada. Ya en el aeropuerto internacional de El Cairo, el  transfer de Dahab nos esperaba para darnos el visado y controlar que fuéramos  todos los que éramos. Nos encaminó a la zona de recogida de maletas donde creo  que el único pensamiento de cada uno de nosotros fue que aparecieran nuestras  maletas y que no nos lleváramos ninguna sorpresa desagradable. Todo el grupo de  Dahab ya listo, montamos en un autobús que nos llevaría a la otra terminal  donde cogeríamos un vuelo interno con destino Sharm el Sheik. Hacía algo de fresco,  más bien era un viento el que nos daba esa sensación térmica.
 
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            | La terminal de vuelos  internos parecía algo caótica y muy, muy pequeña. Filas en los mostradores  totalmente desordenadas, facturación un poco al tuntún… En esas colas  coincidimos con Tibu (Óscar y Laura), Sergio  y Eva. Hechas las presentaciones fuimos a la zona de embarque donde esperaban  otros compañeros: Freeman, Pachibio, Txon, Chiqui, Castro, Fernando, Manolete. Sus rostros eran un claro  reflejo del cansancio. Habían iniciado su viaje ese mismo día de madrugada para  hacer visita de las pirámides, Ciudadela, Al Khalili… Todos coincidíamos en el  deseo de llegar ya al barco, poder deshacernos ya de las maletas e incluso  algunos ya pensaban en poder hacer una nocturna nada más llegar. De nuevo el vuelo salía  puntual y se desarrolló sin aspectos a remarcar. Era un vuelo corto, apenas 45  minutos donde el cansancio ya hacía mella en todos y cada uno de nosotros.  Llegada a Sharm donde nuevamente un transfer nos estaba esperando esta vez para  acompañarnos al autobús que nos llevaría a Travco Marina. De camino al puerto gozamos del horrible tráfico  típico de Egipto así que de las innumerables infracciones que se acontecían  minuto tras minuto. Ya en Travco Marina, a los pies del autobús nos esperaba Vicente,  encargado del área de buceo de Dahab Travel así como los dive master y tripulación de los  dos barcos donde nos repartíamos todos los que íbamos en ese bus. Descargamos  las maletas en los carros correspondientes a nuestro barco y fuimos hacía donde  estaba amarrado Snap Dragon.
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            | Ya embarcados, nos  deshicimos de nuestro calzado y pasamos al comedor donde nos esperaba el  encargado de esa zona, Tita, con un pequeño refrigerio. Francisco, nuestro dive  master durante toda la semana,  hizo su oportuna presentación así como la especificación de horarios de las  inmersiones, comidas… Se hizo el reparto de habitaciones y tras hacer entrega  de nuestros pasaportes y títulos de buceo a Suzuki, otro de los dive master, cada uno de nosotros  fuimos a preparar nuestros aparejos de buceo así como deshacer la maleta para  poder quitarla de la plataforma de buceo. Se nos entregaron cajas  de plástico donde poner escarpines, tubo, gafas, plomos… Algunos de nosotros  montamos el equipo de buceo aquella misma noche mientras otros prefirieron  investigar el barco. 
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            | Toque de campana y todo  el mundo a cenar. Era ya muy tarde, cerca de las dos de la mañana. Francisco  nos dejaría dormir  algo más que el resto  de los días pues sólo el primer día haríamos tres inmersiones, el resto cuatro. Amaneció el primer día  de buceo. Eran alrededor de las 07:30 de la mañana. Aún quedaba cerca de más de  una hora para que nos despertaran. Quizás las ganas de tirarse al agua provocó  que algunos estuviéramos en pie tiempo antes. El puerto era un trajín continuo  de carros con botellas, bebidas, hielo… Aprovechamos para hacer algunas fotos  del barco así como del puerto. Cada vez éramos más los  que en cubierta superior estábamos ya deseosos de la primera inmersión. Antes  pero, el toque de campana (que nos acompañaría en avisos de breafing y comidas) nos avisaba  del desayuno. El barco ya había zarpado de puerto camino a nuestro primer punto  de inmersión, Ras Katy. 
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            |  | Ras Katy suele ser la primera  inmersión que hacen todos los safaris para que los dive master testeen el nivel de sus  buceadores. A nuestra llegada, algún que otro barco estaba ya amarrado en la  zona. Para los que era nuestra primera vez en el Rojo nos sorprendía esa agua  tan cristalina donde fácilmente se divisa el fondo así como los distintos peces  que en él habitan. Muchos compañeros exponían la posibilidad de no bajar la  cámara pero como bien dijo el amigo Jaribas, esa es la “peor” inmersión que se puede hacer en el Rojo  pero la mejor con diferencia comparándola con las que se pueden realizar en  España. Tras el desayuno, breafing de la mano de Francisco  en la cubierta superior. Esta primera inmersión se realizaría con aire para  controlar así el consumo de cada uno. Más que nada era una inmersión de testeo,  de los dive master hacia nosotros y de  nosotros a nosotros mismos por lo que a plomos se refiere. El Rojo es un mar  muy salado y un par de Kg más a nuestro lastre habitual son aconsejables. Es una zona con gran  parte de fondos arenosos con poco coral que disfrutar, alguna que otra gorgonia  y eso sí, la suciedad se hace patente pues muchos son los barcos que ahí  amarran y descuidos, todos. El fondo está algo inclinado desde una profundidad  inicial de unos 5 metros hasta los 18-20 metros donde luego hay una caída donde  hay alguna que otra gorgonia. De peces, de todo un poco, nosotros en esta  primera inmersión pudimos ver todos los más característicos del Rojo.
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            | Tras el breafing todos a la plataforma  de buceo para equiparnos. Se hicieron dos grupos a repartir entre Francisco y  Suzuki. Los chicos de Suzuki fuimos los primeros en tirarnos. Se trataba de  tirarse y a la espera del resto de compañeros descender un par de metros para  comprobar nuestro lastre. El mar estaba plagado de pequeñas medusas, las más  traicioneras en cuanto a picaduras. Todo el grupo ya junto iniciamos el  descenso. Como ya comenté antes, la zona no brilla por ser de una flora  esplendorosa pero a pocos minutos de inmersión ya se divisaban los primeros Lionfish, peces payasos, peces  cocodrilo aposentados en el fondo de arena, butterflyfish, scorpionfish… Lo cierto es que en un  pequeño momento ya habíamos disfrutado de todo lo más clásico. De vez en cuando se oía  el terrible ruido de los barcos con fondo de cristal que pasaban por la zona  sin respeto alguno a los buceadores que allí había. La profundidad máxima que  alcanzamos fue alrededor de los 18-19 metros. El agua estaba a unos 21º así que  para la gente no muy friolera con un traje húmedo había bastante. A la salida a  superficie la tripulación siempre muy atenta, estaba a nuestra espera y  facilitaba al máximo la subida al barco. Ya desequipados y desalados algunos de nosotros fuimos a la cubierta más  alta donde está el solárium, en días posteriores conocido como “lagartero” para  descansar un poco y tomar algo el sol antes de comer. La zona dispone de unas  cuantas colchonetas y de dos bancos dispuestos a ambos lados.
 
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            | Cerca de la una del  mediodía, nos avisaron para comer. En el salón estaban ya dispuestas las mesas  y en la zona de buffet estaban los distintos platos a servirse libremente. De  comida había siempre en abundancia y variada. El siguiente breafing sería a las tres así  que quien quisiera descansar algo después de comer debía darse algo de prisa.  Toque de campana, breafing. Nuestra próxima  inmersión era en Shark Reef con visita a la zona de  Anemone City. Esta es una de  las inmersiones más famosas y populares del mar Rojo tanto por riqueza del  medio marino como por la gran abundancia de flora y fauna en los arrecifes. En  ocasiones la corriente sobre todo en el paso entre los dos arrecifes suele ser  fuerte por lo que la tendencia es ir pegado al arrecife. La inmersión empezaría  en el noreste de Shark Reef en una zona muy  conocida, Anemone City donde la  profundidad está entre los 12 y 20 metros. Tras la visita a esta zona se nada  en el azul durante unos pocos minutos para ir a caer directamente a Shark Reef. Claramente reconocible  por sus gorgonias. Aquí hay una pared vertical que desciende hasta los 700  metros. Una docena de metros más adelante, por una zona arenosa, conectaremos  con Yolanda Reef. Volteando este  arrecife en una profundidad de entre los 25 y los 10 metros divisaríamos los  restos del barco mercante, Yolanda así como parte de su cargamento: bañeras,  WC, contenedores… Tras esto y con petición de no hacer la clásica fotografía  sentado en el WC pues todo está ya muy deteriorado, el ascenso.
