Son parcialmente reversibles. Hay un componente rápido, es decir una fase en la que las adaptaciones que se han logrado fruto del entrenamiento se pierden rápidamente y otro que es más lento.

Se puede decir que un deportista puede llegar a perder hasta un 10% de su forma física por semana de inactividad total.


Siempre en el caso del entrenamiento aeróbico, la fase del decaimiento rápido es del orden de 20 días.