Se trata de un incidente que puede entrañar cierta peligrosidad, entendiendo la gravedad que supone una subida en escape; que será más peligrosa en función de la profundidad a la que suceda el percance. La forma más adecuada de proceder si esto nos ocurriera es la siguiente:
Si nos cae en un lugar cercano (estando en el fondo), intentaremos recogerlo aunque nos pueda suponer un esfuerzo.
En caso de que no podamos y nos veamos impujados hacia la superficie, deberemos tratar de frenar nuestra velocidad poniendo los brazos en cruz con las palmas de las manos abiertas. Las aletas también se colocarán de forma horizontal, para que frenen lo máximo posible nuestro cuerpo. Y, lo que es más importante, iremos soltado el aire.
Si la pérdida sucede cuando nos encontramos al principio de la inmersión, no habrá problema puesto que no necesitaremos realizar descompresión alguna. De cualquier forma, lo mejor siempre es tratar de evitar que esto ocurra, para ello le aconsejamos que:
Revise el estado de sus hebillas (punto más vulnerable del cinturón).
Antes de echarse al agua compruebe siempre que lleva el cinturón perfectamente abrochado.
QUEDAR ENGANCHADO
La forma de proceder variará en función del tipo de enganche que hayamos sufrido:
Si nos hemos enganchado con un hierro o con una punta de roca, deberemos pararnos inmediatamente y buscar el lugar en el que se ha producido. En caso de que fuera necesario, nos quitaremos el traje para desengancharnos.
Si se trata de un arte de pesca, deberemos extremar el cuidado en nuestros movimientos ya que podemos engancharnos aún más lo cual empeoraría la situación en breves instantes. Si fuera necesario, nos retiraremos el traje para solucionar el problema.
Lo que en ningún caso deberemos hacer es:
Soltar el cinturón de lastre.
Perder el control de las circunstancias (debemos pensar que la reseva de aire es más que suficiente).