Un tesoro multimillonario es la llave de la arqueología marítima colombiana.

En el fondo de los mares, en aguas territoriales co*lombianas hay 1.100 naves españolas que naufragaron o fueron hundidas, con valiosos cargamentos, en los siglos XVII y XVIII. El tesoro del Galeón San José se estima que tiene un valor cercano a los catorce billones de pesos colombianos, unos 28 años de presupuesto anual del Distrito de Cartagena.

La posición del buque no es pública.

Ya el alma de aquel que se hizo llamar Cristóbal Colón no navegaba las aguas del tormentoso mar cuando el galeón español San José, fue hundido a cañonazos por la flota inglesa, en el Caribe, a diez millas de las costas de Cartagena de Indias, con su valiosa carga de oro, plata y orfebrería, cuyo valor actual se estima que su*pera los cinco mil millones de euros, casi catorce billo*nes de pesos colombianos, suma que significaría darle salario básico a tres millones cuatrocientos sesenta y dos mil quinientos obreros, en un mes o que serviría para pagar la deuda externa de Bolivia, ubicada en el umbral de un poco más de cinco mil millones de dóla*res y dejar alguna suma importante aún en las arcas. La valoración se puede decir que es igual a unos 28 años de presupuesto anual del Distrito de Cartagena. Así es su tamaño y su importancia.

La marina inglesa, el 8 de junio de 1708, en medio del fragor de la batalla hundió al Galeón San José con sus 600 marinos y pasajeros a bordo, y un tesoro que se convirtió en leyenda. Está probado que el San José re*posa a 230 o 250 metros de profundidad, a 10 millas náuticas del puerto de Cartagena. Unas 1.100 naves es*pañolas naufragaron o fueron hundidas entre los siglos XVII y XVIII en aguas territoriales de lo que hoy es Colombia, que dispone de 1.600 km de costa sobre el mar Caribe y 1.300 Km. en el Pacífico.

Fruto de un ambiente de guerra y comercio, existen to*davía en las bahías adyacentes a la ciudad 72 galeones españoles hundidos. De ellos, el San José sería el más rico, ya que previo a su hundimiento fue sobrecargado en el puerto de Portobelo (hoy Panamá) con las joyas saqueadas por España en el Perú.

El tesoro que llevaba el galeón español San José, hun*dido en 1708 en el Caribe, quedará en poder de Co*lombia después de que la justicia desestimara reclamos estadounidenses y españoles.

El tribunal administrativo de Bogotá desestimó la as*piración de la sociedad Sea Search Armada de EE.UU., que desde hace años reclama para sí el 50% del valor del hallazgo —una vez que la nave sea reflotada—, en su calidad de “descubridora” del tesoro. El tribunal declaró “inaplicable por inconstitucional y violatoria de los derechos colectivos al patrimonio cultural de la nación” la tenencia de Sea Search Armada (SSA) del 50% de los derechos sobre lo que se encuentra en el galeón. Aceptó en cambio una acción jurídica llevada a cabo por el abogado Antonio Rengifo en 2002 para que se respete la propiedad de la Nación sobre las riquezas que se hallen en la nave.

“Eso pone fin a 15 años de demandas de la SSA para apropiarse de la mitad del valor de la carga”, es de*cir toneladas de oro, plata y orfebrería, señaló Rengi*fo, de 46 años, experto en derecho marítimo. El fallo se produjo tras el rechazo de Colombia a firmar una convención de la UNESCO sobre el patrimonio cultural submarino, que era favorable a las reivindicaciones de España sobre sus galeones.

Las notas de Claudio Bonifacio

El historiador italiano Claudio Bonifacio, experto en naufragios, calcula que el mar guarda del saqueo de las colonias por el imperio español, un patrimonio de 1,600 toneladas de oro y 34,000 toneladas de plata, valoradas entre 50,000 (US$ 67.305 millones) y 80,000 millones de euros (US$107.688 millones).

Bonifacio, autor del libro “Galeones con tesoros. Dón*de están hundidos. Qué llevaban”, publicado por Mu*ñoz Moya. Editores Extremeños, explica que al menos 1,207 naves de la época colonial naufragaron en aguas españolas, de las cuales 491 son desconocidas, es de*cir, no se sabe el nombre del barco, ni el origen, ni el destino. En su opinión, los metales preciosos que se encuentran en el fondo del mar deberían ser rescatados para fines humanitarios, culturales y sociales, gracias a la estrecha colaboración entre los sectores público y privado.

Además de investigar desde 1981 los naufragios luso-españoles en los archivos de Portugal y, desde 1985, en el Archivo de Indias de Sevilla y otros de España y América, Bonifacio ha participado en diversos pro*yectos de rescate en la Isla del Tesoro (Honduras), las playas de Faro (Portugal) o las costas de Cuba.

Sus estudios le permitieron documentar cientos de nau*fragios de la Carrera de Indias en aguas de España, Por*tugal, México, Cuba e islas, Centroamérica, Colombia, Venezuela, Uruguay, Filipinas, y aguas profundas del Atlántico y del Pacífico, muchos de ellos con tonela*das de bienes patrimoniales y culturales, joyas, piedras preciosas, porcelanas y objetos artísticos

En el texto, Bonifacio indica en grados, minutos y se*gundos las posiciones náuticas donde están hundidos algunos de los pecios más importantes.

