Aunque el día no fue soleado, el azul estaba bastante bien, no habia mucha vida pero nos lo pasemos bien.
El momento de la llegada al punto de inmersión, La Foradada.
Lo que más abundaba y en proporciones exageradas, langostas, su cabeza hacia como dos palmos de grande.
Una pequeña bomba.
Esta creo que fue la más grande que vimos, una autentica bestia, estaba metida en agujero, no me pude acercar más.
Este ejemplar es el único que se me acerco lo suficiente para poderlo afotar, meros, barracudas y otros, súper esquivos, se alejaban nada más acercarnos a ellos.
Como podéis observar, el alga verde invade todo el punto de inmersión asfixiando a gran parte de la vida reinante en el suelo.
Una del grupo en el cabo, mi compi en la base.