Ceuta encarga una carta arqueológica para evitar expolios como el de Odyssey
Cataluña, Andalucía y País Vasco han tomado medidas semejantes para defender los tesoros sumergidos.
El Plan Nacional de Patrimonio Subacuático será un paso decisivo según los arqueólogos. El expolio del tesoro que la empresa Odyssey Marine Exploration (OMEX) ha dado en llamar Cisne Negro marcará un antes y un después en la gestión del patrimonio subacuático español. Al menos eso piensan los responsables de la empresa Nerea Arqueología, colaboradora de la Universidad de Málaga. El arqueólogo Javier Nerea y el abogado José María Lancho están convencidos de que la historia no se repetirá y de que el Plan Nacional de Patrimonio Subacuático que dentro de una semana propondrá el Ministerio de Cultura a las Comunidades Autónomas va en la dirección correcta.

Proteger los tesoros submarinos frente a la piratería es imposible si se desconoce dónde y cómo están. Por ello, la primera tarea para las comunidades autónomas será, en opinión de Noriega, realizar una carta náutica que señale los pecios (yacimientos submarinos) conocidos. Una tarea que, tras ganar la licitación del proyecto en Ceuta, llevará a cabo Nerea, a las órdenes de Fernando Villada, director del Servicio de Cultura de dicha Comunidad autónoma. El presupuesto de este proyecto es de 45.000 euros.

Optimismo relativo

Odyssey ha marcado un antes y un después en la concienciación de los españoles respecto a nuestros tesoros submarinos. Pero se ha pagado un alto precio, dice Lancho, quien insiste en que se podrá ganar el juicio contra los cazatesoros de Florida, pero en todo caso el pecio o pecios de donde se ha extraído el tesoro ha quedado perdido para la historia. "La concienciación ciudadana acerca de la importancia del patrimonio histórico sumergido debe ser un objetivo fundamental de cualquier nuevo marco normativo", afirma el abogado de Nerea, que añade que "en cualquier caso deben primar los criterios técnicos sobre otras consideraciones, incluso políticas".

Por lo que se refiere a OMEX, el miércoles el abogado que representa a España, James Goold, presentó en Tampa las alegaciones previas al juicio por el tesoro del Cisne Negro, que se celebrará el próximo día 29. Aunque a principios de agosto publicamos que el juez había retirado a Odyssey la custodia del tesoro, en realidad eso sólo fue una ficción jurídica; Odyssey sólo tuvo que entregar al marshall una pieza simbólica y sigue conservando el resto del tesoro, por extraño que parezca. Frente a la reclamación contra España por perjuicios relativos a la retención de sus barcos, la respuesta española es que una empresa no puede denunciar a un país soberano ante un tribunal ordinario.
Por lo que hace al resultado del juicio, el ministro de Cultura, César Antonio Molina, manifestaba el lunes a ABC que la querella sería "ejemplar" y que empresas como Odyssey tenían "los días contados en nuestras aguas: no puede venir cualquiera a hacer lo que le da la gana". Sin embargo, al ladrón hay que pillarle con las manos en la masa y el hecho es que Odyssey se llevó el tesoro a EEUU.

Javier Noriega es de los que está convencido de que el juez norteamericano reconocerá el valor histórico de los restos arqueológicos extraídos por OMEX, y que por tanto no deben venderse. "No sabemos a ciencia cierta qué ha hecho esta compañía en estas aguas. El objeto mercantil de esta compañía dictado en sus bases deja bien claro, venta de artilugios y material arqueológico procedentes del fondo marino. Odyssey lleva siete años en nuestras aguas.

¿Qué esperamos que hayan hecho? Daño, porque el patrimonio arqueológico ha sido la gran víctima. 417 localizaciones de yacimientos han sido registrados, filmados y vete a saber que más".