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            |  | En esta ocasión el grupo  de Suzuki seríamos los segundos en tirarnos tras unos 10 minutos más o menos  del descenso del otro grupo. La plataforma era una fiesta con música típica  egipcia y con la locura que despertaba esa música en la tripulación del barco,  palmas, bailes, silbidos, gritos… Todos ya en el agua,  nada más descender caeríamos en Anemone City. Resulta espectacular ver ese “bosque” de grandes  anemonas de por lo menos dos clases distintas. Estaban plagadas de peces payaso  los cuales al notar nuestra cercanía se acercaban a nosotros como si quisieran  mordernos. Lo cierto es que había de todos los tamaños y los que aparentemente  resultaban más “agresivos” eran los que alguna que otra cría tenían. Tras unos  minutitos en la zona dando tiempo a los photosub iniciamos la travesía por el azul. Era una sensación  increíble de libertad, paz. Nada se veía a ambos lado salvo los buceadores y un  color azul oscuro imponente. Estábamos alrededor de unos 20 metros de  profundidad (lo máximo que alcanzaríamos). Mirando hacia la superficie se pudo  ver algún que otro pequeño círculo de barracudas y observando el fondo,  emperadores y peces unicornio. Unas grandes gorgonias  avisaban de la llegada a Shark Reef.  Volteando el arrecife nos encontramos con peces murciélago, Bigeye Jackfish así como alguna que  otra morena saliendo de su escondrijo. Desde luego me impresionó muchísimo el  enorme tamaño de estos bichos pues comparándolas a las que vemos en el  Mediterráneo las de este último son auténticas piltrafillas.
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            | Nadamos unos pocos  metros más adelante para llegar al siguiente y último arrecife de la inmersión,  Yolanda Reef. En la zona arenosa  entre los dos arrecifes vimos algún que otro pez cocodrilo y pez escorpión.  Rodeando Yolanda Reef, a lo lejos  vislumbramos a un par de peces Napoleón. Cercanos a nuestro punto de ascenso  hallamos los restos del mercante Yolanda. Largos tableros a mí parecer de  madera, se disponían totalmente rotos por el suelo y cubiertos muchos de ellos  por bellos corales. Dispersados por la zona vimos bañeras, montones de WC y  otros elementos de baño que no pude definir bien. Algún pez cocodrilo se veía  entre esos restos del naufragio. Tras la parada de  seguridad ascenso y subida al barco donde una pequeña merienda nos esperaba en  la cubierta de los breafing. Se notaba como este  primer día de buceo hacía mella en la gente en cuanto a cansancio pero aún así  ganas para hacer la nocturna si había en muchos. Poco a poco el día iba cayendo  y para los que era nuestra primera vez en el Rojo, tuvimos la oportunidad de  gozar con una bella puesta de sol, en escasos minutos la maestría de sol  desaparecería para dar paso a una casi luna llena. Vicente que se encontraba en  el Ocean Dream se acercó a nuestro  barco para conocer nuestro nivel de satisfacción con la tripulación, comida, el  barco y ese primer día de buceo. A lo largo del viaje fue haciéndonos visitas  para comprobar que todo fuera según lo acordado. En la cubierta era todo un  conjunto de pequeños grupos de los viajeros compartiendo las SENSACIONES  vividas en esas dos inmersiones. Las primeras tortugas, los primeros arrecifes…
 
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            | De nuevo un toque de  campana anunciaba el último breafing del día. En esta ocasión se realizaría en el parque  nacional de Ras Mohammed al igual que lo había sido ya la anterior inmersión.  Se bucearía en el espacio comprendido entre ambos barcos y por la poca  dificultad que presentaba el buceo aquí ningún guía acompañaba a los  buceadores. Se podían observar con facilidad peces león, morenas, algún que  otro pez piedra (difícil verlos por su gran mimetismo con el medio), calamares,  pulpos, langostas… Los que quedamos en el  barco sin bucear podíamos ver como los compañeros se iban desplazando por el  agua pues claros puntos de luz decoraban la armonía de esa mar. En ciertos  puntos de luz en ocasiones se vislumbraban claros flashazos así que era fácil identificar  a los fotógrafos. Parecía que algo de corriente había pues esos puntos de luz  estaban todos en movimiento hacia la dirección con la que iba el poco oleaje  presente. Tras los 45 minutos los  compañeros iban saliendo del agua y a la espera estaba Tita con un gran  chocolate caliente pues ya a esa hora la falta de sol y la época del año en la  que estábamos provocaba que el frío desgraciadamente se notara más de lo debido. Tiempo para desequiparse, tomarse una ducha y de  nuevo el toque de campana que avisaba de la cena. Aprovechando que el grupo  estaba al completo, Francisco avisa de que ya el siguiente día el despertar  sería a las 05:30 para poder dar tiempo a hacer 4 inmersiones. Ahora ya todos  los próximos días seguirían ese ritmo. Fue cenar y todos fueron yéndose a sus  respectivas habitaciones. Pocos éramos los que nos quedamos algo más para hacer  tertulia.
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            | Según lo acordado a las  05:30 toque en la puerta y grito de “¡breafing!” nos despertaba. Antes pero se nos dejaba tomar algo  calentito pues el sol aún no hacía una clara aparición y algo de fresco en el  ambiente si había. Tras el pequeño desayuno, breafing. Inmersión en el pecio Dunraven. Dunraven era un barco mercante  hundido en 1876 y descubierto en 1977. Quizás a partir de un documental  realizado por la BBC en 1979 el número de buceadores que querían gozar de él  fue en aumento. Este barco transportaba algodón con destino Bombay pero al  chocar se prendió fuego y toda o casi toda su carga desapreció. Se puede  acceder al interior por tres ranuras, proa, popa y en el centro donde se halla  la sala de máquinas. Nos desplazaríamos a la zona con zodiac hasta una región  cercana a un faro. La inmersión empieza en la zona de la hélice, la parte más  profunda. Tras unos cuantos metros entramos en el casco del barco. Para salir  es mucho mejor hacerlo por la zona de la sala de máquinas. A partir de ahí s  explora la zona de proa y el jardín de coral cercano. El sol todavía no había  impuesto su fuerza. El poco aire que se notaba daba lago de sensación de frío.  Una vez con el traje ya puesto, todo ese frío desaparecía, sólo sentíamos las  ganas de sumergirse en el agua. Nuestro grupo era el segundo en desplazarnos a  la zona así que teníamos cerca de 10 minutos de espera. Las zodiac ya estaban de vuelta  así que todo el grupo con aletas en mano estábamos dispuestos a montarnos en  ella. Nos repartimos entre dos neumáticas. |  |  
            | Tras tirarnos a agua y  comprobar que estábamos todos, descendimos hasta los 29 metros, en la zona de  popa donde se podía contemplar la hélice repleta de esponjas y coral duro  incrustado. El barco estaba completamente al revés por lo que en ningún caso se  observaba la cubierta. Tras unos minutos en popa entramos en el casco donde  había grandes grupos de pez cristal. Con linterna en mano fuimos adentrándonos  en el barco hasta llegar a la sala de máquinas donde hallaríamos nuestra  salida. Estar ahí dentro daba una sensación extraña, como si al enfocar en un  punto fueras a encontrar alguna bestia rara encargada de salvaguardar esos  restos. Era una forma de adentrarse en la historia, sentirse como en el año  1876 cuando el Dunraven aún era un barco y no  un amasijo de hierros destruidos por un desafortunado choque y su consecuente  incendio. Con el movimiento de nuestras linternas podíamos observar la  presencia de Lionfish, varios peces cocodrilo  aposentados sobre partes del barco y algún pez escorpión. En la zona de  máquinas una pequeña placa mostraba el nombre del buque. 
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            | Fuera ya del barco, en  el fondo había partes del mástil partido debido al volteo. Fuimos  inspeccionando hacia la zona de proa. El casco estaba repleto de coral duro y  esponjas. Apenas quedaba visible una mínima parte metálica. Para ir concluyendo  la inmersión nos entretuvimos con el gran jardín de coral cercano donde a lo  alto vimos un par de tortugas y un pez Napoleón también alejado de nosotros.  Una pequeña parada de seguridad y fin de la inmersión donde las zodiac estaban esperándonos  para recogernos y de nuevo al barco. Desaladas y con ropas  secas nos esperaba un desayuno que entraba de perlas tras una inmersión y para  mí de estas características pues era mi primer pecio y las SENSACIONES las  recibí a raudales.
 Nos quedaba un rato  antes del próximo breafing así que algunas de las  chicas nos fuimos al solárium a tostarnos como ya era costumbre. Una pequeña  cabezadita y breafing. Bucearíamos en Small  Crack o pasaje pequeño o Fossma Saghir tal y como lo llaman  los pescadores de la zona.  La región de Sha’ab Mahmud se constituye por un  gran y largo arrecife del noroeste al sureste y separa la zona más arenosa al  mar abierto por dos canales conocidos como Small Crack y Big Crack. Nosotros  haríamos inmersión tal y como he dicho antes, en Small Crack que es el canal más  al sur. La parte central de este canal está dividido pues hay una gran  formación de coral dando lugar a dos canales secundarios de poca profundidad,  unos 5 a 8 metros donde en ocasiones la corriente es bastante fuerte. En la  otra parte del arrecife, ya más profunda es donde se puede localizar alguna  tortuga y anillos de barracudas. Nos desplazamos a la  zona en zodiac. Esta era una inmersión  tranquila en el sentido de que no alcanzaríamos grandes profundidades, no más  allá de los 18-20 metros. Y a todos en el agua iniciamos la inmersión. Nuestro divemaster a pesar de lo que nos  había contado Francisco acerca de la profundidad de la inmersión descendimos  hasta los 29 metros.
