La Cofradía de Pescadores viene reclamando al Consell la creación del servicio de inspección desde que empezó a funcionar la nueva institución. Los buceadores furtivos bajan a pulmón pero superan las capturas

FORMENTERA | CARMELO CONVALIA La Cofradía de Pescadores de Formentera vuelve a denunciar «la impunidad con la que pescan los furtivos ante la falta de inspección en aguas de Formentera». Los pescadores profesionales de la isla ven con impotencia cómo, cada día, aumenta la presencia de lanchas neumáticas con un conductor y varios buzos que pescan en puntos escogidos, a lo largo de la Mola y de Migjorn. Las principales capturas son ejemplares de meros, cigalas (cuando es la época), rotjas y en general piezas con un alto valor en el mercado, que venden de forma ilegal en restaurantes e incluso a particulares por encargo.

El secretario de la Cofradía de Pescadores, Miquel Ferrer, no duda en relacionar el aumento de la presencia de estos pescadores ilegales con el hecho de que desde la creación del Consell de Formentera, a principios de año, «no hay inspección ya que este control ya no corresponde al servicio del Consell de Eivissa, cuyos inspectores ya no vienen a la isla».

De esta forma, Formentera lleva casi un año sin ningún tipo de control sobre la actividad pesquera en sus aguas interiores. Aunque el furtivismo se viene produciendo desde hace años, la actividad se ha desplazado a las zonas donde los buzos saben que no hay vigilancia. Hasta hace pocos meses no dudaban en realizar sus capturas en aguas de la Reserva Marina de es Freus, pero desde que los vigilantes de esta área cuentan con una embarcación de gran potencia, los furtivos saben que en aguas de la Reserva son más vulnerables.

La Guardia Civil, a través del Seprona, también ha actuado e impuesto sanciones al igual que la dirección general de Pesca del Govern balear, pero esos escasos controles no han servido para disuadir a estos pescadores. Ferrer señala que ha mantenido reuniones con el teniente del Seprona: «Hacen lo que pueden, la verdad es que tampoco tienen muchos medios», lamenta.

Miquel Ferrer recuerda que el límite para este tipo de pesca que se realiza a pulmón y con pistolas con arpón (algunas de aire comprimido) es de cinco kilos por buzo y día. Sin embargo, las capturas superan con creces esa cifra y luego son vendidas.

La actividad comercial de forma directa está estrictamente prohibida ya que la venta de pescado se debe realizar a través de las lonjas de las cofradías de pescadores. Los furtivos no solamente salen los días de buen tiempo sino que también aprovechan los días en que el mar está relativamente mal para poder actuar con más tranquilidad.

Mientras, la sensación de impotencia ante este tipo de pesca desleal e ilegal aumenta entre los pescadores profesionales de Formentera. El secretario de la Cofradía asegura que «los pescadores los ven casi cada día y es evidente lo que están haciendo, porque van a las zonas donde saben que hay pescado; lo cierto es que cada vez hay más zodiacs con más gente».

Debido a que este tipo de pesca es muy especializada y no respeta ni tallas mínimas ni kilos de capturas autorizados, el daño que supone para los recursos pesqueros es prácticamente irreversible. El motivo es que muchas veces los meros y rotjas capturados son ejemplares infantiles cuyo proceso reproductivo cortan de cuajo.

A pulmón

Los pescadores furtivos son auténticos atletas que bajan a pulmón armados con arpones. Se han especializado en capturar impunemente ejemplares muy valorados en el mercado en aguas de Formentera, donde saben que no hay inspección de pesca.

Impotencia

Los pescadores locales sienten rabia e impotencia ante el aumento de esta práctica ilegal que lesiona seriamente el mercado y los recursos pesqueros de la isla.