El Centro de Arqueología Subacuática y el Instituto Catalán del Corcho (ICSuro) han realizado un estudio comparativo entre tapones de corcho encontrados en en ánforas subacuáticas de finales de siglo I a.C en el pecio de Cap de Volt en el municipio de Port de La Selva, con más de 2.000 años, y cierres actuales. El estudio concluye que los tapones de corcho han mantenido sus componentes principales (lignina, suberina y polisacáridos) y que su estructura celular se ha conservado intacta pese a las condiciones del fondo marino. Con este estudio se pretende demostrar la durabilidad del corcho a lo largo de la historia, incluso en condiciones adversas como las del fondo marino y reafirma la idoneidad de la utilización de los tapones de corcho para conservar el líquido que transportaban en las ánforas vinarias y que siguen siendo el material por excelencia para preservar vinos y cavas.



El Museo de Arqueología de Cataluña en Empúries ha acogido el acto de presentación de las conclusiones del estudio que compara tapones de corcho actuales con tapones de corcho con más de 2.000 años de antigüedad encontrados en ánforas subacuáticas de finales de siglo I a.C en el pecio de Cap de Volt en el municipio de Port de La Selva.

Las personalidades participantes en el acto han sido: Antoni Baulida, director de Servicios Territoriales de Cultura en Girona; Victor Puga, alcalde accidental de La Escala; Marta Santos, directora del Museo de Arqueología de Cataluña- Empúries; Christian Serarols, director de Servicios Territoriales de Empresa y Ocupación en Girona; Manel Pretel, director del ICSuro; Ivan Fernández, técnico del ICSuro y coordinador del proyecto y Gustau Vivar del Centro de Arqueología Subacuática (CASC).

Con este estudio se pretende demostrar la durabilidad del corcho a lo largo de la historia, incluso en condiciones adversas como las del fondo marino. Se han estudiado los componentes principales del corcho como son la lignina, la suberina y los polisacáridos que lo hacen elástico, compresible y el material idóneo para adaptarse al cuello de la botella y conservar, con el ingreso adecuado de oxígeno, vinos y cavas.

Así mismo, también se ha analizado su estructura celular comprobando que no se ha degradado de manera significativa por la acción del agua.

Esta investigación ha permitido reafirmar la idoneidad de la utilización de los tapones de corcho para conservar el líquido que transportaban en las ánforas vinarias y que siguen siendo el material por excelencia para preservar vinos y cavas.

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