Los científicos sueñan con predecir los terremotos y limitar las muertes y los daños materiales que provoca la actividad sísmica del planeta. Aún es una meta lejana pero la comunidad internacional avanza con nuevos medios y tecnología de vanguardia.
El primer observatorio submarino de sismos estará operativo en 2012, con sus sensores enterrados a 6.000 metros de profundidad bajo el mar y la corteza terrestre, a 100 kilómetros de la costa oriental de Japón. España ha participado en la primera campaña internacional de prospecciones a bordo del ' Chikyu ' , el mayor buque oceanográfico del mundo .


De momento los frutos de este primer asalto son mediciones y datos geofísicos muy técnicos, captados en bruto entre septiembre y febrero, que los especialistas tienen ahora que procesar. La novedad estriba en el arranque mismo del proyecto NantroSEIZE, que en años venideros deparará un reconocimiento exhaustivo de una de las zonas más sísmicas del planeta, el archipiélago japonés y la fosa marina de Nankai. Es una zona de convergencia de dos placas tectónicas.

Movimiento de placas

Bajo el fondo del mar, la placa del Pacífico hace cuña bajo la placa euroasiática y se desliza unos cuatro centímetros al año. Hay puntos donde no hay deslizamiento y aumenta la presión en la corteza terrestre.

En este área se gesta el 90% de los terremotos que sufre Japón, y ahí nacieron los dos peores de las últimas décadas, en 1944 y 1946, de fuerza 8 ambos y con más de 1.300 víctimas mortales en cada temblor. Los geólogos esperan nuevos seísmos de gran magnitud en los próximos 30 años porque la zona lleva años acumulando tensión submarina.

La primera fase del proyecto realizó sondeos y prospecciones hasta 3.830 metros desde el nivel del mar y perforó el subsuelo oceánico unos 1.400 metros. Las próximas expediciones profundizarán en busca de muestras de roca y fluidos de la zona de falla.

Bajo el mar

Para 2012 se habrán instalado sensores permanentes a seis kilómetros bajo el lecho marino, en el límite mismo de las placas donde se originan los grandes terremotos nipones.
«Nos permitirá seguirlos en tiempo real, saber qué es lo que pasa en el punto más próximo donde se genera la onda», explicó ayer María José Jurado, la geóloga del Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que ha participado en esta primera fase.

Es poco probable que se puedan predecir seísmos a corto plazo. «Nuestro objetivo es aprender», dijo Jurado, conocer las alteraciones que suceden en las capas profundas de la tierra en puertas de una sacudida telúrica.

Paradójicamente, para aprender necesitarán terremotos. «No es necesario que sean fuertes, con alguno pequeño bastaría», subrayó. Los ' tsunamis ' no necesitan un monitoreo tan sofisticado porque son fácilmente observables.
La perforación sismológica terrestre ya se ha ensayado en la falla californiana de San Andrés y otras, pero la tecnología estaba verde para las profundidades marinas. Ya no. El ' Chikyu ' ( ' Tierra ' ) es un coloso de 210 metros de eslora y 38 de manga, a medio camino entre petrolero y buque oceanográfico. Se estrenó con esta misión.
A su lado, el resto de la flota científica del mundo palidece. Cuenta con tecnología semejante a la de las prospecciones petrolíferas, capaz de sondear y taladrar hasta siete kilómetros en el subsuelo marino, tres veces más que cualquier otro buque de perforación.

El coste del ' Chikyu '

Todo es enorme en el ' Chikyu ' , también el coste, 260.000 euros por cada día de funcionamiento, y la factura que pagan los países participantes a sus científicos en un proyecto donde Japón, y EE UU en menor medida, marcan el paso.

El proyecto NantroSEIZE forma parte del Programa Integrado de Perforación Oceánica (IODP, por sus siglas en inglés), integrado por 21 países. España participa dentro de un consorcio europeo para la investigación oceánica a través del Ministerio de Educación y Ciencia. El presupuesto para 2008 es de 350.000 euros. «Un esfuerzo para España», admitió Jurado, poco más que el coste de un día en el ' Chikyu ' .