Enviaban dinero a la Comunidad foral en el barco hundido frente a Gibraltar - Al menos Antonio de Elizalde, Gabino Gaínza, Miguel de Gárate y Tomás de Ugarte tenían origen navarro - La fragata Nuestra Señora de las Mercedes fue hundida por los ingleses en 1804 y el Odyssey halló sus restos en 2007

Con ecos de la ficción propia de Indiana Jones o Piratas del Caribe, el culebrón del tesoro sumergido cerca de Gibraltar y descubierto hace, un año por el Odyssey llega a Navarra.

Si se confirma que el oro del navío hundido es el que transportaba la fragata española Nuestra Señora de las Mercedes, los descendientes de aquellos comerciantes, que desde Perú enviaban remesas a la Península podrían hacer valer sus derechos hoy ante el juez de Tampa (Florida) que estudia la posible expolicación del buque español. Y al menos cuatro de ellos tenían origen navarro. Martín de Aramburu, Antonio de Elizalde, Gabino Gaínza y Miguel de Gárate son, según los documentos depositados en el Archivo de Indias de Sevilla y hechos públicos hace un mes por el diario “El País, cuatro de los 130 españoles que en 1804 enviaron dinero en el barco que los ingleses hundieron a escasa distancia de la costa gaditana. Como consta en esos mismos documentos, aproximadamente dos tercios de la carga del barco eran remesas de particulares (697.621 pesos). El resto, (253.606 pesos) era dinero de la Corona.

Diversos archivos, procesos y documentos de la época han permitido confirmar el origen navarro de esos cuatro comerciantes. Es el caso, por ejemplo, de Antonio de Elizalde, cuyo expediente de información y licencia de viaje a Indias fue expedido el 25 de enero de 1773. En el archivo consta que Elizalde, mercader natural de Pamplona, fue acompañado en su periplo americano por su criado Cristóbal de Azpilcueta, también originario de Navarra. Asimismo, un documento del virrey Abascal, ubicado en el Archivo de Indias, sitúa a Elizalde en Lima el 4 de septiembre de 1812, ocho años después del hundimiento de Nuestra Señora de las Mercedes.

Quizá el caso más paradigmático de los cuatro sea el del brigadier Gabino Gaínza. Su biografía, detallada en los anales históricos de Guatemala, relata que Gaínza nació en Pamplona el 20 de octubre de 1753. Hijo de una familia poderosa, como sus progenitores constan José Javier Gaínza y Eulalia Fernández de Medrano . Fue un personaje importante de la época. En 1792 le fue concedido el título de caballero de la Orden de San Juan de Jerusalén y en 1801 ya existen denuncias suyas hechas en las colonias españolas de América, sobre el atropello de corsarios ingleses a embarcaciones hispanas. Años después, jugó un papel crucial en el proceso de independencia de las colonias centroamericanas y fue el primer presidente de la nueva República de Guatemala, proclamada independiente en septiembre de 1821. oGaínza deseaba que la nación que se estaba constituyendo se uniera a México y peleó militarmente con los independentistas y separatistas del sur. Murió en México en 1829, según consta en estos anales, sumido en la pobreza.

Miguel de Gárate es otro de los navarros que envían dinero y que los documentos sitúan en Lima a principios del siglo XIX. En este caso, los registros son más escuetos. En 1785 hay constancia de la expedición de una licencia de pasajero a Indias para Miguel de Gárate, cargador, natural de Urdax (Navarra), hijo asimismo de Miguel de Gárate y de María Josefa de Estevecorena. El puerto en el que desembarcó Gárate fue Lima. Tomás de Ugarte es, de los cuatro, el comerciante que menor número de archivos tiene relacionados con su persona. El apellido de origen navarro, está ya historiado (documentado en archivos parroquiales, actas matrimoniales, herencias, etc.) en el Perú colonial de la época. Asimismo, hay papeles que prueban que Juan José Villanueva, criado de los Ugarte en ultramar, era natural de Sangüesa, hijo de Agustín de Villanueva y de Felicia de Maya, naturales también de esta localidad navarra, lo que hace probable que los Ugarte procedieran asimismo de la zona.

La antesala de Trafalgar

La trágica historia de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes fue determinante para la estabilidad europea de principios del siglo XIX. El barco salió de El Ferrol en 1802 hacia las Indias con la orden dispuesta por el ministro de Marina, Domingo de Grandallana de traer los caudales o impuestos de la Real Hacienda (las colonias americanas pertenecían aún a la Corona Española y como tal, pagaban tributo a Madrid) que hubiese en América. Además de esa carga “oficial”, la fragata recoge parte de la fortuna personal y otros enseres de comerciantes emigrados a América. Acompañaron en la travesía a Nuestra Señora de las Mercedes otras fragatas de guerra (La Clara, La Medea, y La Fama) y un grupo de cuatro fragatas de comercio (El Castor, La Joaquina, El Astigarraga, La Dos Amigas). A pesar de que España está en paz con Inglaterra, cuatro navíos ingleses, con el comodoro Graham Moore al mando, asaltan el convoy español. La artillería inglesa desequilibra el combate y nueve minutos después, Nuestra Señora de las Mercedes explosiona, hundiéndose en el fondo del mar.