Francia busca salvar la biodiversidad de una de las joyas naturales del mundo, la mítica isla del Coco, con un proyecto de cooperación que ejecuta en ese territorio de Costa Rica y que ha tenido beneficiosos efectos sobre el ambiente, dijeron funcionarios.


La embajada francesa hizo entrega simbólica este jueves de las llaves del barco "Cocos Patrol I", que servirá para controlar la pesca ilegal en los perímetros de la isla, ubicada en el Pacífico a unos 540 km de la costa costarricense.


La donación, por un monto de 325.000 dólares, es sólo un componente del proyecto, que ha sido dotado con cerca de 1,4 millones de dólares por el Fondo Francés para el Medio Ambiente Mundial (FFEM), dijo a la AFP el director del Parque Nacional Isla del Coco, Fernando Quirós.


El barco, de 16 metos de eslora, está dotado de radar, equipos de radiocomunicación, baliza de seguimiento satelital y servicios completos para diez tripulantes, agregó el funcionario.


Por su parte, el ministro del Ambiente, Jorge Rodríguez, explicó que el apoyo de Francia ha sido trascendente para contener las amenazas a la biodiversidad marina de la isla, especialmente las actividades pesqueras ilegales.


Otras facetas del proyecto son el apoyo a la investigación de los recursos marinos, el control de las especies exógenas introducidas a la isla, el mejoramiento del turismo y la capacitación del personal a cargo, una veintena de personas entre guardas, administradores e investigadores.
La Isla del Coco, más cercana a Colombia o Ecuador, pero incluida en el mar territorial de Costa Rica, fue descubierta en 1526 por el navegante español Juan Cabezas y durante los siglos XVI y XVII fue refugio para numerosos piratas y corsarios que asolaban las costas del continente.
Una leyenda a la que se dio excesiva credibilidad en el pasado hablaba de un tesoro de incalculable valor que el capitán William Thompson habría escondido en algún lugar de la isla en 1821.


Muchos esfuerzos se empeñaron en la búsqueda del improbable botín, mientras se prestaba escasa o ninguna atención al verdadero tesoro de este pequeño territorio insular, su extraordinaria variedad de especies, algunas de las cuales no existen en ninguna otra parte del mundo.
Sin tomar en cuenta la inmensa fauna marina, "hasta la fecha se han identificado alrededor de 235 especies animales en la isla, de las cuales más del 15% son endémicas, una característica excepcional", manifestó Quirós.


Por su parte, el encargado de negocios de la embajada francesa en San José, Damien Brintet, resaltó el gran valor económico de los arrecifes coralinos que circundan la isla, los cuales definió como el verdadero "incalculable tesoro".


"Para Francia es un gran orgullo participar en este proyecto (...) porque ambos países comparten objetivos en materia de medio ambiente, existe mucha semejanza en nuestras posiciones", afirmó Brintet.