En su respuesta de ayer, Odyssey recuerda a España que ambas partes ha colaborado, incluso con «periodos de entusiasmo», durante diez años en sus proyectos. La empresa lamenta que nunca haya quedado constancia escrita de este sentimiento pero aportan ante el juez un relato muy singular de sus tratos con nuestro país, de los que los lectores de ABC ya saben y cuyo mayor error fue el permiso de excavación del HMS Sussex emitido por el Ministerio de Exteriores.

A la postre ha quedado demostrado que el trato con los cazatesoros no era rentable en absoluto. Pero con ciertas artes sibilinas se quedan a un paso de acusar además de perjurio a una funcionaria del Ministerio de Cultura, Elisa de Cabo, porque no están de acuerdo con la versión que ella dio ante el juez de la reunión mantenida en noviembre de 2006.

Dicen que sus afirmaciones son falsas o pensadas para confundir. Odyssey por demás recuerda el interés de España en participar en la excavación de barcos conjuntamente con ellos, como el HMS Sussex. y las constantes invitaciones a participar con arqueólogos espaoles a bordo. También afean a España su acuerdo para que Sea Hunt, la empresa que excavó El Juno y La Galga, siguiera explotando los pecios, a pesar de que no iban en misión comercial y eran buques de Estado. En general, en la respuesta de Odyssey sorprende una gran cantidad de contracciones que se traducen en una gran variedad de argumentos.

No dejan de señalar tampoco la manera en la que se sienten vilipendiados por España en sus denuncias.