Uno de los buzos de un equipo internacional ha conseguido llegar en la resurgencia de Pearse, Nueva Zelanda, llegar a la profundidad de 177 metros en una expedición que ha durado 10 días.
Para que os hagáis una idea de la aventurilla, el transporte del material a la zona solo era posible por helicóptero, ya que el carril que lleva a la zona solo es accesible a pie en una caminata de 3 horas, ósea impensable con la carga de todo el material eso para empezar; el campamento base solo lo podían poner a unos 60 metros de la entrada del sistema de túneles al que había que llegar andando y escalando con unos 80 kilos de material en lo alto.
Fuente: www.oceanidas.net