Hay personas con vidas interesantes, otras disfrutan también de una existencia intensa y otras parece sencillamente que hayan vivido varias vidas, como le sucede a mi amigo Pepe Almenar Sansaloni.
La primera vez que oí hablar de Pepe Almenar era como protagonista de una curiosidad, la de que era el dueño de una casa de madera que, a más de diez metros de altura, reposaba con porche y todo entre las ramas de un pino en un chalet de Les Rotes de Dénia. Tenía que ser un tipo sorprendente quien, como si de un tarzán mediterráneo se tratase, se hubiese dado ese excéntrico capricho. Al poco tiempo y frecuentando entornos del buceo de la zona me presentaron a Pepe. Para mi sorpresa se trataba de un hombre maduro que pasaba de la edad de jubilación aunque su aspecto era saludable, de hombretón curtido en mil batallas.
Luego he tenido la suerte de conocerle más intensamente y compartir con él muchas horas de buceo y navegación, y también de charla en su casa, disfrutando de las aventuras que ha vivido y que hacen de él una auténtica rareza en la línea de personajes novelescos.
Pepe es un hombre que siempre ha estado vinculado a la mar. Oficial de la Marina Mercante recorrió medio mundo embarcado, luego piloto de aviación en Singapur, Inspector de buques en Phnom Penh, responsable del suministro de combustible a helicópteros americanos en el Mekong, en plena guerra del Vietnam, más tarde Inspector de la ONU para el departamento de pesca de la FAO, cazador en la selva, fantástico escultor, taxidermista… y sobre todo buceador que se ha sumergido en los mares del mundo para siempre volver a nuestro litoral, a Dénia, donde desde hace muchos años ha realizado innumerables hallazgos arqueológicos de multitud de ánforas, anclas líticas, cepos de plomo, vasijas y mil tesoros más que engrosan buena parte del patrimonio arqueológico del museo de Dénia.
Una existencia intensamente vivida, una vida plena que Almenar ha retratado en un entretenido libro autobiográfico titulado Tuan Sansaloni (tuan en indonesio es un tratamiento honorífico, algo así como Señor o El Hombre). Actualmente Pepe vive retirado en su casa de Dénia, junto al mar, rodeado de árboles y buceando siempre que el tiempo lo permite.
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