Un estudio ha confirmado lo que los científicos venían diciendo desde hace años: los tiburones no ven a los hombres como a una presa.
La investigación ha sido realizada conjuntamente entre la Universidad de Cape Town, el Departamento Medio Ambiental y de Turismo de Iziko (ambos en Sudáfrica) y la Universidad Simon Fraser de Canadá, basándose en los estudios realizados en el comportamiento de los escuálidos y las focas que habitan en los alrededores de la Seal Island en False Bay, África.
Tal conclusión se ha extraído al comprobar que los tiburones, que devoran en la zona unas 32 focas al día, usan complejas estrategias de caza para hacer más efectiva la captura, llegando a usar complejas emboscadas haciendo uso de las horas del día cuando más escasea la luz e iniciando el ataque a una profundidad de unos doce metros.
“A esa profundidad, durante horas menos luminosas (las dos primeras horas después del amanecer),
hay suficiente luz para que los tiburones puedan ver la silueta de las focas en la superficie pero no para que ellas los vean allí abajo”, dijo Alison Kock, de la Universidad de Cape Town. “Existe un juego entre depredador y presa entre los tiburones y las focas donde cada especie maximiza sus estrategias tanto para matar como para evitar se devorada. Los tiburones no se sientan simplemente a esperar a que suceda lo mejor sino que toman decisiones, decidiendo el mejor lugar y hora para la caza”
Hecho que refuerza la creencia de que no nos ven como una posible presa, puesto que de ser así, usarían las mismas técnicas de depredador en los ataques sucedidos sobre humanos.
Por lo que respecta a las focas, también han desarrollado sus propias estrategias de supervivencia. Para alimentarse, se alejan varios kilómetros de la costa nadando en la superficie en grupos compactos y numerosos, y al regresar lo hacen buceando y acercándose a la isla desde puntos distintos, fragmentando la unidad del grupo.
No obstante, las focas más jóvenes no tienen la capacidad pulmonar de las adultas y necesitan regresar con más frecuencia a la superficie, además de no haberse aprendido la estrategia de grupo, con lo cual se convierten en el 80% de las presas capturadas por los tiburones de la zona, que parecen haber aprendido que las crías son objetivos fáciles.