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            |  | Fuimos siguiendo el  arrecife donde una tortuga con esa belleza tal si volara en el agua se acercó  un poco a nosotros, ocasión perfecta para los fotógrafos algunos de ellos  ahogados tras seguirla un rato. Había mucho coral mesa, gorgonias, coral blando  y anémonas dispersas con sus respectivos peces payaso. Al observar a la parte  alta del arrecife o hacia la superficie vimos un pequeño anillo de barracudas.  Encontramos una anémona roja de una belleza increíble que junto con su pez de  ese color naranja hacía un contraste bellísimo. Cada vez estábamos ya  más cerca de Small Crack y algunos peces Napoleón hacían acto de presencia.  Cercanos al pasaje pude ver alguna vaquita suiza sobre el fondo arenoso, a  escasa distancia de mi. Esta era una zona de poca profundidad así que debíamos  ir bien pegados al fondo pues por ahí pasaban muchos barcos que en muchas  ocasiones hacían caso omiso de la presencia   de buceadores. Suzuki echó su boya y fuimos desplazándonos por ese  canal. Es una zona de agua muy, muy clara, de una belleza extrema. Da la  sensación de encontrarnos en un gran acuario pero esta vez siendo los peces los  del otro lado del cristal porque los raros en esa zona éramos nosotros pues  rompíamos con el continuo contraste de colores vivos tales como rojos,  amarillos, azules de la cantidad de peces que estaban ahí así como de los  amarillos más oscuros de los corales y las gorgonias. Miraras donde miraras,  todo eran estallidos de colores vivos y reflejos solares en el agua que nos  ofrecía al ambiente una belleza indescriptible. |  
            |  | Saliendo ya del canal  alcanzamos una zona arenosa, sin vida. Alguna que otra roca dispersa por la  zona. El barco permanecía a lo alto de nuestras cabezas así que tras la parada  de seguridad, el ascenso. Ya todos en el barco,  este puso rumbo a la inmersión más famosa de todo el Mar Rojo, el Thistlegorm. Había un ratito de  travesía así que las fans del solárium subimos a tumbarnos pues aunque el sol  era horrible, el aire derivado de esa travesía lo hacía más soportable.  Teníamos tiempo de sobra para comer y echar una siesta quien quisiera. A la  llegada al punto de inmersión, los que éramos primerizos en este mar nos dimos  cuenta de la enorme expectación que crea este pecio. Por lo menos éramos más de  15 barcos amarrados así que a saber el caos de gente que habría bajo el agua.  Aprovechando el cuadro que presidía el comedor del barco donde quedaba  representado el pecio, Francisco nos hizo ahí el breafing. Realizaríamos ahí 3 inmersiones, una de ellas nocturna  pues el gran tamaño requería gozarlo por partes. |  
            | Thistlegorm era un barco repleto de  carga militar hundido en octubre de 1941. se encuentra entre los 15 y 30 metros  de profundidad y debido a la cantidad de buceadores que año tras año los  visitan se deteriora de forma considerable quizás hasta llegará un punto en el  que se prohíba su visita. Gran parte de culpa es debido a que los barcos de  safari amarran en el mismo casco del pecio provocando que con el vaivén propio  del mar estas cuerdas tiran del Thistlegorm debilitando su estructura. Años atrás se ideó montar unas  estructuras tales como ganchos alrededor de todo el pecio para ser ese el lugar  de amarre pero resultó ser mala idea pues no aguantaban a los barcos. Sin  ánimos de enrollarme más pues en el número 3 de SENSACIONES tenéis un amplio y  más detallado relato sobre este pecio comento cómo sería la inmersión. 
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            | Nuestra primera  inmersión en él se basaría únicamente en la parte externa del barco así como la  locomotora que quedó algo más alejada. Descenderíamos por uno de los cabos que  estaba amarrado en la zona del mástil principal. Haríamos un pequeño recorrido por  proa donde se observa la cadena del ancla que permanece en el mismo lugar desde  el hundimiento así como de la locomotora que quedó unos metros apartada del  resto del pecio. Con babor a nuestro lado izquierdo iríamos yendo hacia popa  parando antes en la zona donde recibió el impacto de la bomba. De camino a popa  está la antiaérea. Ya en popa, veríamos que esta está inclinada unos 46º y es  la región con mayor profundidad. Dada toda la vuelta al barco, regresaríamos en  busca del cabo que nos llevaría a nuestro barco. En esta ocasión, el  amigo Jaribas no nos acompañaría pues  se iba con Vicente a la zona del ancla del Thistlegorm siguiendo esa cadena mencionada antes hasta varios metros  de distancia. 
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            | Había que tirarse rápido  al agua y bien cercanos al cabo pues había algo de corriente y fácilmente  podíamos irnos a parar lejos de esa cuerda. Fuimos descendiendo agarrados a ese  cabo, uno tras uno. Cercanos al mástil nos fuimos soltando y allí quieto un pez  cocodrilo parecía estar a nuestra espera. De camino a la locomotora un pez  trompeta de gran tamaño parecía proteger el fondo de nuestra presencia.  Continuamos hacia adelante hasta llegar a la zona de impacto de la bomba  alemana. Esta región se correspondía al agujero 4. Se veían claramente los  obuses con el nombre y el año del barco en ellos grabado; un par de tanques,  uno de ellos volteado y restos de tráileres que transportaban dicha munición.
 Seguimos hacia popa  donde hacían acto de presencia las dos grandes anti aéreas inclinadas al igual  que esta pare del barco unos 45º. Girando por la hélice del pecio comprobamos  una hélice muy pulida pues existe  la costumbre  de al pasar por ahí pasar la mano sobre la hélice y tocarse el corazón como  forma de asegurarse el regreso a este punto de inmersión. Regresando ya al cabo  pasamos por el puente del barco donde se encontraba la cabina del capitán y la  cocina donde todo lo que allí había se lo llevaron, incluso un telégrafo por lo  visto de gran belleza. A nuestra espera en el  cabo, otro pez cocodrilo  que tan pronto  nos vio llegar se fue. Uno a uno agarrándonos a ese cabo para llevar a cabo  nuestro ascenso. A medida que nos acercábamos a la superficie la corriente se  hacía más palpable. Las burbujas ahogaban la zona y enturbiaban nuestra visión.  Uno a uno y observando que en la escalera de nuestro barco no hubiera nadie nos  fuimos soltando del cabo y aleteando con fuerza hasta el barco. Había sido una inmersión  basada en introducirnos en la historia de un barco que desafortunadamente fue  detenida ¿por un error? Se vivían en ese barco unas sensaciones únicas, una  forma de sentirse como en aquellos años difícil de explica. Por suerte, esas  sensaciones experimentarían mayor impacto en las próximas inmersiones cuando  nos introduciríamos en los distintos agujeros del barco para ver toda la carga.
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            | Hasta la hora del breafing de la nocturna los  comentarios más oídos eran acerca de este barco, el agobio que producía ver a  tanto buceador en la zona y lo boquiabierto que nos dejaba tal maestría. Cuando el sol ya hubo  caído, pequeño breafing para aquellos que  quisieran hacer la nocturna. Esta vez, la inmersión se desarrollaría por el  interior del Thistlegorm, observando así toda su  carga. Parecía ser que la corriente iba a ser la misma que antes pero no fue  así por desgracia de muchos que no nos metimos en el agua por ese mismo motivo.  No encontraron nada de corriente y tuvieron la suerte de estar ahí abajo casi  completamente solos, sólo les interrumpía la paz que allí vivían el golpeo  continuo de la cadena del ancla sobre el casco pues algún barco de safari había  amarrado en ella. Salieron del agua y no hacían más que darnos envidia y  ponernos los dientes largos y provocarnos unas enormes ganas de que llegara el  siguiente día para realizar esa misma inmersión. Tras la cena, Francisco nos  hizo el breafing pues a la mañana  siguiente se nos levantaría cerca de las 05:00 para entrar pronto en el agua y  evitar encontrarnos con muchos buceadores de los barcos vecinos.  |  
            | La inmersión se  desarrollaría en el interior del pecio. Veríamos 3 de los 4 agujeros que tiene  el barco pues el agujero 4 corresponde al lugar de impacto de la bomba alemana.  Entraríamos por el agujero 1 donde en el nivel superior encontraremos los tráileres  uno al lado del otro, motocicletas (algunas con sidecar) y en el nivel inferior  coberturas de aviones, rifles y generadores eléctricos. Este primer agujero  tiene un par de canales que conectan al agujero dos. Este segundo agujero,  dividido en dos niveles encontramos en el superior tráileres, motocicletas,  camiones, jeeps Morris. El nivel inferior está repleto de camiones con  motocicletas, motocicletas con sidecar, tráileres, alas de avión, coberturas de  reactores de avión, tráileres con motocicletas y muchas botas por todas partes.  El agujero 3 no nos ofrecía nada especial pero era un buen lugar de entrada  para ir al 2 o bien de salida de este mismo. |  |  
            | Desde esa noche nos  acompañaría en el resto de inmersiones la videografa Vito, miembro del equipo de Dahab. Vito nos realizaría en  estos últimos días un vídeo recordatorio de nuestro safari a comprar  voluntariamente el último día. El despertar de la  mañana siguiente fue muy rápido. La gente desayunó algo caliente con mucha  velocidad y enseguida nos equipamos. El sol todavía no había aparecido así que  casi sería un inicio de inmersión como una nocturna pero no importaba porque  estaríamos en la zona interna del barco y la luz solar de poca ayuda era. Nos  fuimos tirando rápido en el agua y aún así de nuestras preocupaciones de  madrugar mucho, gente de otro barco ya estaba antes que nosotros en el agua. Descendimos por el cabo  y pronto nos soltamos para introducirnos enseguida en el interior del barco y  evitar así encontrarnos demasiados buceadores en la zona. El interior estaba  repleto de sedimento así que hay que ir con mucho cuidado aleteando para no  entorpecer la visión a los que por detrás se van acercando. Habíamos entrado por el  agujero 1 donde dos grandes camiones estaban dispuestos uno al lado del otro.  Todo cubierto de lodo menos unas pequeñas zonas de los cristales. Al lado había  varios protectores de reactores de avión así como aparejos de camión. Esas  motocicletas provocaron en mí sentirme en la clásica película “La Gran  Evasión”. Era como si Esteve McQueen montara una de esas motos escapándose de  la cárcel donde lo retenían. 
