¿Quiénes somos nosotros? Como todos los seres humanos nacemos en el corazón marrón de la madre tierra.
Tenemos brazos y piernas y respiramos oxígeno que entra en pequeños pulmones. Pasamos gran parte de nuestra vida en posición vertical que nos da una mayor autonomía y un mayor confort en la tierra.
Vistos superficialmente, somos iguales a todos los seres humanos. Pero analizando un poco más a fondo, algunas cosas nos hacen diferentes.
Nacemos con los ojos acostumbrados al azul de las aguas. Tenemos un cuerpo que ansía el abrazo del mar. Y un pulmón con grandes limitaciones de aire que no alcanza para prolongar nuestra vida en el mundo azul. Somos hombres y mujeres de espíritu inquieto. Buscamos para nuestra vida más de lo que nos fue dado. Pasamos por grandes pruebas para aproximarnos a los peces. Transformamos nuestros pies en grandes aletas, conservamos el calor de nuestro cuerpo con pieles falsas y llegamos hasta cargar un nuevo pulmón en nuestras espaldas.
¿Y todo eso para qué? Para poder satisfacer una pasión. Un sueño. Porque todos nosotros un día, de alguna manera, fuimos presentados a un mundo nuevo. Un mundo de silencio, de calma, de misterio, de respeto y de amistad. Y esta calma y este silencio nos hicieron olvidar la locura y agitación de nuestro mundo natal.
El misterio envolvió nuestro corazón sediento de aventura. Aprendimos a tener respeto por los verdaderos habitantes de ese mundo. Respeto que, solo después de haber apreciado la inocencia de un pez, la inteligencia de un delfín, la majestuosidad de una ballena e incluso la fuerza de un tiburón, podemos comprender.
¿Y la amistad? Cuando vamos hasta el fondo del mar, descubrimos que allí jamás podríamos andar solos. Entonces llevamos a alguien más. Y esta persona, que llamamos dupla, compañero o simplemente amigo, pasa a ser importante para nosotros. Porque además de poder salvarnos la vida, pasa a compartir todo lo que vimos, todo lo que sentimos. Y de duplas, pasamos a tener grupos.
Y estos grupos pasan a ser cada vez más unidos. Y así entendemos que somos todos viejos amigos, aún cuando no nos conozcamos. Y ese eslabón que nos une es mayor que todos los otros que ya hemos encontrado.
Y eso hace de nosotros más que amigos, hace de nosotros más que hermanos. Hace de nosotros... buceadores.
J a c q u e s Y v e s C o u s t e a u