Publicado en "EL MUNDO"

Descubren un galeón español del siglo XVII en aguas belgas
EN EL NAUFRAGIO FALLECIERON 200 MARINOS


BRUSELAS.- Bélgica escondía bajo sus aguas una joya arqueológica de origen español. La red de un pescador se topó la pasada primavera con un navío mercante del siglo XVII en Nieuport, un hallazgo que no salió hasta ayer a la luz pública para mantener alejadas las ruinas, enterradas a una decena de metros de profundidad, de la codicia de los saqueadores. En su interior yacen los cuerpos de 200 marinos y, quizá, cofres llenos de tesoros.


Según cuenta hoy el diario Le Soir, en el lugar del naufragio se sumergió un grupo de submarinistas de la sociedad Deco. Ante sus ojos asomaba la parte superior de un imponente navío de tres mastiles y una longitud de 54 metros. Se estima que en él viajaban 200 hombres y sus huesos yacen desde hace cuatro siglos en el fondo del mar. A bordo de la nave también pudieron divisar cántaros de vino, entre otros recipientes donde los marinos conservaban el alcohol, decenas de cañones con un peso superior a mil kilos y el ancla, una pieza de diez metros de madera y hierro forjado.

Las incesantes modificaciones del fondo arenoso debido a las fuertes corrientes marinas en la costa explica que hayan sido necesarios cuatro siglos para descubrir el galeón, engullido por la arena en un 90%.
La labor de los especialistas consiste en averiguar la identidad exacta del navío y la carga de transportaba, posiblemente, hacia Brujas. Podría haber en su interior cofres llenos de tesoros. La incógnita la tratarán de despejar en los archivos del siglo XVII, cuya documentación revisarán minuciosamente con la esperanza de hallar alguna referencia a un naufragio que coincida con las características del buque hallado en la costa belga.

Para acercarse a las ruinas, los arqueólogos van a recurrir a gigantescos aspiradores. Una vez despejado el camino, tratarán de remontar la carga y si la suerte se pone de su lado, hallar la campana en la que habitualmente se grababa el nombre del barco.
El posición exacta del buque permanece en el más estricto secreto. Pero a pesar de la prudencia de las autoridades, las ruinas ya han recibido la visita de saqueadores que han revendido su botín en el mercado negro de los coleccionistas de antigüedades marinas.