Bajo las olas de este zafiro azul de la esquina oriental del Mar de China, un equipo de buceadores trabaja en el arrecife...



Frente a un arrecife de coral, buceadores excavan agujeros suavemente para insertar pequeños discos de cerámica en las nuevas aperturas.

Cada disco lleva una pequeña astilla de esperanza para el arrecife, ramitas de colores brillantes, de joven coral. Este trabajo submarino forma parte de un esfuerzo dirigido por el gobierno para salvar el mayor arrecife de coral de Japón, cerca del extremo sur de la cadena de islas de Okinawa. El proyecto incluye nueva tecnología, atención minuciosa al detalle y una generosa dosis de dinero de los contribuyentes.

El proyecto ha atraído la atención nacional, al saber de los alarmantes informes de la última década, que hablan del deterioro de los arrecifes, hasta el 90% de los corales que rodea muchas de las islas de Okinawa habían muerto. El resultado ha sido lo que los biólogos marinos, llame a uno de los mayores proyectos de restauración de corales en el mundo, que comenzó hace cuatro años. El objetivo, dicen los biólogos, es perfecto para los métodos que podrían utilizarse en todo el mundo para rescatar a los arrecifes en peligro por la sobrepesca, la contaminación y el calentamiento global.