Mis queridos discípulos (y deseadas discípulas),
En los últimos tiempos, y gracias a mis tareas de campo (que desmienten la extendida opinión de que sólo me dedico a bares, puticlús y tabernas al pelo) he encontrado varios ejemplos de asociación animal -algunas más "animales" que otras, todo hay que decirlo- que son peculiares y en muchos casos sencillamente increíbles.
Todos recordamos los libros de texto de la escuela (aunque por su edad algunos de este foro creo que lo estudiaron en pergaminos, o incluso en papiros) donde nos hablaban de la "simbiosis", el "parasitismo", etc. Pues bien, hoy voy a hablaros de una especie sorprendente y de un nuevo modelo de asociación animal que se sale de aquellas categorías que estudiásteis cuando érais renacuajos, y que he denominado "invasión táctil".
Para daros una breve pincelada preliminar antes de entrar en materia, baste decir que a pesar de su estupidez, que alcanza las cotas más altas de indigencia intelectual, la especie analizada no parece encontrarse sujeta a la Ley de la Selección Chupiguay, que se enuncia como "Los imbéciles no deben sobrevivir (y si alguno logra hacerlo, échale una mano a la sabia naturaleza)".
Así pues, debido a esta rotunda resistencia de la especie y a otros aspectos que veréis a continuación, he decidido otorgarle el nombre científico de "Memo Manitas" aunque, como suele ser habitual, en la lengua vernácula local de cada región podrá adoptar otras acepciones (por ejemplo, para la zona de Gran Canaria, que es donde descubrí si no el primer ejemplar, sí el más grande, propongo que lo llamen "M. Montecinos", cuyas iniciales coinciden con las del nombre científico de "Memo Manitas" con que yo lo he bautizado)
El Descubrimiento
Me hallaba yo un día con el bibotella y una de mis sempiternas bolsas del Carreful en una reserva marina "haciendo la compra" (lo de siempre, langostita, pulpitos, chernes, etc., en fin, todo lo que se acerque demasiado al fusil) cuando ante mis ojos surgió un curioso animalejo que me dejó sorprendido, no tanto por su aspecto físico, ya que era bastante vulgar (un tronco, unas largas y excesivamente operativas extremidades y una evidente microcefalia que hacía temer lo peor acerca de sus capacidades cognitivas - por no decir intelectuales-) sino por sus extraños movimientos, que me provocaron una duda más que razonable acerca de si estaba siendo espectador de una lucha a muerte o bien acababa de descubrir a una de las especies más cretinas del universo.
Dispuesto a aclarar mis dudas, saqué mi libreta de campo, dejé la bolsa del Carreful al cuidado de un rape que me recordó a alguno de los porteros de discoteca que me suelen dejar entrar a "pasar material" los fines de semana, y me dispuse a aclarar aquel misterio, lo cual me permitió, tras numerosas semanas de estudio (tanto bajo el agua como en la barra de los mejores clubes de alterne de la ciudad) llegar a unas conclusiones espeluznantes sobre la naturaleza de tan peligrosa especie.
A continuación os hago un resumen de tan graves descubrimientos. Leed, leed...
Estado larvario e Infancia
El Memo Manitas (M.M. en adelante, para que como decía las iniciales coincidan con la acepción local canaria) suele nacer casi siempre por la época navideña. Nada más aparecer en el mundo al pie de un árbol de plástico plantado bajo el agua por una panda de payasos, se aferra desesperadamente con el morro a una botella de sidra barata e ingiere esa mezcla de sidra y agua marina que parece trastocar desde el inicio su entendimiento, haciéndole creer que pertenece a una especie superior.
A partir de ahí, todo tiende a ir a peor, como podéis imaginar. Al cabo de un año el individuo se ha crecido significativamente (y con el "se ha crecido" me refiero a que el ritmo de crecimiento de su estupidez y engreimiento es netamente mayor que el físico), y es invitado a llevar a cabo el rito oficial de incorporación a la manada durante la siguiente celebración navideña, rito que consiste en respirar directamente de la grifería de la botella. Como no podía ser menos, la mezcla de sidra barata, agua de mar y aire a presión merma de manera significativa su capacidad mental, lo que le integra de manera definitiva en la manada de "machotes comandos", donde tendrá que buscar su ubicación, como veremos.
