La plaza de abastos expone un marrajo hembra de 140 kilos pescado frente a la costa de Ribadesella



José Antonio Cuervo Martino, patrón de la tripulación riosellana «Punta Carreros», junto con su hermano Javier, motorista de la embarcación, y el marinero Francisco Obama, se llevaron el pasado jueves un susto con sorpresa mientras pescaban. Los tres pescaron sobre las 10 de la mañana un ejemplar de marrajo de 140 kilos y cerca de 3 metros cuando faenaban en aguas de la costa de Ribadesella y a solo dos millas y media de distancia mar adentro. El pez tiburón quedó enganchado en los miños, un aparejo de red consistente en tres redes, que los pescadores utilizaban para la pesca de xarda y caballa. Atraído por la pesca de los riosellanos, se tiró a comer.

Resulta extraordinario ver a un tiburón a solo sesenta metros de profundidad y tan próximo a la costa, según los entendidos, ya que el barco pesquero y sus tripulantes faenaban a tan sólo 2,5 millas de la costa, en un lugar llamado La Silla, frente a la Atalaya de Ribadesella. Lo normal es que esta especie marina habite a unos 350 metros de profundidad y más alejado, en alta mar. La explicación que cabe suponer es que se acercara a la costa en busca de alimento o para dar a luz.

En la cofradía de Ribadesella, uno de los pescadores de la zona, Vicente Peñil Montes, explicó ayer que están acostumbrados a encontrarse 1 ó 2 ejemplares de esta especie al año, pero jamás de tales dimensiones. El del jueves tenía, además, tres hileras de dientes. El ejemplar hembra tenía en su interior cuatro crías de tiburón, se encontraba en un estado de gestación avanzado, ya que las crías estaban ya muy formadas con un peso de 3,7 kilos cada una. Los miembros de la tripulación creen que parecía haber dado a luz alguna cría ya. Estaba dilatada y de ahí, se supone, que estuviera tan cerca de la costa buscando un sitio adecuado para el alumbramiento.

En la lonja de Ribadesella en cuanto se supo de su existencia, su secretario, José Manuel Gutiérrez, se puso manos a la obra para encontrar un comprador. Finalmente, Pescados Cortina de Villaviciosa adquirió el ejemplar a un precio de 3,6 euros el kilo. Una vez destripado, el ejemplar tuvo un peso neto de 107 kilos. Las crías de tiburón las adquirió otro comprador. El tiburón podrá contemplarse hoy como último día en pescadería Cortina, en el interior de la plaza de abastos de Villaviciosa, y el martes será regalado entre los clientes de la pescadería