Muchas veces es corriente en tertulias entre submarinistas , escuchar como en general tenemos una idea acerca de lo que hariamos en situaciones de peligro, quedarse enganchado en una red, ayudar al compañero en un percance serio, quedarse sin luz en una cueva , reaccionar ante un corte del flujo de aire en el regulador, etc, etc.
Sin embargo cada año alguien que probablemente habia fantaseado como reaccionar en estos casos se ve sorprendido, por su comportamiento ante una situación percibida realmente peligrosa.
Cuando nos vemos envueltos en un percance serio, relamente es complejo entender como reaccionaremos, hasta que no lo hemos vivido.Puede haber una gran diferencia entre lo que creemos que haremos y lo que finalmente acontece.
Ello es debido porque , lo que creemos que haremos viene definido desde un analisis racional de la situación y muchas veces filtrada por la autoimagen que queremos proyectar en nosotros mismos , y cuando nos encontramos con el percance real, estamos envueltos en fuertes emociones y con el instinto de supervivencia a flor de piel.Todo el mundo afirmaria, que ayudaria a un compañero en apuros , pero ¿cuantos realmente lo harian en una situación que pusiera en riesgo su própia integridad física?.
Muchos submarinistas llevan 2 primeras etapas como forma de incrementar la seguridad, pero ¿cuantos tendrian la sangre fria y la habilidad de ante un fallo catastrófico de una primera etapa, cerrar una griferia y utilizar el regulador alternativo ,especialmente si este fallo se produce en una condiciones de inmersión complejas?.Son cuestiones de dificil respuesta y que deben merecer un punto importante de reflexión.Cada uno de nosotros deberia preguntarse con sinceridad hasta donde es capaz de llegar, para definir de una manera realista y sin autoengaños donde está su límite.
Tomar decisiones sin considerar la realidad emocional con la cual uno se puede encontrar puede llevar a sobredimensionar las propias posibilidades y ser una de las causas más frecuentes de accidentes.Estoy convencido que un analisis sereno de las situaciones de riesgo con la que nos encontramos en inmersión reduciria drásticamente los accidentes de buceo.Pero para poder hacer dicho analisis ,debemos realizarlo en situaciones que no superen nuestra capacidad de tolerancia al riesgo percibido.
Por otra parte jamás deberiamos realizar una inmersión bajo la confianza de que el compañero o grupo con el que buceamos nos sacará del apuro en caso de necesidad.No sabemos en realidad como reaccionará ,si realmente tiene que ponerse en riesgo para ayudarnos.Por poner un ejemplo, nosotros vamos con nuestro paracaidas, y el compañero es nuestro paracaidas auxiliar en caso de problema serio, pero lo que no podemos es tirarnos del avión sin saber ni donde están las anillas, y esperando que el compañero nos abra el paracaidas , nos coja y nos deje en tierra sanos y salvos ante cualquier eventualidad.
Por otra parte y sobretodo en personas que realizan inmersiones de especial complejidad, seria recomendable el entrenamiento en técnicas de autocontrol emocional ,que incrementaran el control sobre las emociones en situaciones percibidas como de riesgo sea real o sea fantaseado.Esto seria esencial para cortar el crecimiento retroalimentado de la ansiedad en estas situaciones , que puede acabar derivando en pánico con la consiguiente pérdida del control volitivo de la persona.