Al principio el Memo Manitas asume su rol de joven aspirante, y se limita a ir detrás de los machos (machotes) dominantes de la manada en silencio (e.d. no cantando valerosas canciones de camaradería militar ni tirándose pedos para probar la resistencia del neopreno).
Sin embargo, a medida que va pasando los distintos ritos de iniciación, el joven M.M. va atreviéndose a meter la mano en cualquier grieta que pilla a su paso, intentando torpemente asir algún tipo de animal, aun cuando la mayoría de las veces lo único que se lleve son pinchazos de los erizos diadema tan abundantes en la zona.
Pero llega el día crucial de la pérdida de la virginidad y... seguid, seguid.
Experiencias sexuales: La primera morena
Durante la fase larvaria el M.M. se ha preguntado a menudo qué es lo que habrá al otro lado de esa cosa que asoma por las grietas que sus compañeros de manada llaman "morenas" (este profundo razonamiento suele llevarle más de una hora, tras sesuda observación del animal en cuestión). Debido a esta ignorancia congénita en la especie, es habitual que cuando un miembro de la manada alcanza la fase de madurez (sexual, que no intelectual, ya que esa no la alcanza nunca) sus compañeros le organicen lo que en el argot biológico se denomina "salida de comandos machotes", en la que animan al candidato a sacar de su agujero a alguna morena para perder la virginidad con ella y alcanzar el status definitivo de machote-de-pelo-en-pecho en la manada.
Para dicho acto se ha visto a algunos M.M. ingenuos que consideran la posibilidad de bajar al fondo del mar su coche turbo GTI con spoilers e ir vestidos con el chandal de marca de los fines de semana (gorrilla ladeada incluída), pensando que así tendrán el mismo éxito que los equivalentes terrestres de la especie. Sin embargo, esto es una vana esperanza, ya que está científicamente demostrado que éstos últimos suelen volverse SIEMPRE a casa bastante borrachos y jurando aquello de "aquella rubia la tenías a punto, tío, te lo juro, no sé por qué no le has entrado, hostias").
Sin embargo, frente a estos intentos originales de cortejo los más clásicos optan directamente por atraer a las morenas a base de feeding, pero esto es un tema que veremos porteriormente...
Eso sí, un momento crítico en el paso a la edad adulta es comprobar si el Memo Manitas candidato es capaz de superar los niveles de estupidez de la manada y optar al puesto de macho alfa. Para aspirar a ello, el sujeto debe elegir como objeto de su apareamiento un congrio en vez de una morena, hecho que le permite luego repetir hasta la saciedad (sobre todo a quienes no quieren oírlo) "pues yo una vez tuve un congrio de este tamaño delante de mi cara, y metí la mano para sacarlo, y... etc., etc., etc.)
Altruismo, gastronomía y neuronas
Llegado a la edad adulta el M.M. se transforma, convirtiéndose en un ser generoso, entregado, comprometido, ecologista, malabarista, chancletas, coletilla y fumaporros (vamos, como los perroflautas con camisetas de "Solidaridad con XXX", donde ese XXX suele ser cualquier causa perdida). Este altruismo que les invade les hace pensar que todas las especies marinas están famélicas y entonan permanentemente un quejumbroso "jaaaaaa, paaaaayo, dame aaaaargo pa coméeee, que no é pa visssio ni drogaína, que é pa dar de comé a mis churumbeeeeeles").
Ante semejante petición desesperada, la naturaleza ecologista, comprometida y bondadosa del M.M. le obliga a reemplazar los simples trozos de pescado con los que otras especies (igual de estúpidas, pero algo menos) suelen alimentar a los pobres necesitados, y en su lugar se abastecen de gran cantidad de alimentos grasos y ricos en colesterol, como salchichas y huevos cocidos, conocedores de que aquellos que reclaman alimento se verán mucho más satisfechos y saludables si son alimentados de tan nutritiva manera.
Sólo unos pocos "Manitas", los más abnegados y entregados de su especie, llegan al máximo de altruismo de ofrecerse a sí mismos en lo que se denomina un acto de "feeding extremo". Lo más frecuente es que en ese caso entreguen con alegría un dedo a aquel congrio o morena que tanto lo necesitaba, acto generoso que me recuerda siempre a mi querido amigo Jim "El Manco", un instructor a falta de unos papeles (como yo) que tras aquella inmersión ligeramente accidentada en Sudáfrica en la que nos metimos a hacer feeding con tiburones blancos me repetía una y otra vez "Amigo Chupiguay, no te preocupes: todavía me queda otra oportunidad".