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            | Era como sentirse en  plena Segunda Guerra Mundial por lo que allí se veía. Fuimos dirigiéndonos al  agujero 2, al nivel inferior. La parte alta estaba llena de buceadores así que  modificamos algo la ruta para poder estar más solos. Toda la zona estaba repleta  de tráileres y miles de botas por todas partes, camiones con motocicletas  cargadas. Las motocicletas habían sufrido ya saqueos pues carecían de sus  faros, manillares, sillines… Algunos de los camiones tenían la chapa de la  cabina rota y su interior estaba lleno de botas perfectas a pesar de los años  que hacía que permanecían ahí hundidas. Subimos al nivel superior donde algo de  tráfico de buceadores nos hizo esperar a que pasara un grupo. Esta zona  superior estaba organizada en filas de motocicletas, tráileres, jeeps Morris y  camiones.
 Era una experiencia  increíble el poder estar ahí contemplando esa parte de historia donde por  desgracia la mano humana había hecho ya varios saqueos y no todo estaba tan  intacto como a uno le gustaría. SENSACIONES continuas segundo a segundo  mientras nos íbamos desplazando por ese barco. Me sentía privilegiada pudiendo  estar ahí, “tocar” con mi mirada toda esa hermosura que contemplaba. Podría  pasarme horas allí abajo si el aire me lo permitiera contemplando una y otra  vez todo lo que Poseidón poseía y protegía. La subida por el cabo se  realizó con mayor facilidad que el día anterior. Ya en el barco había como una  pequeña euforia colectiva por todo lo que allí abajo habíamos visto y  disfrutado. El desayuno fue igualmente un cambio de impresiones y sensaciones. Mientras algunas tomaban  el sol, otros contemplábamos las fotos de los compañeros y hacíamos enloquecer  a Tita con el videoclip de Alex Gaudino “Destination Calabria” el cual lo  grabó incluso en su móvil. Debido al madrugón nos quedaba algo más de tiempo  entre la primera y segunda inmersión así que muchos lo aprovecharon para dar  una cabezadita. |  |  
            | Toque de campana y nuevo  breafing. En esta ocasión  haríamos incursión en el pecio Sara H, quizás más conocido como Kingston. Se  encuentra en la zona de Shag Rock al sur de Sha’ab Ali y su nombre se debe al  arrecife señalado por un pequeño faro en la zona sureste. Este pecio durante  mucho tiempo fue llamado erróneamente Sara H, un nombre imaginario pues no hay  ninguna embarcación con ese nombre. Este barco mercante de origen británico y  con destino a una región al sur de Yemen chocó con el arrecife en febrero de  1881. La inmersión se inicia en la popa del barco donde la hélice está  completamente intacta. La ruta sigue en el interior del casco fácilmente  accesible por un puente de madera y es una zona muy iluminada por los rayos  solares. Los restos de la sala de máquinas con las calderas son aún visibles  cerca de una proa completamente destruida por el choque. A la derecha del pecio  quedan los restos de mástil aposentados en la arena. Desde el pecio, la  inmersión se sigue hacia la derecha o izquierda para contemplar la hermosura de  ese arrecife.
 La zodiac nos llevó al punto de  inmersión. Fuimos descendiendo hasta llegar a la popa del barco. Una gran  hélice cubierta por coral duro y esponjas era nuestra primera visita. Tras  contemplarla accedimos al interior del barco de una forma muy sencilla. Estaba  todo muy bien iluminado únicamente por los rayos solares así que la linterna  era un peso más en el jacquet. Fuimos hacia los  restos de la sala de máquinas donde aún quedan las calderas intactas. Suzuki  encontró en esa zona los restos de un esqueleto pero desconocemos de que animal  se debía tratar. El cráneo era bastante grande así como el resto de los huesos  que lo formaban. Subimos por la pared del casco para cruzar ese barco y ya  salir de él. Ya en la parte alta algunos peces cirujanos custodiaban la zona  resultando agresivos si notaban nuestra cercanía. |  |  
            | No había mucho más que  ver de ese pecio así que iniciamos la segunda parte de la inmersión que no era  más que contemplar la flora y fauna de ese arrecife. Había algo de corriente  así que se hizo algo aburrido pues no había opción a detenerse porque el mar te  llevaba consigo y para los fotógrafos representaba también un problema pues al  hacer una foto después debían aletear un ratito para alcanzar el resto del  grupo. Suzuki encontró una pequeña estrella de mar con la que jugó un rato  mientras nos íbamos desplazando. Si nos alejábamos algo del arrecife se notaba  como una corriente quisiera empujarte hacia el abismo así que lo mejor era  controlar mucho la cercanía con el arrecife. Lo cierto es que la  inmersión parecía haber sido muy corta por el tema de la corriente que nos iba  llevando en zonas algo más rápido que en otras. En el punto final de la  inmersión nos detuvimos cerca de los 3-5 metros para la parada de seguridad de  turno e iniciamos el ascenso. Pusimos rumbo hacia el  arrecife de Abu Nuhas que en árabe significa  el padre de Cargueros, nombre puesto por los pescadores de la zona que solían  encontrar muchas partes de los cargueros en sus redes: pertenecientes al Carnatic y a otros navíos  hundidos en la zona. El arrecife está situado en la parte central del estrecho  de Gubal justo al norte de la  isla Shadwan la cual está a unas 3  millas aproximadamente.
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            | Numerosos barcos se  hundieron en este arrecife medio sumergido y que antes no tenía ningún faro.  Cuatro de ellos hoy en día son visibles y en muy buen estado. Estos transforman  el arrecife de coral de Abu Nuhas en  uno de los sitios más apreciados por los buceadores que acuden al Mar Rojo.  Todos los pecios yacen en la parte norte del arrecife expuestos a vientos,  oleaje y que se extiende de oeste a este. El barco más antiguo de todos es el Carnatic hundido en 1869, el más  joven de los pecios aún visibles es el Ghiannis D, hundido en 1983. Otro barco llamado Olden y que transportaba  lentejas se hundió en 1987 pero desapareció probablemente en aguas tan  profundas que no se ha encontrado. En la parte sur del arrecife, delante de una  laguna baja sin ningún acceso, es la única protección segura para el amarre de  los barcos. Hacia el sur, entre Abu Nuhas y Shadwan, hay tres pequeños  arrecifes llamados Yellowfish Reefs debido a la gran  multitud de peces amarillos: peces mariposa, labios dulces y goatfish. Esta zona puede ser  una alternativa en el caso de que la meteorología no acompañe para visitar los  pecios. Tras haber comido y  descansado un poco toque de campana anunciaba el siguiente breafing. Íbamos a hacer  incursión en el pecio Ulysses, un barco al estilo al Dunraven ya visitado días antes  o bien al Carnatic visitado  posteriormente, mitad de velas y mitad de vapor. Se hundió en el arrecife de Sha’ab Gobul en agosto de 1887 rumbo  a Penang, Malasia. Un mar muy en  calma le impidió ver el arrecife con el chocó sin la más mínima posibilidad de  esquivarlo. Esta es una región muy frecuentada por delfines así que quizás  teníamos la gran sorpresa de bucear con ellos. La inmersión empezaría en la  zona de popa que yace a unos 27-28 metros. 
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            | Rodearíamos esa zona del  barco por el exterior para después adentrarnos en su estructura y desplazarnos  por todo su interior. El barco yace inclinado y no suele ser una zona donde  haya demasiada buena visibilidad. La travesía hasta el punto de inmersión con zodiac era algo larga, cerca  de los 15 minutos así que había bastante tiempo entre un grupo y el otro.
