Niega que el Tratado de 1902 no pueda aplicarse al tesoro de la ‘Mercedes’. El ayudante del Fiscal General considera probado que el barco pertenece a la Armada Española.

Odyssey ha regalado a Inglaterra dos cañones sacados del pecio del HMS Victory, hundido en 1744,...

El Departamento de Justicia norteamericano intervino el jueves, a favor de España en la disputa que tiene lugar en Tampa (Florida) sobre la propiedad del tesoro de la fragata Mercedes. Al igual que hace un mes, Tony West, adjunto al Fiscal General de EE.UU., repite que su país tiene un “interés sustancial” en que se interprete correctamente el tratado que firmó con España en 1902 acerca del mutuo reconocimiento de sus barcos de guerra. Insiste en que se debe asumir, “como un hecho probado por el juez Mark A. Pizzo, que lo que Odyssey extrajo procede del Nuestra Señora de las Mercedes, un barco de guerra de la Armada Española, que no ha sido abandonado por España”.

Odyssey presentó en Tampa la carga de la Mercedes como si procediera de un barco desconocido (Cisne Negro) y abandonado. La Ley del Almirantazgo permite adjudicar la propiedad de la carga al hallador si concurren esos dos factores. El juez, recuerda el ayudante del Fiscal General, ha dejado claro que ni el barco es desconocido, ni está abandonado, sino que pertenece a la Armada Española. El corolario es que el juez no puede juzgar por la Ley del Almirantazgo y que deberá resolver la Corte Suprema de EE.UU., sin duda a favor de España, porque ya se ha dicho de quién es el barco. Odyssey trataba de limitar la validez del tratado a los barcos hundidos en aguas de EE.UU., sin proteger su carga

El Departamento de Justicia interviene de nuevo porque Odyssey ha tratado de negar valor al Tratado de 1902. West, que se presenta ante el Tribunal sin haber sido llamado (bajo la figura de “amigo de la curia”), rebate las dos razones que alega Odyssey.

La primera es que, según los cazatesoros, el artículo X del Tratado se refiere a barcos españoles hundidos en aguas norteamericanas. El ayudante del Fiscal General afirma que “el lenguaje del artículo no contiene tal limitación” y que Odyssey “malinterpreta” el intercambio de notas que precedieron a la firma del Tratado. West aclara que España pretendía con esas notas que, al hablar de barcos hundidos en aguas de EE.UU., no se limitara a las continentales, sino a todas sus aguas jurisdiccionales, incluidas las de Cuba, Puerto Rico y Filipinas.

En segundo lugar, Odyssey afirma que el Tratado de 1902 se refería a los buques y no a su cargamento. De nuevo asegura el Fiscal General de EE.UU. que “ni el lenguaje del Artículo X ni el de los demás artículos del Tratado, o el intercambio de notas, apoya tal construcción. De hecho, semejante construcción negaría las protecciones que el art. X pretendía ofrecer a los buques hundidos, y sería incoherente con el tratamiento que da la ley norteamericana a los buques hundidos”.

Si con la entrada en liza del Departamento de Justicia el mes pasado el juicio de Odyssey estaba visto para sentencia, ahora ha quedado claro que no se va a ceder ni un comino, y ello en beneficio de los propios barcos y aeronaves que EE.UU. pueda perder en el mar. Lo sorprendente sigue siendo que el Gobierno de EE.UU. ponga más empeño que el nuestro en defender el patrimonio cultural español.