Hay algo peculiar en los delfines que dejó petrificado al célebre zoólogo Sir James Gray en 1936. Él había observado a estos mamíferos marinos nadar a una velocidad mucho más rápida de lo que, según sus investigaciones anatómicas, podían permitir sus músculos. Esta contradicción llegó a conocerse como la "Paradoja de Gray"

Durante décadas, este enigma atrajo mucha atención, especulación y conjeturas en la comunidad científica. Pero ahora, equipado con tecnología punta en medición de flujo, un equipo de investigadores ha atacado de nuevo el problema y ha resuelto la paradoja de Gray. La respuesta breve es que, sencillamente, los delfines son mucho más fuertes de lo que Gray o cualquier otro erudito pudieron haber imaginado.

El profesor Timothy Wei del Instituto Politécnico Rensselaer ha dirigido el proyecto. Colaboraron con la investigación Frank Fish, biólogo de la Universidad de West Chester en Pensilvania; Terrie Williams, bióloga marina de la Universidad de California en Santa Cruz, y Yae Eun Moon y Erica Sherman, también del Instituto Politécnico Rensselaer.

Después de estudiar a los delfines, Gray dijo en 1936 que no eran capaces de producir un alto empuje, o aceleración inducida por su fuerza física, para vencer de un modo contundente la resistencia por fricción afrontada cuando el animal se mueve a través del agua. Esta fricción y la fuerza física discreta de los delfines debían evitar que los animales alcanzaran una velocidad alta, pero las observaciones confirman lo contrario; una paradoja. En ausencia de una explicación plausible, Gray supuso que la piel de los delfines debía poseer propiedades especiales para reducir la fricción del agua.

Más de 70 años después, Wei ha desarrollado una herramienta que mide, de manera concluyente, la fuerza que un delfín genera con su cola.

Wei creó esta avanzada tecnología de diagnóstico de flujo de agua mediante la estrategia de modificar y combinar herramientas de medición de fuerzas desarrolladas para la investigación aeroespacial con una técnica de medición de flujo basada en video, la cual puede capturar hasta mil cuadros de video por segundo.

Los resultados de las observaciones y del posterior análisis demuestran que los delfines producen como promedio cerca de cien kilogramos de fuerza cuando baten su cola, casi 10 veces más fuerza que la que Gray había supuesto inicialmente. Esa, y no unas características especiales de la piel, es la explicación a la velocidad conseguida por los delfines.