La isla de Utila, en el Caribe de Honduras, se alista para celebrar el
Primer Festival de Buceo del 18 al 25 de agosto próximo, que reunirá a
principiantes y profesionales de EE UU y Centroamérica.


Uno de los coordinadores del festival, Rich Astley, dijo este viernes a periodistas que las diferentes escuelas de buceo que operan en la isla, alrededor de una docena, están colaborando con diversas actividades y la promoción para que el evento resulte exitoso de principio a fin.

Agregó que a Utila se le reconoce en el mundo como el sitio donde se logra la certificación como buceador al coste más bajo, entre 200 y 500 dólares, lo que permite extender hasta unas 12.000 certificaciones por año.

Utila, con unos 40 kilómetros cuadrados, es la más pequeña de las tres islas que conforman el departamento de Islas de la Bahía, una de las regiones de mayor atractivo turístico que tiene Honduras por los hermosos arrecifes que las rodean, sus aguas cristalinas, playas blancas y otros encantos naturales.

Una de las escuelas de buceo es la del Hotel Capitán Morgan, que tiene entre sus instructores a una pareja de catalanes que llegó a Utila hace un poco más de un año y que, según dijeron a Acan-Efe, ahora no se quieren ir, por tanta belleza que ofrece la isla.

Se trata de Carla Alcalde, licenciada en turismo y dirección hotelera, y su esposo, Uriol Pares, quien comenzó a bucear a los doce años.

Alcalde dijo que Utila tiene “un potencial turístico” con precio moderado para el visitante que se quiera quedar en hoteles o alquilar casas y otros servicios para disfrutar su estancia.

Agregó que es instructora de buceo y que desde marzo pasado lleva la administración del hotel Capitán Morgan, el que está siendo remodelado para ofrecer otros productos diferentes.


Carla explicó que decidió venir a Utila porque “en España la crisis económica está muy fuerte” y porque generaciones como la suya, de los años 80, no tienen oportunidades de trabajo.

“Salidos de la carrera, no tenemos mucha oportunidad y decidimos cambiar de oficio, irnos al buceo, hacernos instructor y estar con los peces cada día por, qué no, y en el Caribe”, comentó sonriendo.

Añadió que “de momento no hay fecha de regreso” a Barcelona, que ahora Utila es su casa y que aún con los catorce años de experiencia profesional, cambió su vida por el buceo, aunque ahora está combinando ambas actividades en el Capitán Morgan.

Su esposo Uriol indicó que Utila es “una zona marina maravillosa” y que lo que más le ha “sorprendido”, son el coral y “las paredes muy profundas” que tiene, en las que se puede descender hasta unos 60 metros.

“Soy de Barcelona y el cambio ha sido maravilloso, no me quiero ir más de aquí, me quiero quedar”, enfatizó Uriol, quien además relató que empezó a bucear a los doce años, que siempre ha deseado dedicarse a eso, y que aunque ejercía otra actividad en España, dejó “todo” para venir a Honduras.

“Tuve la oportunidad de venir aquí, lo dejé todo, piso, coche, familia, amigos, para venir a Honduras y no me arrepiento. Vine con mi mujer, no nos vamos a ir de aquí en un tiempo”, acotó.

Utila ofrece a los buceadores no sólo sus coloridos arrecifes que forman parte de la segunda barrera de coral más grande del mundo después de la de Australia, sino también otras atracciones en las profundidades como el avistamiento del hermoso tiburón ballena.

Cuevas con agua dulce, una vegetación siempre verde, especies endémicas como la iguana negra, una rica gastronomía nacional e internacional y una alegre vida nocturna, figuran entre muchos atractivos de Utila, en la que viven muchos nacionales y extranjeros que llegaron y nunca más regresaron a su lugar de origen.

De esto último dan fe el estadounidense Kevin Ingwersen, propietario del Hotel Capitán Morgan, quien llegó hace 18 años a la isla, y la hondureña Emilia Melara, que lo hizo hace unos seis.

Mejor no pudo ser para Emilia, quien ahora es la esposa de Kevin, con quien impulsa varios proyectos.

Kevin es además presidente de la Asociación de Centros de Buceo de Utila, la isla hondureña donde hay muchas facilidades para bucear y habitaciones desde siete hasta más de 500 dólares.

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