La cofradía de Cartagena reclama a la Comunidad que regule las inmersiones «masivas» en la reserva marina y amenaza con bloquear el puerto

Mala mar en la reserva marina de Cabo de Palos-Islas Hormigas, un espacio natural protegido de 19 kilómetros cuadrados –el único de este tipo en la Región– en el que la convivencia entre pescadores y clubes de buceo es cada vez más complicada por el «abuso» en el número de inmersiones, según la queja de la cofradía de Cartagena, que ha enviado una carta a la Comunidad Autónoma para que regule esta actividad recreativa.

«Las inmersiones son masivas, pueden tirarse al mar 4.000 buceadores en un día fuerte de verano y hasta 500 en un fin de semana de temporada baja. En el puente hubo entre 700 y 800», asegura el patrón mayor de la cofradía cartagenera, Bartolomé Navarro, quien advierte de que tanta actividad perjudica las artes de pesca. «Las capturas no dejan de disminuir», advierte, «y las cigalas, los cigarrones y los meros están desapareciendo», señaló ayer a ‘La Verdad’. «Esto se ha ido de las manos y no hay control alguno. Este año ni siquiera hay presupuesto para la vigilancia. Ni un euro. Y entre el desparrame de las inmersiones y los furtivos no levantamos cabeza», avisa.

El cupo máximo de inmersiones –establecido mediante una Orden de la Consejería de Agricultura y Agua de julio de 2001– es de 75 buceadores al día en temporada alta y 37 en temporada baja. «Esta fuerte presión del buceo podría suponer efectos negativos para la reserva, como se ha reconocido por investigadores de la Universidad de Murcia en los estudios de seguimiento realizados para la Comunidad Autónoma» –hasta un 70% de los meros han desaparecido–, señalan los pescadores en un comunicado suscrito también por la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE).

«La misma directora general de Ganadería y Pesca reconocía hace pocos meses la necesidad de regular esta actividad, aunque no se ha avanzado nada al respecto, mientras la vigilancia de la reserva cuenta con menos medios», señalan ecologistas y profesionales del mar. Consideran además que «la Comunidad Autónoma y el Estado –la gestión es mixta– deberían retomar la Comisión de Seguimiento de la reserva como órgano de participación en el que los diferentes sectores implicados conozcan los planes de las administraciones y puedan aportar sugerencias, opinar y participar en los diferentes aspectos relacionados con la ordenación y regulación de usos».

Recogida de firmas

Los pescadores se sienten el ‘hermano pobre’ de la reserva y sospechan que la Comunidad no quiere regular el buceo recreativo por motivos turísticos, «cuando ya solo quedan siete barcos de pesca y sin embargo cada vez hay más clubes de buceo», se lamenta Bartolomé Navarro. Tan grande es su descontento que están recogiendo firmas –«en Cabo de Palos, en Los Belones, en La Manga... llevamos más de 4.000»– y amenazan con bloquear el puerto los fines de semana «si la Comunidad Autónoma no nos atiende».

La directora general de Ganadería y Pesca, Carmen Teodora Morales, no atendió ayer una petición de información de ‘La Verdad’ sobre la gestión de la reserva marina.

«No queremos acabar con la gallina de los huevos de oro»

La cifra de 4.000 inmersiones diarias «es un disparate», según el presidente de la Asociación de Centros de Buceo, Daniel Martínez, quien sin embargo es consciente de la necesidad de una ordenación del espacio protegido «que sea productiva para todos. Como mucho ahora puede haber 400 inmersiones en un día de verano, 40 por cada uno de los 10 centros. Sabemos que la posible aplicación de medidas restrictivas nos afectará, pero lo asumimos porque no queremos acabar con la gallina de los huevos de oro», explica. Daniel Martínez opina que las cifras de inmersiones estipuladas en 2001 no son asumibles, y que por ese motivo hay en marcha una «hoja de ruta» con la Comunidad para establecer una normativa «adaptada a los tiempos».


http://lospiesenlatierra.laverdad.es