En 1996, el historiador calculó inicialmente que Es*paña albergaba en sus aguas 800 toneladas de oro y 12,000 de plata.

Hace 20 años, el Gobierno colombiano encargó a consorcio sueco para el rescate del galeón San José

Neptun Engineering, es la empresa sueca que reali*zará las tareas de rescate del galeón San José, luego que el gobierno colombiano encargara, en 1988, a un consorcio sueco de la operación de arqueología marina más importante que emprende nuestro país.

Los restos del galeón San José, llevan en los fondos marinos a pocas millas de Cartagena, exactamente 300 años, luego de que el mismo fuera hundido por filibusteros ingleses que querían apropiarse de sus inmensos tesoros, en combates celebrados el 8 de junio de 1988.

En la competencia por el rescate participaron 11 em*presas multinacionales, de igual número de países, pero la adjudicación fue obtenida por un consorcio sueco liderado por el Banco Estatal de Inversiones de Suecia

Neptun Engineering, es la misma compañía que en 1965 reflotó el barco sueco Vasa, hundido en su pri*mer viaje marino en el siglo XV y que hoy es uno de los museos más visitados de Estocolmo, Suecia. El Vasa “es el único barco del siglo XVII que ha sobre*vivido hasta nuestros días, con más del 95 % de su estructura original y sus cientos de esculturas talla*das, es un tesoro artístico, hundido el 10 de agosto de 1628, cuando varios barcos de guerra reales se hi*cieron a la mar desde el puerto de Estocolmo. Siendo el Vasa el de mayor envergadura y la embarcación que había recibido su nombre de la dinastía reinante, por su poder y estructura. Había sido construido por orden del rey Gustavo Adolfo II de Suecia. En su primer viaje, fue azotado en la bocana del puerto por una repentina ráfaga de viento que lo escoró en dos oportunidades hasta producir su hundimiento. Duró 333 años bajo el agua, luego que Anders Frazen, un investigador particular reiniciara su búsqueda y lo encontrara en 1956. El Vasa fue reflotado el 24 de abril de 1961 después de va*rios años de preparación.

El valor del rescate

La primera eta*pa de las tareas de localización del San José, tendrá un costo cercano de 30 millones de coronas, unos veintidós mil millones de pesos y 100 millones, unos 76 mil millones de pesos colombianos, el reflotamiento. O sea que la operación total costaría unos cien mil mi*llones de pesos colombianos. El galeón San José se encuentro sumergido a unos 250 metros de profun*didad.

¿Qué pasó con éste contrato?

Pasados veinte años, vale la pena preguntar*se, cuál es el destino de esta adjudicación, si el contrato se cumplirá y si los costos del mismo se mantienen al paso del tiempo.

España tercero en disputa por el San José

300 años después, España también exige soberanía so*bre naves hundidas que llevaban su bandera. La Corte Suprema de Justicia de Colombia ha dejado en el limbo las pretensiones de la SSA y de los españoles.

Es dable comentar que esta intención de seguirle echan*do mano a los tesoros fruto de la expoliación de Amé*rica, es una muestra de la rapacidad insaciable a través de los siglos. En momentos en que en aras de la justicia España debería estar entregando a América, todos los te*soros que hoy reposan en Casa de América, en museos españoles y que forman parte del patrimonio de ese país, para que en gracia de la justicia con la historia y mejor con futuro, se compense de alguna manera el dolor y la muerte sistemática, fruto de la gesta genocida que el im*perio Español sembró desde 1.492 hasta 1.820, contra los nativos indígenas, los negros africanos y los criollos de toda laya, que se ha mantenido en la impunidad.

Reclamo ante corte gringa

Un precedente del reclamo de tesoros americanos, por parte de España, es el instaurado en una corte federal estadounidense hasta unos 500 millones de dólares por un tesoro colonial encontrado por una firma de Florida en el océano Atlántico.

El concepto de una historiadora

Carla Rahn Phillips, historiadora y profesora de la Uni*versidad de Minnesota, en su libro The treasure of the San José (El tesoro del San José), piensa que el tesoro es español y que debe quedar allí, sumergido, donde hace 300 años cayó, y opina que hoy el galeón es una herencia cultural debajo del mar.

Su criterio, está expuesto en estas frases “en 1.708, cuan*do el galeón ‘San José’ se hundió, este era un buque del estado español durante una guerra. Su contenido incluyó impuestos y tesoros del rey; dinero y tesoro registrado de particulares y dinero y tesoro sin registrar (contra*bando) de particulares. Dado que el estado español fue el propietario del galeón, considero al galeón todavía patrimonio de la nación española. Aún en nuestros días, es un principio muy importante que un buque de estado hundido quede en la propiedad de la nación que fue su dueño cuando se hundió. Es de esperar que la nación española y la nación colombiana cooperen en buscar e investigar el galeón ‘San José’, por su interés indudable para la historia de ambos países”.

No debe ser sacado

“Para mí sería mejor si el galeón nunca se sacará de las profundidades. El ‘San José’ es la tumba de casi 600 hombres, y tenemos que demostrar respeto para ellos”, argumenta Phillips. Con ese criterio nunca la humanidad hubiera descubierto y sacado tesoros tan importantes como los encontrados en las pirámides de Egipto, para dar un ejemplo.