Los descendientes de don Diego de Alvear y Ponce de León (1749-1830) quieren rendirle homenaje. Desean que su infortunio tenga algún sentido en pleno litigio por la propiedad de la valiosa carga que transportaba el navío del que fue comandante, Nuestra Señora de las Mercedes. Y es que en noviembre del 2007 el Gobierno Español demandó a la empresa Odyssey Marine Exploration (OME) en Tampa, Florida, donde la empresa cazafortunas tiene su sede, por supuestamente haberse apropiado de la fragata la Mercedes y de las 500.000 monedas de oro y plata que transportaba en una travesía que inició en el Perú.

Según precisa Moncasi de Alvear a El Comercio, “1.497 de los 1.500 descendientes de Diego de Alvear están dispuestos a ceder al Estado Español el tesoro que correspondía a nuestro antepasado”. El fin es que se cree la fundación Diego de Alvear y el museo Nuestra Señora de las Mercedes en Cádiz, donde se exhibiría el tesoro y así se rescataría su valor histórico y cultural.

“Sería una pena que el tesoro se fragmente. Hablamos no solo de las monedas de oro y plata sino también del resto de la carga que sabemos que se ha localizado: cañones, estaño y otros elementos”, refiere Moncasi de Alvear. Por eso los descendientes del comandante han emprendido una campaña denominada “Mi voto por España ante el expolio de Odyssey” para recoger firmas que, luego, presentarán ante el juzgado de Tampa. De los 1.500 descendientes que se han puesto en contacto solo tres hermanas argentinas, apellidadas Daireaux Kinsky, no ceden su parte, dice de Alvear.

Una tragedia en altamar

La historia de Diego de Alvear y el mencionado navío se remonta a 1803. Ese año la fragata partió del Callao rumbo a Cádiz transportando patrimonio de la Corona y de comerciantes españoles. Dos años más tarde, cuando la Mercedes se encontraba ya frente a las costas portuguesas, el comandante, desde otro navío, vio cómo el barco era hundido por la flota inglesa llevándose consigo a su esposa, a siete de sus ocho hijos, y toda su fortuna. Junto con Diego de Alvear se salvó su hijo Carlos, quien luego regresaría a Argentina, donde había nacido, y donde llegó a ser jefe del Estado, en 1815.

Tras la tragedia, Diego de Alvear fue llevado como prisionero al puerto de Plymouth. En Inglaterra fue puesto en libertad e indemnizado. Allí contrajo segundas nupcias con la aristócrata Louisa Rebeca Ward, con quien tuvo siete hijos. Moncasi de Alvear es descendiente de esta última rama.

En el 2007 OME halló la Mercedes en las profundidades de los mares de la costa portuguesa y lo trasladó a un lugar desconocido. Paralelamente, España interpuso una demanda en su contra.

Al conocerse que las citadas monedas de oro y plata habían sido acuñadas en Lima, en agosto del 2008 el Gobierno Peruano se presentó como parte en el proceso en Tampa. El juez correspondiente, Mark Pizzo, tiene en sus manos la decisión final.

Durante este tiempo el ministro de Cultura español, César Antonio Molina, ha manifestado que España estaría dispuesta a compartir el tesoro con países iberoamericanos. El Perú es el único país de Latinoamérica que se ha presentado en el proceso judicial.

Moncasi de Alvear opina que sería mejor que el tesoro no se dividiera para que no pierda su valor histórico y cultural.

El descendiente del capitán de la Mercedes opina así: “Diego de Alvear fue el primer comisario encargado de las demarcaciones de América entre España y Portugal por encargo de la Corona Española. Cuando regresaba a España llevaba 30 años viviendo en América. Estudió guardiamarina en San Fernando, en la Escuela Naval, y biología. Hablaba siete idiomas. Escribió un tratado pormenorizando de todo lo que iba encontrando en América, como especies animales y vegetales, que se encuentra en el British Museum de Londres, un legado para toda la humanidad de aquellos años”.

Familias peruanas quieren lo suyo

Dos hermanos peruanos están en contacto con Moncasi porque están investigando la posibilidad de que sean descendientes de Diego de Alvear.

Por otro lado, Moncasi precisa que descendientes de algunos de los otros españoles propietarios del tesoro que llevada Nuestra Señora de las Mercedes (eran, señala, 250), también se han puesto en contacto con él.

Entre ellos cita a una familia peruana que, -refiere- incluso se ha presentado como parte interesada en el proceso judicial que se desarrolla en Tampa para reclamar lo que sería su parte privada del tesoro. Estas personas expresan que prefieren mantenerse al margen de la prensa.

Así, por el momento, solo los descendientes de Diego de Alvear renunciaron a la que sería su parte del tesoro en pos de que sea apreciado por todos. Un gesto que tal vez se decidan a imitar los descendientes del resto de propietarios de la carga, espera Moncasi.

Por otro lado, el Gobierno Peruano nombró el 19 de febrero a la abogada Katty Aquize procuradora del caso. Ella se encargará de interponer las acciones legales correspondientes ante el Tribunal Federal Distrital de Tampa.