Los voluntarios que participaron en la jornada de limpieza desarrollada en la playa capitalina sacaron 350 kilos de basura, 300 de ellos del fondo del mar

"Van a cerrar el mar y no vamos a poder bañarnos, ni pescar, ni bucear. Mi abuela lo ha oído en las noticias". Con esta rotundidad comenzó ayer el teatrillo de marionetas que tuvo lugar en la playa de Las Teresitas, dentro de una campaña destinada a concienciar a los ciudadanos de la importancia que tiene no tirar basura a la arena ni al agua. Y mientras las marionetas trataban de llamar la atención de los niños con un cuento sobre el medio ambiente, éstos seguían muy atentos los diálogos que los muñecos mantenían con los peces del mar, intoxicados por los plásticos que flotan en el mar.Pero esta fue sólo una de las actividades que ayer se desarrollaron en Las Teresitas, ya que hubo muchas otras relacionadas con el medio ambiente: limpieza de la playa y del fondo marino, talleres de educación ambiental, competiciones deportivas, sesiones de gimnasia, y hasta una suelta de pardelas para devolverlas al mar. Desde las diez de la mañana y hasta las dos de la tarde, la playa más grande de Santa Cruz se convirtió así en una aula gigante donde se enseñó a cuidar el entorno natural.
Y para conseguirlo acudieron a la cita buceadores, piragüistas, voluntarios de la Cruz Roja, grupos de personas mayores, animadores, deportistas, un buen número de asociaciones, y familias enteras. Entre estas familias se encontraba la de Enzo González, que fue con su mujer y sus hijos para participar en la limpieza de la arena. "Lo que tiene esta playa son muchas colillas. Parece como si el fumador asumiera que las colillas vienen con el paisaje, con el entorno natural", se quejó.
No obstante, y en comparación con otras playas chicharreras, Las Teresitas no estaba muy sucia. Silvia Montoya, miembro de la asociación de mayores Acote y asidua de esta playa, aseguró ayer que ella y sus compañeros no habían visto mucha basura en la arena. "Esta playa está más o menos bien mantenida. Lo que hemos encontrado son cartoncitos, algún recipiente de bebidas, tapas de botella, algún pedazo de vidrio... Pero ninguno de nosotros hemos llenado las bolsas". Esta mujer también se había llevado con ella a sus dos nietos para que aprendiesen a no ensuciar el entorno y a tirar la basura a las papeleras.
La limpieza de ayer se llevó a cabo en la arena y en la zona de aparcamientos de la playa, así como en el fondo marino del área de baño. En total, se sacaron unos 350 kilos de basura, 300 de ellos del fondo del mar. La basura retirada de tierra se componía de colillas, latas, plásticos, cristales... "En realidad, lo que sacamos fueron cosas muy pequeñas", informó Pedro Millán, presidente de la Fundación Santa Cruz Sostenible, entidad organizadora de esta campaña junto al Cabildo. Otra cuestión fueron los desperdicios acumulados en el fondo que, según Millán, consistían en muchos utensilios de pesca, como cabos, tubos de escape de los barcos, un motor eléctrico y jaulas. También había plásticos, botellas, chapas metálicas y hasta una rueda de un coche.
Así que los que más trabajo tuvieron ayer fueron los buceadores. Entre los clubes y centros de buceo que acudieron a la cita se encontraba el Club Deportivo Naturasub, que ya ha participado en varias limpiezas de los fondos marinos tinerfeños y sus socios están acostumbrados a ver de todo. Su presidente, Victoriano Ledesma, informó que han encontrado hasta baterías de barco.
Con unos 20 kilos de peso a la espalda cada uno, los buceadores fueron trasladados en lanchas y por grupos hasta la zona donde están los barcos de pesca, ya que es la parte de mar más sucia de toda la playa. Ledesma colabora siempre que puede en este tipo de actividades, ya que conoce bien la riqueza natural que hay en el fondo del mar: "Nuestras costas son las mejores para bucear. Tienen unas aguas cristalinas y la temperatura no baja nunca de los 17 grados".
