Familiares y amigos despidieron ayer en la iglesia de Las Mercedes de Las Arenas a esta getxotarra de 30 años, en la UCI desde el pasado día 3
Ayer se celebró el funeral por la muerte de A. Z., la joven que sufrió un accidente el pasado día 3 mientras participaba en un curso de submarinismo en Castro. La chica, que ingresó ese mismo día en el hospital de Cruces, permanecía desde entonces en estado de coma en la Unidad de Cuidados Intensivos. Fue la madrugada del miércoles 29 de agosto, sobre las 01.45 horas, cuando se produjo el fatal desenlace.
A las 19.00 horas de ayer, familiares, amigos, compañeros de trabajo y vecinos de Getxo quisieron acercarse a la iglesia de Las Mercedes de las Arenas para despedir a esta joven ingeniera getxotarra, de 30 años, que llevaba 26 días debatiéndose entre la vida y la muerte.
La investigación abierta por la Guardia Civil para esclarecer las causas del suceso ya ha sido cerrada, pero la familia, que interpuso una denuncia por negligencia al club organizador del curso, todavía no tiene conocimiento de las conclusiones obtenidas, que permitirán averiguar si la víctima tuvo algún problema cuando se encontraba a ocho metros de profundidad bajo el agua o si el equipo de buceo no se encontraba en buen estado. La familia se encuentra a la espera de saber qué es lo que ocurrió para que esta joven -«inteligente y sensata, deportista, que practicaba surf y se encontraba en perfecto estado de salud », dicen- fuera sacada del agua en esas condiciones. Creen que «pasó demasiado tiempo hasta que la monitora se dio cuenta de que le había ocurrido algo». Los médicos explicaron, en este sentido, que el cerebro de la joven llevaba tiempo sin recibir oxígeno.
El accidente se produjo el pasado día 3 en el municipio cántabro de Castro, en una zona conocida como muelle solarium San Luis, frente a la playa de Brazomar, donde es habitual encontrar gente practicando submarinismo, puesto que no hay mucha profundidad y las aguas suelen estar en calma. La joven se encontraba allí en su primer día de inmersión acuática, acompañada de la profesora del cursillo de buceo en el que se había inscrito y del resto de alumnos.
Poco antes de las seis de la tarde, la instructora aseguró haberla perdido de vista «durante unos segundos» y haberla localizado «ya inconsciente». Entonces, alertó a los socorristas de la playa, que se lanzaron al mar para rescatarla. Cuando lograron sacarla del agua, la joven se encontraba en parada cardiorrespiratoria. Dos ambulancias de la DYA se desplazaron al puerto de Castro y el equipo médico de urgencias le practicó un masaje cardíaco durante veinte minutos hasta que la joven recuperó el pulso.
Fue evacuada en estado grave al hospital de Cruces, donde después de realizarle diversas pruebas en el Servicio de Urgencias para determinar el alcance de sus lesiones, quedó ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos en coma.
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