Cambio climático bajo el agua
El langreano Mario Lebrato participa en un estudio pionero del efecto del calentamiento global en las estrellas de mar


Parajes áridos o muros de hielo que se hunden suelen ser las estampas más evocadoras del proceso de calentamiento global que vive el planeta. Sin embargo, bajo el mar, a miles de metros de profundidad, los efectos del cambio climático también se dejan notar. Mario Lebrato -natural de Sama y estudiante de Oceanografía y Biología Marina en la Universidad de Southampton (Reino Unido)- participa en la actualidad en una investigación pionera sobre el impacto del aumento de las concentraciones de dióxido de carbono en el desarrollo de las larvas de estrellas y erizos de mar. Hay motivo para la inquietud. De momento, el estudio ha detectado malformaciones y fallos en el desarrollo del huevo que podrían afectar al equilibrio del ecosistema marino.

Los equinodermos incorporan calcita en sus esqueletos y son muy sensibles al proceso de acidificación de los océanos derivado del cambio climático y del aumento del nivel de dióxido de carbono. La acidificación consiste en el descenso del ph del océano como consecuencia de las variaciones del equilibrio químico del agua. «Las fases larvarias de la mayoría de las especies son las más sensibles al estrés, en este caso al incremento de la concentración de dióxido de carbono, lo que puede afectar al tamaño de las futuras poblaciones, a la estructura del ecosistema y a la biodiversidad marina», argumenta Lebrato, que desarrolla el estudio junto a otros dos investigadores.

Las estrellas y los erizos de mar pertenecen a la familia de equinodermos, una especie que habita desde la superficie del mar hasta las profundidades abisales a más de 2.000 metros. Para llevar a cabo los experimentos, se simulan en el laboratorio las condiciones climáticas previstas para el año 2100, con un ph de 7,8, y para 2200, con un índice de ph de 7,6. Las estrellas y erizos de mar se mantienen en acuarios. Los huevos fertilizados se trasladan a tanques donde se regula el nivel de dióxido de carbono. Por último, los investigadores toman y analizan todo tipo de muestras con el objeto de detectar la variación morfológica, las malformaciones, el estrés fisiológico (respiración y alimentación) y los posibles cambios genéticos.
Fase inicial
«El estudio está en su fase previa, pero parece ser que las larvas de equinodermos son las más afectadas por el incremento de dióxido de carbono. Se han observado en muchos casos malformaciones y fallos en la evolución del huevo y de la larva, así como desarrollos truncados o con tamaños reducidos», explica Lebrato, que también apunta las posibles repercusiones de los resultados detectados. «Los equinodermos forman parte de los primeros niveles de la cadena trófica y cumplen muchas funciones en el ecosistema, como controlar las poblaciones de mejillones o algas. La degradación de estos animales puede suponer un colapso de la cadena trófica que progresivamente se va trasladando a estratos más altos», añade.

La investigación desarrollada por Lebrato y sus compañeros es pionera a nivel mundial, ya que otros grupos científicos habían investigado hasta ahora el efecto del dióxido de carbono en adultos de equinodermos, pero no en la fase larvaria, «el momento crucial de un organismo».

Este langreano -que en años anteriores realizó investigaciones sobre tiburones en Sudáfrica y las Bahamas- también está inmerso en otro estudio para conocer el efecto del calentamiento global en los arrecifes de coral: «La previsión de aumento de la temperatura en los océanos podría afectar terriblemente la salud de los arrecifes de coral, ya que muchas especies viven hoy en día en el límite fisiológico de la temperatura que pueden soportar. Un incremento de 1 o 2 grados podría causar graves problemas».