La mujer y el buceo
El submarinismo ha sido una actividad ampliamente copada por el sexo masculino, y donde las féminas en general se acercaban influenciadas por su pareja, en ocasiones sin un interés real por el buceo e incluso presentando algunas incompatibilidades para el mismo que podían generar problemas.
En los últimos años esta situación ha cambiado y se ha incrementado significativamente el número de buceadoras que disfrutan del submarinismo por propia motivación e incluso siendo ellas las que animan a sus parejas al incorporarse al mundo submarino
Aunque considero que la individualidad del ser humano está por encima de cualquier cuestión de género si he podido identificar algunas circunstancias específicas que definen y en cierto modo diferencian a la mujer en el desarrollo del buceo, sea como alumnas, compañeras o formadoras.
1.-Capacidad de conexión y expresión emocional
En general la mujer es capaz de entender y expresar las emociones que le provoca el buceo de una forma muy directa .Esto es esencial especialmente en situaciones de ansiedad, o temores, muy comunes en los inicios,momentos de dificultad o cada vez que se da una salto formativo. Poder expresar sin miedo a ser cuestionada ni infravalorada cualquier tipo de emoción negativa, facilita hacerle frente, racionalizarla y en muchas ocasiones resolverla, evitando posibles incidentes futuros.
2.-Conciencia de límites
En general la mujer es ampliamente consciente de sus límites en base a su formación y experiencia y rara vez los sobrepasa. No existe el sentimiento competitivo ni de rivalidad que en ocasiones se da de manera gratuita en un perfil de buceador del sexo masculino. Esto se produce por la no necesidad de competir, ni de reivindicarse frente al resto de buzos, disfrutando de la inmersión en si misma y no en la supuesta “hazaña” que puede significar el bajar a tal o cual profundidad, o penetrar en tal espacio confinado. En esta misma línea suelen hacer los cursos que realmente necesitan alejados de aquellos perfiles de buzos que curso tras curso creen ganar valor frente a sus compañeros, o bien creen que a través de dichos cursos o técnicas podrán superar los límites para los cuales no están psicológicamente preparados.
3.-Pundonor Vs. Competitividad La competitividad, especialmente en los cursos, puede estimular el esfuerzo de algunos cursillistas, cuando ven que sus compañeros superan etapas y pruebas donde él presenta mayores dificultades. Especialmente un perfil de formador estimula este hecho de manera consciente o inconsciente, y que porque no decirlo en ocasiones funciona. No ocurre así en la cursillista, donde este hecho en si puede incluso generar rechazo y comprometer las posibilidades de que el curso llegue a buen fin. Sin embargo existe en la mujer un sentimiento de pundonor, que bien estimulado puede facilitar la superación de algunas trabas que pueden aparecer en los cursos. Dicho sentimiento no se apoya en un sentimiento de rivalidad o competitividad frente al grupo sino en un deseo de superación y lucha en si mismo y apoyado en la propia autoestima y el compromiso consigo misma de no dejarse vencer por las dificultades.
4.-Cumplidoras de las normas
La mujer como cursillista se adapta a las directrices del formador facilitando su tarea. Como compañera es una persona fiable. Una buza que encontraras siempre cerca, cumplirá lo pactado en superficie y en general es poco amante de las sorpresas y comportamientos inesperados en inmersión. Esto es muy relevante especialmente cuando nos emparejamos en inmersión con compañeros desconocidos, donde siempre existe cierta incertidumbre.
5.-Comportamientos gregarios
En general la mujer submarinista disfruta del establecimiento de redes sociales con los cuales compartir la actividad de buceo. Son participativas en el establecimiento de grupos, y se responsabilizan de la cohesión y la búsqueda de intereses compartidos. Se alejan de los comportamientos individualistas presentes en algunos buzos de sexo masculino siendo difícil encontrar mujeres que por ejemplo acudan a bucear solas, aunque en ocasiones y especialmente en la época estival este hecho si que se produce con cierta frecuencia.
6.-Liderazgo no agresivo
Cuando la mujer lidera en el buceo, en general lo hace de una manera no agresiva, tanto si lidera desde el punto de vista profesional, como si lidera en el grupo de amigos o pareja estable de buceo. No se producen las situaciones de sometimiento, afán de superioridad o puesta en evidencia en público que lamentablemente puede observarse en algunos líderes masculinos bien sea en cursos o en la dirección de determinada inmersión. Cada vez es más común que la pareja sentimental coincida con la pareja de buceo. Aunque este hecho daría para un artículo en si mismo cabe destacar que en dicha coincidencia cuando la mujer por experiencia o talante lidera la pareja de buceo, suele ser comprensiva con los límites de su pareja, y nunca lo pone en evidencia en público.
En definitiva la definitiva incorporación de la mujer tanto desde el punto de vista personal como profesional al submarinismo, amplía posibilidades y aporta nuevos matices que enriquecen la actividad