Siguiendo de cerca a los buceadores estaban los piragüistas, que se encargaban de llevar hasta la orilla la basura que se sacaba del fondo del mar. El presidente del Club de Piragüismo San Andrés, Asensio Rodríguez, informó que cada uno de ellos habían hecho entre cuatro y cinco viajes cargados de basura, incluyendo una rueda de coche. "Un poco más y sacan todas las partes de un coche", indicó en alusión a la cantidad de desperdicios que se encontraron en el mar.
Su compañero, Alejandro Fajardo, opinó que en España debería de pasar lo que en Alemania: "Allí, cuando compras una botella de bebida, te cobran unos céntimos de más por el recipiente, y ese dinero te lo devuelven si tú devuelves la botella". De esta forma, "no ves ni una botella por la calle, ya que la gente las entregan para sacar un dinero".
Mientras los piragüistas y los buceadores estaban en el mar, en la arena se llevaban a cabo juegos para concienciar sobre el medio ambiente. Por ejemplo, en una de las mesas una voluntaria de Cruz Roja explicaba cuánta agua se necesita para elaborar ciertos productos. Así, un kilo de carne de res supone un gasto de 16.000 litros de agua, ya que se cuenta todo el líquido necesario en la cría de un animal. Y una copa de brandy lleva detrás un consumo de 2.000 litros de agua. "Los productos más elaborados son los que más gasto de agua hacen", informó. De esta forma, las personas que había allí se enteraron de que para conseguir un kilo de queso se tienen que consumir 5.300 litros, y para tener un paquete de papas fritas, 185 litros. Todos estos datos se recogen en el informe de la Unesco: Huellas de agua de las naciones.
Justo al lado, José Luis Villarín, también de la Cruz Roja, había preparado un Tres en Raya con botellas recicladas. Los jugadores sólo podían mover ficha (en este caso botella) si adivinaban las preguntas que les hacía este voluntario. Entre ellas, ¿en qué continente se consume menos agua por habitante? La respuesta: África. "La idea es informar a la gente de que hay lugares donde no hay agua suficiente y que algún día también podemos llegar a la misma situación si no la consumimos con prudencia. Por ejemplo, ducharnos en lugar de bañarnos", aconsejó este voluntario.
Otra de las actividades que tuvieron mucho éxito fue la suelta de seis pardelas cenicientas. Estas aves viven en el mar y sólo se acercan a tierra en junio y julio para nidificar. Sin embargo, la contaminación lumínica las desorienta y las hace caer a tierra, de donde ya no se mueven. "Se han rescatado pardelas incluso en la azotea del centro comercial Meridiano, debajo de las mesas de las terrazas", informó Juan Carlos Sánchez, de la Cruz Roja.
Tras la información que Yayi Martín, del Cabildo de Tenerife, dio al público sobre estas aves, todo el mundo se dirigió hasta la escollera para soltarlas. Entre las seis personas que tuvieron el privilegio de poner en libertad a las pardelas estaba el alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez, quien agradeció a todos los voluntarios su participación en la campaña y resaltó que mantener limpias las playas "es una tarea de todos, no sólo del Ayuntamiento". "Y mantenerlas limpias simplemente significa ensuciar menos", añadió.
Las pardelas grises tienen 1,25 metros de envergadura y 50 centímetros de longitud. En Canarias nidifican en los acantilados y barrancos. Su plumaje gris las distingue de las gaviotas, así como su pico curvado hacia abajo.
Toda la gente que ayer acudió a ver esta suelta de aves siguió con expectación la reacción de las mismas, ya que algunas de ellas tardaron en coger el vuelo. Finalmente, y después de ponerlas en libertad, la gente volvió a la playa, a la zona donde está la Cruz Roja, para continuar participando en las actividades. Una de las últimas que se llevaron a cabo fue una sesión de ejercicios físicos para recargar pilas y ver la vida de forma más positiva. Casi toda la jornada se desarrolló bajo un cielo gris, pero con muy buena temperatura. Y la música no dejó de sonar en toda la mañana para animar a los bañistas a colaborar en la campaña.

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