Francia instala turbinas en la costa bretona, propulsadas por corrientes marinas, para generar energía

A finales de marzo próximo, una zambullida en las aguas de la costa oeste de Bretaña va a hacer mucho ruido: la empresa francesa Hydrohelix Energie va a colocar en el fondo del mar un prototipo industrial de turbina que empezará a producir electricidad explotable gracias a una fuente inagotable y prometedora: las corrientes marinas.

Han hecho falta años y años de balances energéticos y de tanteos para realizar un sueño que saltaba a la vista. El mar es una fuente de inmensa energía, pero aprovechar esa fuerza es más difícil y, de hecho, Francia cometió un desaguisado enorme en ese intento, en los años sesenta del siglo pasado: una inmensa central eléctrica construida para explotar las mareas se ha convertido en un fiasco para el ecosistema, sin por ello aportar una solución duradera en términos de producción.

Lo de ahora va en serio: tras los primeros prototipos en Reino Unido y Noruega, ingenieros tránsfugas procedentes del mundo de las hidroeléctricas fluviales han inventado turbinas ligeras que, colocadas en el fondo del mar, cerca de las costas y en lugares donde se registran fuertes corrientes concentradas en puntos determinados, pueden arrojar un balance energético óptimo con un mínimo impacto medioambiental.

Uno de esos ingenieros es el codirector de Hydrohelix Energie, Hervé Majastre. Su start-up ecologista ha recibido respaldo financiero del Gobierno regional de Bretaña, el Gobierno provincial de Finisterre y la Agencia estatal de Control de la Energía (Ademe) francesa para la fabricación e instalación del prototipo industrial de la central eléctrica del fondo del mar.

“Nuestros cálculos indican que podemos producir 5.000 megavatios en los tres emplazamientos calificados de muy propulsivos”, señala Majestre, recordando que esa potencia representa nada menos que 25 teravatios/hora. Y el ingeniero ecologista insiste, además, en que ese volumen representaría un 5% de la producción de energía francesa “real y actual”.

El lastre de Sabella

La turbina, bautizada Sabella, lleva un lastre que le permite permanecer fijada al fondo del mar a unos 20 metros bajo la superficie. Mide unos 5,5 metros de alto –3 de ellos para la hélice en sí– y girará sólo a unas 50 revoluciones por minuto para producir directamente electricidad a 50 herzios. Y ello gracias a la instalación de 100 polos.

En esa innovación reside toda la eco-compatibilidad de Sabella : en vez de tener que girar 30.000 revoluciones por minuto –como sus primas en manos de grandes firmas que también trabajan en la llamada energía hidroliana–, Sabella gira de manera estable y lenta.

De momento, la energía del prototipo de HydroHelix será disipada en unas resistencias, con el objeto de poder medir la producción en situación real y el impacto medioambiental. “A partir de 2009, si no es este año, empezará la producción industrial de electricidad hidroliana para su consumo real si disponemos de la financiación”, estima Majastre.

El reto de HydroHelix y otras compañías de la misma filosofía es el de producir cerca de las costas y en emplazamientos muy propulsivos, con el objetivo de empezar a divulgar un objetivo muy deseado por los partidarios de las renovables: el de producir local para consumir local, lo que evita las pérdidas ligadas al transporte.

Es un objetivo que permitiría escapar a la carrera loca de la superproducción y el superconsumo de energía, que se justifican el uno al otro. Una carrera que, por ejemplo, ha llevado a que Francia construyera durante años edificios con calefacción sólo eléctrica, buena manera de justificar la ambición nuclear.

Ese objetivo del “consume local, produce local” no está en las mentes de las grandes firmas. La petrolera Total , por ejemplo, ha entrado en la carrera, al igual que EDF .

Majastre, por su parte, destaca que de lo que se trata es de ir descubriendo lugares muy propulsivos para las pequeñas sabellas. Y manifiesta su interés por las proximidades de las rías gallegas, que están siendo estudiadas por los precursores de la energía hidroliana en España.