Hola,
Mi mujer sufrió un accidente hará un par de meses, que aunque afortunadamente no fue demasiado grave, sí le provocó una fractura de la base de la órbita ocular en un ojo, de la que tuvo que ser intervenida a los dos días para implantarle una micromalla de titanio.
La recuperación está siendo muy positiva. Externamente está bien, e internamente el scanner que le han hecho muestra que la malla ha reemplazado perfectamente el suelo de la cuenta orbital, y sólo ha quedado un pequeño espacio en la parte posterior (algo natural, según indicó el cirujano, ya que no quieren arriesgarse a introducir más la malla por el riesgo de tocar el nervio óptico). Tan sólo le ha quedado una leve diplopia (visión doble) cuando mira con ángulos muy extremos (forzando el movimiento del ojo hacia arriba o hacia abajo)
Durante esta fase de convalecencia que se alargará hasta marzo le han indicado que no debe estornudar por la nariz, ni sonarse. Sin embargo, no le han puesto ninguna pega al hecho de volar en avión (ya que imagino que los cambios de presión no son tan bruscos ni tan grandes), y de hecho ha volado sin ningún problema.
A ella el buceo no le apasiona demasiado, pero algunas veces ha bajado conmigo, y me gustaría saber si en el futuro podrá volver a bucear y cómo le puede afectar esta cirugía en dicha actividad.
Por lo que he entendido de la operación, la micromalla de titanio ha sido introducida por debajo del globo ocular, sosteniendo perfectamente el músculo y la grasa periorbital, y no ha requerido sujección al borde de la cuenca, así que me entran las dudas de si, al realizar una inmersión, el hecho de efectuar la maniobra de valsalva pudiera provocar que esa malla empuje la órbita ocular, o se desplace de su posición actual.
Como dicen en las películas: ¿"Hay algún médico en la sala" para echarme una mano con mi pregunta?
Gracias,
Fernando