El pecio del Mary Rose ha sido calificado como «la Pompeya inglesa», porque la buena preservación de los restos, facilitada por las condiciones del lecho y aguas del estrecho de Solent, ha convertido los 19.000 objetos recuperados en una valiosa ventana a la vida de la Inglaterra de los Tudor.

Tanto el casco recuperado del navío como multitud de utensilios personales, instrumentos de navegación, armas, monedas, trabajos en metal, menaje de cocina y otros objetos de los 400 tripulantes se exponen en el Mary Rose Museum, en el complejo museístico portuario de Portsmouth, el Historic Dockyard. Parte de esos fondos, junto con la recreación del busto del contramaestre del Mary Rose se expondrán el próximo mes en el Whitgift Conference Center, en la Whitgift School de Croydon, población del extrarradio de Londres. La importancia arqueológica de este buque insignia de Enrique VIII -también el culto que los ingleses siguen tributando al monarca de la Reforma- ha llevado a invertir 23 millones de euros en la construcción de un nuevo museo que será inaugurado en 2012.