Morfología
Aparte del rasgo ya comentado de la microcefalia de la especie, otra característica que es especialmente significativa es el tamaño descomunal de sus manos, y el continuo uso que hacen de las mismas, lo que se puede catalogar como una "invasión táctil" de la especie.
Tras analizar este factor (y tomarme un par de gin-tonics para digerirlo) he llegado a la extraordinaria conclusión de que todos los impulsos que llegan al minúsculo cerebro del Memo Manitas viajan a través de las terminaciones nerviosas en sus dedos, demostrando de paso con dicho acto su poder y control sobre todo aquello que sobetea.
Es por ese motivo, y no por otro (por ejemplo, la obtención de algún tipo de satisfacción sexual, como postulan algunos autores) por lo que se entretienen tanto toqueteando morenas, agarrando corales o rascándose el ojete del culo (al tratarse del lugar donde reside su cerebro principal, dicho acto es equivalente al nuestro de rascarnos la cabeza cuando pensamos).
De hecho, si se realizan estudios concienzudos (una búsqueda en google ya vale) se puede verificar que estos especímenes podrían ganarse la vida como masajistas de seres humanos en alguna isla, así que mucho cuidado, mis queridos discípulos, a la hora de decidir en qué manos os ponéis, y haced como yo, que para mis masajes suelo ir a un local con luces de neón que está a la salida de... bueno, que me distraigo.
Volviendo al caso que nos ocupa, no tenéis que preocuparos excesivamente por la posibilidad de encontraros con un Memo Manitas en una camilla de masaje, ya que situaciones como la descrita son poco habituales. Por lo general el M.M. sólo es capaz de demostrar su extraordinario valor y osadía toqueteando crías de angelote, hazaña que graba en vídeo para compartirla no sólo con sus amigos de manada en sus salidas de machotes sino también para subirla al YouTube, aunque luego suelen bloquear el acceso a tan gloriosas hazañas para no apabullar con tanta valentía a la población ignorante.
La expansión de la especie
El Memo Manitas es, por todo lo dicho hasta ahora, una especie peligrosa, no tanto por su insistencia en meterle mano a todo debajo del agua (cosa que yo también hago, aunque suelo restringirme a miembros del otro sexo), sino porque se infiltran de manera silenciosa, como las plagas de erizos diadema que comentábamos antes, de forma que se han realizado avistamientos no sólo en las aguas de Gran Canaria y en el Youtube, sino en otros puntos de nuestros océanos.
Así que, mis queridos discípulos, no tengáis el menor reparo en ayudar a la naturaleza, y siempre que os topéis con un Memo Manitas, mostraos respetuosos con sus escasas luces y ofrecedle algunas muestras de admiración, como un pez león, un mejor aún un pez piedra o una serpiente marina. Seguro que os lo agradecerá toqueteando efusivamente aquello que le entreguéis, lo cual os hará a vosotros (y a todos nosotros) extremadamente felices.
Hala, a seguir bien,
Chupiguay
PD. Quiero agradecer a Crescente, avanzado discípulo Chupiguay y asiduo participante de este foro el haber dado el primer aviso acerca del avistamiento del peligroso-a-la-par-que-patético M.M. (Matías para los amigos...) en un post de enero. Gracias a él, y a otros foreros que aportaron sus chupicríticas observaciones vuestro Maestro Chupiguay ha estado en disposición de realizar este modesto (aunque insuperable) análisis de tan singular especie.
PD2. ¿Que por qué he tardado tanto? ¿Que esperábais que hubiera publicado esta entrega cuando se realizó dicho avistamiento en enero? Pues tenéis razón, eso mismo es lo que le decía yo al director de la prisión, que necesitaba la condicional porque mis discípulos me estaban esperando, pero que si quieres...
PD3. ¿Qué por qué estaba vuestro idolatrado maestro en una lúgubre prisión? Eso ya os lo contaré en otra ocasión, pero como consejo, deciros que si tenéis un chiringuito playero no vendáis nunca raciones de "pulpitos de anillos azules fritos" ("Deep fried Hapalochlaena lunulata" en inglés). La gente no las sabe apreciar... unos desagradecidos, que os lo digo yo.