Los mares esconden 3 millones de restos de navíos que están al alcance de los saqueadores, contra los que hay que actuar de manera "urgente", dijo hoy el director general de la UNESCO, Koichiro Matsuura, al abrir la reunión que fijará las reglas que protejan los tesoros submarinos.

Ese es el objetivo de la primera Conferencia de los Estados parte de la Convención de la UNESCO para la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático, que comenzó hoy en París.

El texto, adoptado en 2001, no entró en vigor hasta el pasado 2 de enero cuando fue ratificado por 20 países, entre ellos España.

Ahora, de lo que se trata es de comenzar a trabajar "para que no se quede en letra muerta" y de "poner coto al tráfico ilícito" de los tesoros que se esconden en el fondo del mar, dijo Matsuura.

Porque "nadie duda de que es necesaria una acción urgente" para evitar el pillaje y el deterioro de la enorme riqueza que hay bajo los Océanos, agregó el responsable de la UNESCO.

Cuantos más Estados se adhieran a la Convención, mayor será la protección de los océanos y del legado "extraordinario y frágil" que acogen que, de no cuidarse, está condenado a la destrucción, alertó.

En términos similares se pronunció el invitado de honor a la ceremonia de apertura de la Conferencia y ex secretario general de la ONU, el peruano Javier Pérez de Cuéllar, quien explicó a Efe que la solidaridad es la clave para la eficacia del Tratado.

"Se necesita una solidaridad, inclusive de los países que no tienen costa, o sea, que no tienen ni la más remota posibilidad de tener riquezas en el fondo del mar, con aquellos que sí las tienen", dijo.

No es el caso de España, uno de los impulsores de este Tratado que aspira a tener un papel destacado en su organigrama porque, entre otras razones, "somos una potencia naval importante y tenemos una cantidad increíble de pecios por todo el mundo", subrayó Elisa de Cabo, de la subdirección general de Protección de Patrimonio Histórico del ministerio español de Cultura.

Como ejemplo, con esta Convención sería "ilícita" una actuación como la que recientemente protagonizó la empresa estadounidense Odyseey, que recuperó un tesoro millonario de un galeón español hundido en 1804, porque en el texto se prohíbe expresamente la explotación del fondo del mar.

Ese es solo uno de los casos más sonados en los últimos meses pero no el único porque, según los expertos, hay unos 3 millones de pecios de antiguos navíos bajo el mar que representan un legado cultural inmenso.

De Cabo explicó a Efe que el objetivo de esta reunión, que se prolongará hasta mañana, es "poner en práctica la Convención" y elaborar sus directrices operativas para actuar cuanto antes.

Se trata de "construir, nombrar, componer todo", precisó otro de los miembros de la delegación española, el director del Museo Nacional de Arqueología Subacuática de Cartagena (Murcia), Rafael Azuar.

Pero además de fijar las reglas de trabajo, agregó, en esta reunión se decidirá también si se crea una comisión de técnicos y expertos para el asesoramiento en temas de patrimonio subacuático.

Es un patrimonio "cada vez más vulnerable y lucrativo", dijo en su intervención el presidente de la Conferencia General de la UNESCO, George Anastassopoulos, quien instó a los participantes a que aclaren las dudas que obstaculizan la ratificación, por parte de otros estados, de este Tratado.

Es uno de los siete convenios de la UNESCO que protegen el patrimonio cultural en todas sus formas.

En este caso, por patrimonio subacuático se entiende "todos los rastros de existencia humana que tengan un carácter cultural histórico arqueológico y que hayan estado bajo el agua, parcial o totalmente, de forma periódica o continua, por lo menos durante 100 años", según el primer artículo de la Convención.

El texto establece principios básicos para la protección de ese patrimonio, prevé un sistema de coordinación internacional en este ámbito y fija normas prácticas para la investigación y conservación de los sitios culturales hallados bajo el mar.