 
 Ya tocó nuestro turno.  Nuestro grupo repartido en las dos zodiac pusimos rumbo a la zona. Los que manejaban la zodiac competían entre ellos  para ver quién era el más veloz. En esta inmersión Vito nos acompañaba pues en  las otras inmersiones había estado con el otro grupo. Ya en la zona nos fuimos  tirando de la zodiac e iniciando el  descenso. Tuvimos que aletear unos minutos hasta llegar al barco pues habíamos  caído un pelín alejados. Llegados ya al barco lo contemplamos exteriormente  donde había muchos peces cristal, peces murciélago, bancos de fusileros y algún  que otro pez león. La visibilidad no era demasiado buena así que entramos  pronto dentro del casco y lo recorrimos como un par de veces pues lo cierto es  que había muchas ganas de ver delfines y como el aire nos lo permitía pues  volteábamos a ver si había suerte. En una de estas vueltas  Suzuki pareció oír el clásico chillido de los delfines y se le observó como  nervioso mirando a todas partes pero por desgracia ningún delfín buceó con  nosotros. No había mucho que ver y con esa visibilidad menos aún así que pequeña  parada de seguridad y ascenso donde  a lo  lejos ya se veía el otro grupo irse hacia el barco. |  
            | Ya todos desalados se  nos comentó que existía la posibilidad de ir   a visitar la isla de Shadwan así que cogimos todos nuestras chanclas y con las zodiac nos dirigimos a ella.  No era más que una isla tampoco de grandes dimensiones con playas vírgenes y  con trozos de coral esparcidos por toda la superficie. A lo alto un faro donde  algunos quisieron acercarse. La puesta de sol la contemplamos en esa isla y lo  cierto es que fue de una belleza indescriptible. A lo lejos, justo en la zona  donde se encontraba hundido Ulysses vimos delfines como saltaban en la superficie. Pasados  unos minutos observamos como esos mismo delfines estaban justo al lado de  nuestro barco así que corrimos a las zodiac y nos dirigimos hacia ellos. Fue una persecución de  varios minutos donde los flashes eran continuos y nadie quería perderse esa  gran foto. Cruzaban de un lado a otro de nuestras zodiac, saltaban fuera del  agua dejándonos a todos embobados y se iban yendo hacia una playa algo lejana  al barco. Tras un largo rato persiguiéndolos nos fuimos hacia el barco donde no  hacíamos más que hablar de estos encantadores animales. La emoción del momento  me hizo tener ganas de hacer la nocturna. Esta sería visitar un pequeño barco  hundido que quedaba justo debajo del Ocean Dream que estaba amarrado a  unos 200 metros del nuestro. Se trataba de ir nadando en línea recta hacía el Ocean Dream para poder alcanzar ese  pequeño barco. En el espacio comprendido entre ambos barcos parecía ser que hay  un gran jardín de coral duro.
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            | Nos fuimos equipando y  las parejas de buceadores iban tirándose al agua. Junto con Suzuki fuimos los  últimos en tirarnos. Nada más iniciar el descenso dos grandes calamares  aparecieron frente a nosotros. Todo el fondo estaba cubierta por corales y esa  tenue luz de nuestras linternas daba la sensación de que eso era como un  cementerio. La misma sensación lúgubre y tétrica. Algo más alejado de nosotros  un pequeño pulpo entre un par de corales permanecía a la espera de algún pez  para poder comer. Peces león que al enfocarlos se acercaban a nosotros y alguna  que otra sepia. Tras unos minutos de travesía alcanzamos el pequeño barco pero  como estaba plagada de buceadores nos fuimos por las cercanías. De pronto vimos  una gran morena con una cabeza de pescado de considerable tamaño. Cada vez que  la enfocábamos volvía de nuevo a su guarida así que esperamos un rato con las  linternas apagadas y al iluminarla vimos como se alimentaba de lo que para ella  era un gran festín. Pasamos largo rato observándola y cuando parecía estar algo  despistada Suzuki le arrebató esa cabeza de pescado para ver si conseguía  hacerla salir de su escondite pero por desgracia no fue así.
 
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            |  | Volteamos por algunos de  los restos de ese barco y de pronto nos detuvimos en una zona arenosa donde  había algo que hacía diferente ese arena. Suzuki agitó con la mano el agua  cercana a ese fondo y de pronto apareció una raya. Por lo visto, según nos contó,  mientras le quitaba esa arena de encima notaba como le subían como pequeñas  descargas hacia la mano. Resulta increíble la de misterios que guarda el mar. Estuvimos dando tumbos  por la zona encontrando peces cocodrilo escondidos entre algunas rocas, un  pulpo bastante grande que al notar nuestra presencia cambió su aspecto, algunas  morenas pero ya de menor tamaño y de un color blanco amarillento y peces león  que cada vez que alguien los enfocaba de frente se acercaban  a nosotros. Era mi primera nocturna y lo  cierto es que me pareció completamente distinto a una diurna y las sensaciones  que uno vive no tienen nada que ver cuando hay luz solar. Fuimos yendo hacia  nuestro barco aunque alguno hubo que se confundió y se quiso subir al Ocean Dream. A nuestra llegada  esperaba Tita con el clásico chocolate caliente de esa inmersión que iba de  maravilla pues se notaba algo más de frío que de día. Durante la cena se nos  comentó que al día siguiente íbamos a gozar de una sorpresa de mano de Suzuki  pues nos iba a llevar a un sitio fuera de ruta en el cual sólo nuestro barco  estaría allí. Las primeras inmersiones del día se realizarían nuevamente en el  arrecife de Sha’ab Abu Nuhas pero con un madrugón  más ligero que días anteriores. |  
            | Sobre las 06:30 toque en  la puerta y aviso de breafing. Al subir al comedor ya  nos esperaba Francisco con el clásico dibujito de la inmersión. Mientras  tomábamos algo calentito él nos hizo el breafing. La inmersión se realizaría en el pecio Carnatic situado al este del Ghiannis D. el Carnatic fue un elegante  carguero británico construido en 1862 por la compañía londinense Samuda Bros y era una mezcla entre  velero y barco de vapor. El Carnatic servía en la zona de Suez-Bombay y algunas veces llegaba  hasta China. En septiembre de 1869 camino a Bombay chocó con el arrecife de Abu  Nuhas esparciendo toda su  enorme carga de lingotes de oro que fue recuperado a principios de noviembre de  1869 aunque la leyenda dice que aún quedan algunos lingotes en el interior del  barco. Después del impacto, el  capitán Philip Buton Jones no era consciente  de la peligrosa situación para pasajeros y tripulación así que esperó la  asistencia de otro barco de la misma compañía que estaba en su misma ruta. Pero  de repente el nivel de agua subió y empezó a introducirse dentro del barco haciendo  que la situación empeorara por momentos. Pasadas unas horas el capitán pidió el  abandono del barco pero este se partió en dos llevándose consigo la vida de 31  personas. Partes del casco quedaron yaciendo a la izquierda del arrecife pero  un par de meses más tarde una fuerte tormenta lo arrastró todo a una  profundidad de unos 27 metros y lo rompió en una tercera porción. Gran parte  del casco está corroído y cubierta por corales blandos. La inmersión se inicia  en la popa donde se encuentra una gran hélice de tres aspas. Se sigue a lo  largo del barco hasta la sala de máquinas que se encuentra a una profundidad de  25 metros. Los agujeros son de fácil acceso y la visibilidad es mucho mejor  justo cuando nosotros íbamos a realizar la inmersión pues los rayos solares  inciden perfectamente en las distintas aperturas. |  |  
            | La zodíac nos llevó hasta el  punto de inmersión tras haber llevado antes al otro grupo. Descendimos hasta la  zona de popa. Todo el casco estaba cubierto por hermosos corales blandos de  colores muy diversos tales como rosas pálidos, rojizos. El grupo se fue dividiendo  de modo que cada pareja iba investigando diferentes zonas del barco. Cada  entrada al casco estaba repleto de grupos de peces cristal que rompían su  formación a nuestro paso. Era como pasear por uno de esos arcos de jardines  donde cuelgan todo tipo de flores pero aquí en lugar de flores eran bellos  corales blandos. Nos introducimos en una zona del barco donde había mucho ancho  para pasar con total comodidad y donde los rayos solares por el momento no  incidían de modo que algo de oscuridad había pero no impidió que viéramos dos  grandes meros a lo bajo de la estructura que no parecieron inmutarse con  nuestra presencia. Bajo uno de los mástiles  se escondía una raya moteada muy hermosa que fue perseguida por Jaribas pues era el único  FotoSub que estaba cerca de nosotros. En otro de los mástiles, en la parte alta  había unos hermosos árboles de navidad de colores azules y rojos muy vivos y  que se escondieron nada más acercar mínimamente nuestro dedo a ellos. Cerca de  esa zona había una planta de unos colores marrones que al parecer actúa muy  distinta si es día o noche. Seguimos dando vueltas por ese barco para dar  tiempo a contemplarlo bien y hacer muchas fotos de él y nos fuimos desplazando  hacia el arrecife donde encontramos un pequeño nudribanquio sobre una esponja así como un cuchillo olvido de algún  buceador.
