El patrimonio cultural sumergido en las costas de Gran Canaria tendrá una conservación similar al de los yacimientos arqueológicos que se encuentran en tierra firme. Ese es el objetivo de la moción institucional aprobada ayer por el Pleno del Cabildo de Gran Canaria, en la que se insta al Gobierno autónomo y a los ministerios de Defensa y de Educación y Cultura a desarrollar el Plan Nacional de Protección del Patrimonio Cultural Subacuático, en el que se pueden incluir los pecios y restos históricos de zonas como la Playa del Agujero, el antiguo Muelle de San Telmo, la Bahía de Gando o la Playa del Burrero. La Unesco considera como patrimonio cultural subacuático a "todos los rastros de existencia humana que tengan un carácter cultural, histórico o arqueológico, que hayan estado bajo el agua, parcial o totalmente, de forma periódica o continua, por lo menos durante 100 años". Con esa premisa, el Cabildo busca la inclusión del Archipiélago, y por ende de Gran Canaria, en el programa anual de prospecciones para completar la carta arqueológica subacuática.
También se solicitará un acuerdo entre los ministerios de Educación y de Defensa para que la Armada vigile y custodie los bienes sumergidos en el litoral de la isla. La moción consensuada entre los cinco grupos políticos del Cabildo, impulsada por el consejero Larry Álvarez, señala que el patrimonio arqueológico subacuático "es uno de los más desconocidos, de ahí que el área de Cultura intente "sentar las bases para una eficaz conservación, protección y aprecio social".
Los trabajos que ya ha promovido por el Cabildo han permitido obtener una imagen actualizada de la naturaleza y estado de conservación de los cuatro principales pecios conocidos hasta el momento en Gran Canaria.
Así, el pecio de la Playa del Agujero corresponde a los restos de casco o cubierta de una embarcación y un conjunto de catorce piezas de artillería diseminadas a su alrededor. Las primeras estimaciones permiten suponer que se trataría de un buque tipo fragata o corbeta que se hundió en la costa norte de Gran Canaria en la segunda mitad del siglo XVII.
Hallazgo
El pecio de San Telmo fue descubierto en 2008 en el curso de los trabajos previos a la instalación del dique sur- contradique del cierre del Puerto. Se trata de, al menos, los restos de una embarcación conservada parcialmente, cuya adscripción cronológica podría situarse entre los siglos XVI-XVIII. Asociado a ella se documentaron abundantes materiales tales como piezas de artillería, objetos metálicos, cerámica y vidrio.
La trascendencia histórica de la Bahía de Gando está certificada desde época bajomedieval, con la presencia de navegantes europeos que utilizaron esta rada como fondeadero natural. Sin embargo, la presencia de un escollo marino -la baja de Gando- fue causante directo de distintos naufragios en esta zona de Gran Canaria.
La existencia en Gando de repertorios arqueológicos submarinos situados entre los siglos XV al XIX es un hecho también contrastado. Los pecios más conocidos de este entorno son el Ville de Pará y el Alfonso XII, ambos hundidos a fines del siglo XIX. El primero de ellos es un paquebote francés en un óptimo estado de conservación y al que se asocian abundantes materiales arqueológicos. El vapor español Alfonso XII es uno de los pecios más frecuentados por buceadores deportivos y, además, el que ha sido más castigado por el expolio.
El hallazgo en 1961 de tres cañones a escasos 10 metros de la Playa del Burrero constituye la primera referencia sobre este yacimiento. Los restos del pecio, fechado entre los siglos XVI-XVIII, se encuentran parcialmente sepultados por el relleno del dique instalado en este lugar hace diez años.


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