Una investigación que involucró a expertos ofreció un esperanzador futuro para las tortugas marinas de la región
La existencia de la tortuga Carey (Eretmochelys imbricata), una de las siete especies de tortugas marinas que existen en el mundo y habita los océanos Atlántico, Pacífico e Índico y que hace tan sólo seis (6) años se pensaba que la Carey ya se había extinguido de la costa del Pacífico Latinoamericano, tiene un futuro.
Aunque la población de estas tortugas marinas sigue siendo una de las más amenazadas del planeta — se estima que hay menos de 500 hembras anidantes en todo el Pacifico Oriental desde México hasta Perú—, Eric Flores, jefe del Departamento de Biodiversidad y Vida Silvestre de la ANAM puede afirmar que descubrimientos recientes han mejorado esta perspectiva.
Y es que una investigación en la que participó un grupo de científicos de la Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA), la Red Iniciativa Carey del Pacífico Oriental (ICAPO), el Campamento Tortuguero Eco Mayto A.C. de México, la Autoridad Nacional de los Recursos Acuáticos de Panamá (ARAP) y de la ANAM con apoyo del Servicio Nacional Aeronaval (SENAN), dio con la observación de más de un centenar de tortugas Carey en diversos lugares del Parque Nacional Coiba, lo que identifica este privilegiado lugar como la cuna de la Carey en el Pacífico Oriental y ofrece una nueva esperanza para la recuperación de la especie.
ANTECEDENTES
Flores destacó que la situación alarmante de esta especie llamó la atención de científicos líderes de varios países, quienes vieron la necesidad de encontrar sitios de reproducción y alimentación como una medida fundamental para la recuperación y conservación de esta población críticamente amenazada del Pacífico Oriental.
‘Después de una investigación preliminar en el archipiélago de Las Perlas en julio de 2013, donde se encontró un individuo de Carey, que se logró equipar con un transmisor satelital para dar seguimiento a sus movimientos, se decidió seguir buscando un sitio con mayor presencia de la especie en Panamá’, expresó.
La indagación continuó en el Parque Nacional Coiba, el parque marino más grande de Panamá.
Isla Coiba, también alberga las mayores extensiones de arrecifes coralinos en todo el Pacífico Oriental y por tanto, se piensa que es uno de los hábitats favoritos de la Carey. El equipo científico entró a Isla Coiba el viernes 5 de septiembre para iniciar sus investigaciones.
RESULTADOS
Tras una revisión rápida en el islote Granito de Oro, la gran sorpresa para todos, fue que se logró la captura de 10 tortugas Carey en un poco más de una hora. La primera tortuga fue capturada por Narciso Bastidas, conocido como Mali-Mali, Guardaparque del Parque Nacional Coiba y una figura legendaria que forma parte de la historia de Isla Coiba.
Las tortugas fueron devueltas al mar luego de registrarse sus datos, para cerrar lo que pensaron sería el mejor día de la expedición. Pero lo que encontraron durante los próximos 3 días sobrepasó sus expectativas más optimistas: unas 100 tortugas Carey distribuidas en varios arrecifes de la isla.
‘Esta ha sido una expedición histórica en Panamá y para la conservación de la tortuga Carey’, dijo Alexander Gaos, director ejecutivo de la Red ICAPO (www.redicapo.org), organización cuyo objetivo es generar conocimiento dirigido a salvar la Carey en esta región.
‘Esta colaboración entre científicos y organizaciones regionales representa un hecho histórico para el Parque Nacional Coiba, pues permitirá determinar cuáles son las mejores decisiones y los pasos a seguir para proteger y conservar esta especie’, puntualizó Marino E. Abrego, biólogo de la ARAP y delegado de Panamá ante el Comité Científico de la Convención Interamericana para la Protección y Conservación de las Tortugas Marinas (CIT).
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