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            | En un principio, parece  ser que en el interior del barco hay una gran cantidad de botellas de vino pero  no las vimos. Tras una pequeña parada en el arrecife a la espera de los demás  compañeros ascenso y vuelta al barco. Tras el desayuno y el  tiempo justo de echar una cabezadita o contemplar fotografías de las anteriores  inmersiones un nuevo breafing. Este breafing digamos que tuvo una  parte diferente a lo habitual pues uno de los de la tripulación quiso hacer su breafing particular usando como  “animales marinos” un par de los compañeros de viaje. Resultó muy gracioso y  los flashes iban como locos.  La inmersión se  desarrollaría en el pecio Ghiannis D, un carguero griego que iba de Croacia hasta Arabia  Saudí y Yemen pero que chocó en la esquina noroeste del arrecife en abril de  1983 seguramente por una distracción del capitán. El Ghiannis D  no se hundió inmediatamente de modo que toda  su tripulación fue rescatada por un barco egipcio llamado Santa Fe. Ghiannis D fue construído por una compañía  japonesa en 1969 bajo el nombre de “Shoyo Maru”. En 1975 el barco fue  vendido con el nombre de “Markos” y en 1980 cuando la compañía griega Dumarc Shipping and Trading Corporation lo compró, lo llamaron Ghiannis D. el nuevo propietario  añadió una gran D en la chimenea que aún hoy es visible. Este es el motivo por  el que muchos de forma errónea le llamaron Dana.
 
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            |  | El Ghiannis D yace en el fondo a  una profundidad de 27 metros en dirección norte-este/sur-oeste con la proa  separada de la popa. Todo él está cubierto por coral blando y la parte central  está completamente destruida. La popa y la proa están completamente intactas y  ofrecen la posibilidad de explorar todos sus detalles. La inmersión se inicia  en la zona de popa que está completamente separada del resto del barco y es la  parte más maravillosa e interesante del pecio. La cabina del comandante está  abierta y se accede fácilmente a ella donde en el centro se encuentra el timón.  El barco está inclinado por lo que puede marear un poco a los buceadores que se  adentren en él. Lo más hermoso de ver es la sala de máquinas que está  completamente intacta y en perfectas condiciones. Saliendo de popa se continua  hacia la parte central del barco que está destruida por completo para alcanzar  proa y la sala del capitán. De nuevo una zodiac nos llevaría a la zona  tras haber llevado antes al otro grupo. Descendimos justo sobre un gran arco de  la zona de popa, nuestro punto de inicio para desarrollar la inmersión. Una vez  ya todo el grupo junto nos dirigimos hacia la apertura de esa misma popa. Una  vez dentro una hermosa sala de máquinas muy bien conservada hacia acto de  presencia. Se veían perfectamente los tubos, las válvulas, los tanques de  aceite con algo de ese contenido todavía flotando en la superficie así como las  distintas estructuras de toda esa maquinaria.
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            |  | Estaba todo en un estado perfecto pero también  es lógico pues lleva 25 años en el fondo a diferencia de otros pecios visitados  que llevan cerca de 100 años. Había algo de sedimento por lo que lo mejor era  aletear poco y suave para evitar entorpecer la maravillosa vista que teníamos.  En un rincón algo complejo acceder todo el grupo pues sólo se podía ir de uno  en uno encontramos como una estructura enorme donde había una pequeña tapa y  sobre ella unas letras que indicaban que era un tanque de aceite. De algunos  hierros colgaban bellos corales blandos rojizos así como algunas esponjas. En  ciertos rincones se podía ver algún que otro pez león y a las entradas o  salidas del barco grandes bancos de peces cristal que rompían su orden a  nuestro paso. 
 Saliendo de la sala de  máquinas en una de las estructuras estaba aposentado un pequeño pez cocodrilo y  bajo nosotros peces pipa siempre quietos tal como estatuas. Sobre toda esta  estructura en la que acabábamos de meternos se encuentra la chimenea con una  enorme D sujeta en ella, una D medio cubierta por corales duros y objeto de  muchas fotografías. Fuimos yéndonos hacia la parte central del pecio, toda  destruida donde encontramos una anemona roja preciosa con su pez payaso algo  agresivo pues parecía ser que había unas pocas crías en ella. Poco a poco nos  fuimos acercando a la cabina del capitán para contemplar el timón y hacer la  clásica foto cual si fuéramos nosotros los que tripuláramos esa máquina ya en  total desuso. Salidos uno a uno de esa zona unas vueltas más por la zona y  ascenso. Ya en la zodiac de regreso al barco,  todos coincidíamos en la hermosura de la sala de máquinas y como todavía se  podían diferenciar muy bien las distintas piezas de esa maquinaria. 
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            | Durante la comida se  hacían muchos comentarios acerca de cuál sería la sorpresa que nos tenían  preparada. Muchos coincidían en que sería un buceo con tiburones pero por lo  visto la zona más fácil de verlos quedaba a muchas horas de travesía de donde  nos encontrábamos. Francisco nos comunicó que para alcanzar el siguiente punto  de inmersión quedaban algunas horas de camino así que aprovecháramos para  descansar o distraernos con lo que se nos aconteciera. Las chicas de siempre  nos decidimos por tomar el sol y otros chicos prefirieron dormir en lugar más  fresco. En el solárium se estaba  de vicio y con el aire que corría debido al desplazamiento del barco no hacía  notar ese sol tan insoportable. Pasadas unas horas me desperté de mi pequeña  cabezadita y me asomé a proa donde vi a todo el mundo gritando y anunciando de  la presencia de delfines. A lo lejos se veía un pequeño grupo de delfines que  poco a poco ambos nos acercábamos. Todo eran gritos por todas partes del barco  y se trataba de vestirse a toda prisa para conseguir bucear con ellos. Todos  corriendo a la plataforma de buceo para equiparnos de la forma más veloz  posible y meternos en una zodiac para que nos llevara justo donde se encontraban. Una vez  iniciado el descenso los delfines estaban a nuestro alrededor, jugueteando,  rodeándonos con todo su cuerpo, observándonos con esas caras dulces y  simpáticas. Era una sensación indescriptible para quien no lo haya vivido pues  no hay palabras que lo expliquen. Tras unos minutillos con nosotros  desparecieron en el azul así que nosotros fuimos buceando por la zona, no muy  bella a comparación con el resto de lugares donde habíamos estado.
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            |  | Fuimos desplazándonos  por el arrecife donde encontramos una tortuga medio escondida entre los corales  pues parecía ser que descansaba así como algún pequeño nudribanquio amarrado en alguna  esponja o en alguna roca. En ocasiones se oían los chillidos clásicos de  delfines pero no los veíamos y a pesar de ir buscándolos no había suerte. De  repente, mirando en el azul parecía ser que un tiburón de arrecife gris cruzaba  por ahí pero por el aire que nos quedaba no podíamos intentar alcanzarle.  Regresamos de nuevo hacia el arrecife donde de nuevo se les volvía a oír. De  repente apareció todo el grupo rodeando por completo a uno de los compañeros  mientras los FotoSub aprovechaban ese momento. Fue algo espectacular, unas  auténticas SENSACIONES inolvidables para el resto de buceos.
 Ya en el barco y  disfrutando de la pequeña merienda que siempre nos tenían lista todo eran  halagos para Suzuki pues fue idea de él llevarnos a esa zona y un enorme  intercambio de SENSACIONES vividas en aquella inmersión, sin duda la mejor de  todo el viaje. Snap Dragon ya estaba rumbo de  nuevo al parque de Ras Mohammed para poder hacer la nocturna en la misma zona  donde se realizó el primer día.
 La nocturna se  desarrollaría en la misma zona que en el primer día pero en esta ocasión el Ocean Dream quedaba a nuestra  derecha. Había que moverse por esa zona comprendida entre los dos barcos. Esa  región está repleta de peces globo, algún que otro pez león y peces piedra que  siempre son muy complicados de poder ver así como las clásicas morenas siempre  escondidas en pequeños agujeros.
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            | Durante la cena,  Francisco nos preguntó acerca de la inmersión con delfines y todo eran buenas  palabras y caída de baba. Vito aprovechó para comentarnos que ya mañana tendría  listo el vídeo el cual veríamos y después ya sería pedirle las copias que quisiéramos.
 Sobre las 6 de la mañana  el clásico grito de breafing nos avisa de subir al  comedor a la misma rutina de todas las mañanas. Ahí estaba la pizarra con el  dibujo ya listo. Bucearíamos de nuevo en la zona de Shark Reef & Anemone City.
 Ese breafing también salió de lo  común pues Francisco al mismísimo estilo de las Naked News  se quitó su camiseta para dejarnos ver el bikini que llevaba puesto. Era ya el  último día de buceo completo así que había que hacer algo distinto. La inmersión se  desarrollaría exactamente igual que la primera vez que estuvimos ahí pero no  visitaríamos esta pez el pecio Yolanda. Volvimos a contemplar casi los mismos  animales que en la primera inmersión pero en esta tuve la oportunidad de bucear  a la par con una tortuga con esa maestría que las domina que parece que vuelen  en el agua. También es cierto que encontramos un par de nudibranquios que aprovecharon los  FotoSub para inmortalizarlos en sus cámaras. |  |  
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            | Tras el desayuno subimos  casi todos al solárium donde el comentario era el mismo para todos, lo poco que  ya nos quedaba para disfrutar pues al día siguiente sólo un buceo y fin de  viaje. El siguiente punto sería  Ras Fanal. Se trataba de una inmersión sin nada así fuera de lo ya hecho hasta  el momento. Más bien era un fondo arenoso con corales mesa, posidonias y un  gran contenedor por la zona. Desde el barco nos fuimos tirando al agua y descendiendo  hasta cerca de unos 25 metros. El fondo estaba lleno de rocas con corales duros  sobre ellos, corales mesa en grupo con peces loro entre ellos, alguna morena  apareciendo en pequeñas rendijas, peces mariposa, alguna pequeña anemona… Nos acercamos al  contenedor y nos metimos dentro donde parecía haber como una especie de  máquina. Todo el techo estaba plagado de corales blandos de muchos corales así  como el suelo. Era como estar en una de esas cuevas toda llena de estalactitas  y estalagmitas. Lo cierto es que resultaba extraño ver ese hierro ahí en medio  de cómo quien dice la nada. Fue un entrar y salir rápido pues tampoco había  mucho que contemplar. Seguimos con esa inmersión cuando de pronto una tortuga  se vislumbraba a lo lejos y alguno que otro intentó seguirla pero sin éxito. De  pronto un gran pez Napoleón se acercó y Suzuki le llamaba tal como si quisiera  darle de comer pues por lo visto es una forma para conseguir que se acerquen a  los buceadores. Estuvo poco rato con nosotros porque al notarse muy encima de  buceadores que intentaban hacerle una foto se fue hacia el azul perdiéndole así  la pista.
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            | Ya en la superficie se  nos lanzó una boya con una cuerda muy larga para que nos fuéramos agarrando a  ella y así seguirla y alcanzar el barco que no estaba amarrado. Tras la comida estuvimos  largo rato compartiendo fotos de los distintos fotógrafos así como la música egípcia que nos habían puesto  repetidas veces antes de tirarnos al agua. Suzuki además nos estuvo enseñando  la región de Aswan donde vive y el famoso  templo que en esa ciudad podemos encontrar. Aprovechamos también ese rato para  hacernos fotos del grupo para poder incluir en el DVD que nos preparaba Vito.
 Sobre las 15:20 se nos  avisó para breafing. Siguiente immersión, Ras Ghozlani. Las aguas de la bahía  de Marsa Bareika guardan un punto de  buceo llamado Ras Ghozlani situado al norte. Esta  bahía se abrió a los buceadores hace unos pocos años y el acceso está muy  restringido y prohibido fuera de esa zona. Una pequeña estaca con dos banderas,  una roja y una verde clavadas en la arena de las playas indica el área donde no  se puede entrar. Solía haber dos lugares de amarre situados en la zona  accesible de esa costa pero fueron quitados y entonces el acceso se consigue  fluyendo hacia la zona. Hay una extensa cuesta arenosa que empieza en una  profundidad de 6 metros hasta la caída de unos 25 a 30 metros. Una serie de  pináculos de coral, a menudo cubiertos por corales blandos rojos y rosas,  enormes corales mesa, posidonias y una subida de corales que se va bifurcando  sobre la arena observando así zonas más pobladas de coral y otras menos. |  |  
            | Esta formación crea unos  paisajes fascinantes y fantásticos que dan el aspecto de un verdadero bosque de  coral, sobretodo en la entrada a la bahía. Los corales mesa ofrecen refugio a  peces murciélago, peces cristal o barrenderos mientras que en la cuesta arenosa  hay rayas moteadas, triggerfish. Por desgracia la  belleza de la zona atrae a numerosos buceadores provocando que poco a poco se  vaya atestando ese lugar. |  
            | Nos lanzamos desde el  barco y enseguida el descenso hasta los 25 metros, justo donde la caída. Todo  el fondo está repleto de pináculos de coral donde varios tipos de peces se ven  aposentados, resguardados de lo ajeno o bien reposando. Bajo uno de estos pináculos  encontramos un nudibranquio tal como un gusano de  un color negro o marrón oscuro. Tanto Suzuki como yo nos fuimos dedicando a  encontrar nudibranquios. Vimos todo un banco de  minúsculos peces payaso, distintos al clásico “Nemo”.  Justo en un espacio tal como una cueva que creaba uno de los pináculos un gran  banco de peces cristal que al iluminarlos se veían más de los que aparentaba  verse con la simple luz solar. Entre rocas y corales algún que otro Chromodoris quadricolor o algún otro tipo de planaria. En muchas ocasiones se  podía observar bajo enormes corales mesa bellos corales blandos dando a esa  estructura un contraste hermoso. En uno de esos corales blandos pude ver una  minúscula gamba de esas que parece que cabalguen pero por desgracia enseguida  se escondió y fue un visto y no visto.  Era todo eso un  auténtico bosque donde se iban contrastando los colores pálidos y más lúgubres  de los corales mesa con los alegres y vivos colores de los corales blandos pues  conseguían una imagen bella y adornada. |  |  
            |  | Ya todos de vuelta al  barco la clásica merienda y subida al solárium donde la tripulación tenía una  fiesta montada con mucho baile, risas y sobretodo mucha, mucha diversión. Se  aprovechó también para hacer fotos con ellos pues lo cierto es que se había portado  genial con nosotros y que menos que algún recuerdo de ellos. La última nocturna del  viaje se realizaría en la zona de Ras Katy de  forma idéntica a la del primer día pero esta vez ya con Nitrox y sin guía que evalúe  nuestro nivel de buceo.
 Era la última cena en el  barco así que el cocinero hizo algo distinto. Preparó un enorme pavo asado, que  por cierto, estaba para chuparse los dedos así como una enorme tarta que quedó  para después de ver el vídeo de Vito. Saliendo de lo común, ese día quien se  encargaba de servirnos era el mismo cocinero quien se llevó muchos halagos pues  todos estos días había cocinado cosas exquisitas. Una vez cenamos vimos el  vídeo de recuerdo de nuestro safari donde recordamos agradables momentos de  estos sensacionales días vividos. Al final un apartado de fotos levantó muchas  sonrisas. No quedaba más que una inmersión o dos para los que cogían el avión  más tarde. Yo, esa última no la hacía pues un catarro hacía mella en mi y mejor  era descansar antes de tiempo.
 Sobre las seis o seis y  media les despertaron para el breafing. La inmersión sería en Jackfish Alley. El nombre de este  sitio se debe al amplio camino arenoso entre una parte alta de coral que linda  con la costa y un filón paralelo a menudo frecuentado por Jacfish y otros depredadores. Jackfish Alley, que originariamente  era conocido como Banco de Pescadores o Ras Kusba se  encuentra al sur de Za’atar. |  
            | En el principio de la  inmersión es sencillo desplazarse a la zona por la marca blanca sobre la roca.  Después de la bajada de 6 metros enseguida se ve la entrada de la primera cueva  que penetra en el arrecife alrededor de unos 40 metros  y de la que se sale manteniéndolo a la  izquierda a una profundidad de 9 metros. Siguiendo hacia el suroeste y con el  arrecife a la derecha se ve un gran afloramiento de coral más allá del cual, a  unos 14 metros hay otra cueva que va hacia arriba y que tiene un amplio agujero  de salida a los 6 metros.  Esta es la  casa de un gran banco de peces cristal. Un poco más al sur hay una bahía  arenosa que hay que cruzar en dirección sudoeste para ver, en una profundidad  de 11 metros, otro afloramiento de coral invadido por otra colonia de peces  cristal. Desde aquí se sigue hacia el suroeste y se llega a un callejón arenoso  “alley”. Tiburones de arrecife  de marcas blancas, manta rayas, jackfish, rayas moteadas, triggerfish azules a menudo se pueden ver en esta área. Ya todos desayunados  fuimos a desalar nuestro equipos para dejarlos en el solárium a secar y así  poder llevárnoslos secos a casa. Esa misma tarde también había que preparar la  maleta pues varios nos íbamos muy pronto al día siguiente hacia el aeropuerto y  mejor dejar con tiempo las cosas ya hechas.
 Cerca del mediodía  llegamos a puerto, un puerto infestado de barcos por todas partes, un trajín  continuo por las pasarelas de carros con comida, botellas y demás enseres para  rellenar los barcos que de nuevo recibían pasajeros. No había quien soportara el  terrible calor que hacía en cubierta pero tampoco el frío del comedor pues el  aire acondicionado estaba demasiado fuerte así que optamos para ir en busca de  unos cuantos helados que nos harían más soportable la espera antes de salir a  Sharm a cenar. Se acordó que cerca de las 6 de la tarde un bus vendría a  recogernos al puerto para llevarnos al lugar más famoso y concurrido de la  ciudad, Mahama Bay. El bus corrió a cargo  de SENSACIONES. |  |  
            | A la hora acordada  fuimos hacia la zona de parada del bus. Nos dejó justo en la entrada del  complejo este de tiendas, bares, restaurantes…, el clásico sitio puramente  turístico. Repartidos por el complejo fuimos visitando tiendas, tomando algo en  algún bar hasta la hora que habíamos decidido quedar todos para cenar juntos en  un restaurante italiano conocido en el complejo. Tras la cena vuelta al barco  pues al día siguiente tocaba madrugón para aquellos que cogíamos prontito el  avión para El Cairo.
 Sobre las cinco de la  mañana se nos despertó y tras un pequeñito desayuno acabamos de ultimar lo que  pudiera quedar aún rezagado de maletas. Vicente vino al barco junto con el guía  del Ocean Dreams, Marc para  comprobar que todo fuera correcto y despedirnos del puerto. De nuevo un bus nos  esperaba en la entrada junto con un guía de Dahab que devolvió nuestros  billetes de avión. En poco rato llegamos al aeropuerto de Sharm donde el guía  nos acompañó hasta los mostradores donde debíamos facturar. De todo el grupo  que éramos sólo los de Barcelona cogimos el vuelo más pronto mientras que los  demás que también hacían pequeña visita a El Cairo embarcaban una hora más  tarde.
 
 El vuelo se produjo sin  ningún tipo de novedad, durmiendo pues era mucho el cansancio que arrastrábamos  ya. Llegados a El Cairo había una neblina de arena que nos hizo temer no poder  ver bien las pirámides. En la zona de desembarque nos esperaba el guía de Dahab  para comprobar que ya estuviéramos todos y muy a nuestro pesar nos hizo  esperarnos a que llegara el resto del grupo que llegaba una hora más tarde. Esa  espera se hizo eterna pues eran tales las ganas de coger un hotel que parecía  que los minutos no pasaran. Una vez llegado el resto de grupo cogimos un bus  que nos llevaría a los distintos puntos acordados a visitar. |  
            | Nos cambiaron el orden  de cómo lo teníamos en un inicio pactado de modo que ese día iríamos a la  Ciudadela con su mezquita y al museo egipcio. Llegados a la Ciudadela vino el  que sería el guía durante todo el día y nos hizo entrega de las entradas. El calor  era sofocante e incluso daba la sensación de ahogo. El recinto donde se  encuentra la mezquita es muy parejo a la mezquita Azul de Estambul pues por lo  visto esta mezquita se construyó de estilo turco muy basado en la mezquita  Azul. El guía nos fue contando la historia acerca de ese edificio así como el  por qué de su estructura y elementos que se encontraban en su interior. Cogimos  justo una hora en la que tocaban rezos y pudimos ver el ritual que siguen antes  de ello. En el patio exterior,  varias tiendas de recuerdos y al fondo una tapia desde donde se podía observar  a lo lejos las tres pirámides clásicas, Keops, Mikonos y Kefren así como la ciudad, una  ciudad muy grande y todo muy encima de lo otro. Saliendo ya de la  mezquita fuimos hacia el museo egipcio para poder contemplar todo lo referente  a Tuthankamon así como otros emblemas  de la historia egipcia. El museo estaba a reventar así que se hacía algo  agobiante aparte del enorme ruido que dificultaba poder seguir lo que nos iba  contando el guía. Pasamos varias horas contemplando todos los tesoros que allí  había, las distintas máscaras de Tuthankamon, los cofres, las joyas, las sillas, las camas así como  piezas de ropa y demás efectos personales.
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            | Salidos del museo nos  llevaron a un restaurante a comer y después otro guía nos vino a recoger al  grupo que éramos de Barcelona para llevarnos a Al Khalili y después al hotel. El bazar de Al Khalili estaba infestado de  gente, por todas partes te intentan vender algo y por supuesto ni punto de  comparación con el gran Bazaar de Estambul que para mi  gusto es muchísimo mejor. Estuvimos como unos tres cuartos de hora pues el guía  estaba pendiente de ir en busca de otro grupo al aeropuerto. Lo cierto es que  estuvimos muy poco rato pero se nos hizo muy pesado por el constante agobio de  la gente. Estuvimos mucho rato  montados en esa furgoneta pues había un tráfico horroroso y nuestro hotel se  encontraba en Giza, algo alejado de donde  nos encontrábamos cuando se nos recogió. Quedamos anonadados con ese tráfico  tan caótico y tan peligroso para nosotros los occidentales así que una vez  dentro del hotel fue cuando realmente nos sentimos seguros. |  |  
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 El hotel estaba muy  bien, las habitaciones eran muy amplias y había un amplio patio central con una  piscina que nos hizo entrar muchas ganas de darnos una buceadita pero por lo visto de  noche, no estaba permitido. Tras una ducha que nos dejó a todos como nuevos  cenamos en el mismo restaurante del hotel algo más de estilo europeo en cuanto  a comida.
 
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            | Al día siguiente nos  esperaba visita a las pirámides, la esfinge y un museo de las esencias. Tras un  desayuno abundante el guía ya nos esperaba en la recepción así que dejamos las  maletas al botones para que nos las guardara hasta que estuviéramos de vuelta a  media tarde. Pusimos rumbo a las pirámides que de nuevo por el tremendo tráfico  tardamos bastante rato. Ya en las pirámides fuimos rápidamente a sacar las  entradas para evitarnos así hacer grandes colas y poder entrar en la pirámide  de Keops sin mucho bullicio de gente. La subida a la zona  donde estaba el sarcófago era un pasillo muy estrecho y con mucha pendiente.  Tanta gente provocaba que hiciera un calor horroroso, insoportable y donde el  olor humano afloraba en algunos. Una vez arriba, una sala tampoco enorme ponía fin  a esa subida y daba algo de aire “fresco”. Pusimos de nuevo rumbo a la entrada,  esta vez sin tanto atasco como en la subida. 
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            | Visitada la pirámide de  Keops subimos a lo alto de un monte cercano para poder ver a su falda las tres  pirámides y sacar las clásicas instantáneas. Esa zona estaba repleta de  camellos y sus dueños para captar a turistas para que posaron con la vestimenta  típica. A su vez varios policías también en camello controlaban a los turistas.  Hechas las fotos pertinentes bajamos del monte hasta la pirámide de Mikerinos para más fotos.
 Nuestra siguiente parada  sería en la esfinge, una pieza de gran tamaño y que era de gran admiración no  sólo por su tamaño sino por la belleza que guardaba. Vista la esfinge fuimos al  templo que quedaba justo al lado desde donde se podía hacer la clásica instantánea.  Salidos ya de ahí esperamos a nuestro guía que nos llevó a un museo de las  esencias. Este lugar era más  fresco, por suerte para todos, y de gran belleza por la cantidad de perfumeros,  quemadores de esencias que había en las innumerables vitrinas. Nos dirigimos  hacia el fondo de la tienda donde se estaban creando algunos de estos perfumeros,  creados soplando el vidrio y dando forma a maravillosos botes. Ya con un guía  de la tienda que hablaba español se nos repartió una lista con todas las  esencias que tenían y una por una se nos fue contando su utilidad ya fuera  masajes, anti estrés, o su equivalente con un perfume comercial.  |  |  
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            | Tras toda esta  explicación y con pruebas de varias esencias se dio paso a la venta de sus  productos, sus ofertas. Casi cada uno de nosotros compramos varias esencias que  fueron empaquetadas muy cuidadosamente para evitar problemas en el avión de  roturas o similares desgracias. Fuera ya del museo  fuimos a comer antes de regresar al hotel donde volveríamos a coger una sola  habitación más que nada para poder darnos un baño en esa piscina y una duchita  antes de coger el avión rumbo Barcelona. Nunca antes unos 15 euros por persona fueron  tan bien gastados. Ese hotel era fantástico y además ese baño en la piscina con  una pequeña toma de sol incluida no tenía precio. A la hora acordada  vinieron a por nosotros y tras 3 horas para recorrer 20km llegamos al  aeropuerto. Nos cambiaron el vuelo así que tocaba esperar y además íbamos a  llegar muy tarde a Barcelona. Para hacer tiempo comimos en un McDonald’s, algo  que tampoco tenía precio tras esos días comiendo alimentos más de tipo  oriental. Por desgracia el avión al que nos habían cambiado salía de retraso  así que hicimos tiempo viendo una película o bien paseando por las tiendas que  había. A la hora indicada  fuimos a la puerta de embarque y subidos ya al avión lo primero que hicimos fue  intentar dormir. El vuelo se desarrolló sin nada a remarcar, sólo dormimos y  comimos la cena que nos fueron repartiendo.  Sobre las 3 de la mañana  llegamos a Barcelona y tras la recogida de maletas las despedidas y hasta un  próximo viaje. |  |  
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            | 2º  CRUCERO SENSACIONES MAR ROJO – RUTA NORTE
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            | Después del éxito del Primer Crucero  SENSACIONES MAR ROJO efectuado  durante la Semana Santa de este año (del cual tendréis un amplio reportaje en  el próximo número de la revista). Hemos decidido organizar un nuevo crucero SENSACIONES MAR  ROJO para la  semana del 17 al 24 de Agosto de 2008.
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            | Después de cómo digo la BUENA y EXCELENTE experiencia y trato  recibido por parte de Dahab y Vicente durante el primer crucero, hemos decidido  utilizar el mismo barco “SNAP DRAGON” y realizar la misma ruta para que todos aquellos que  todavía no hayan podido disfrutar las maravillas de ese paradisiaco enclave  tengan la opción, y aquellos que las hayan disfrutado puedan repetir su  experiencia. Toda la información  sobre el viaje en cuestión la podéis encontrar en el foro de SENSACIONES. No olvidéis que sólo  quedan 7 plazas disponibles y nuevamente la posibilidad de disfrutar de unas SENSACIONES inolvidables.
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