La vida en La Restinga, la zona más afectada por la erupción
submarina que ocurrió frente a su costa el pasado 10 de octubre, asoma
lentamente pero la pesca tendrá que esperar, pese a los augurios
positivos del prestigioso biólogo Alberto Brito, de la Universidad de La
Laguna.


Ni siquiera la Semana Santa, según cuentan los vecinos y empresarios
del pequeño pueblo de pescadores, ha supuesto un alivio económico para
ellos, aunque algunos “respiran”, nunca mejor dicho, con la apertura de
la reserva marina a la actividad del buceo, la principal ‘industria’ de
La Restinga junto a la pesca y la hostelería, pese al paradójico anuncio
de Sanidad de levantar la recomendación de no consumir pescado de la
zona. “¿Pero qué pescado, si de aquí no hay?”, nos comentaba una
hostelera.


12 meses por delante


Fernando Gutiérrez, presidente de la cofradía de pescadores de La
Restinga, se mostró contundente a la hora de evaluar que “el
levantamiento de la prohibición de comer pescado de la zona está bien,
pero hay que recordar que el pescado ha desaparecido completamente y
que al menos hasta dentro de un año no se podrá pescar aquí”, poniendo
como ejemplo que la vieja, la captura más valioso, tarda un año y medio
en alcanzar un peso de captura y que tiene “todavía que venir, poner los
huevos y crecer en nuestro litoral, es un cosa que se cae de maduro y
que por lo que veo pocos entienden”, afirma Fernando Gutiérrez, que en
el caso del mero, otra de las especies más cotizadas en el Mar de las
Calmas, “debemos esperar casi cinco años, porque crece a un kilo por
año”, mientras reconoce que la única especie que ha sobrevivido a la
erupción volcánica del pasado 10 de octubre ha sido la morena. Un volcán
que según Gutiérrez “parece que está muriendo, aunque sigue soltando
gases”, afirma.


El sector de la pesca en La Restinga ha recibido ayudas por los seis
meses que llevan parado y ahora han solicitado un año de paro biológico.
“Quien me conoce saben que he sido muy critico con los nacionalistas,
pero he de reconocer que el Gobierno de Canarias ha sido el único que
nos ha ayudado, porque parece que La Restinga no existe para el Gobierno
de España, ni el de antes ni el de ahora”, recalca.


Poco movimiento


El presidente de la cofradía recuerda asimismo que la pesca en La
Restinga es prácticamente de bajura, porque “el atún hace casi diez años
que no viene por aquí, aunque algún barco de Tenerife, mientras hemos
estado parados nosotros, ha cogido algún barrilete que otro”.

Si la vida en el mar deberá esperar al menos un año, el sector de la
hostelería comienza a recuperarse, pero de manera lentamente. Inma,
propietaria de la tasca Las Lajas, reconoce que “esta semana, por las
vacaciones, se ve algo más de movimiento, pero mientras las agencias de
viaje sigan recomendando no venir a La Restinga no nos vamos a recuperar
este año”, aunque agradece que al menos el sector del buceo haya
recuperado la actividad en toda la reserva marina. “Mi marido -Francisco
Armas, del club Meridiano Cero- ya ha podido hacer hoy inmersiones en
La Herradura y El Bajón”, en donde afirma “se han podido venir alevines,
pero poca cosa más”.


Más optimista, sin embargo, es Alberto Brito, catedrático de Biología
Marina de la Universidad de La Laguna para quien la recuperación del
ecosistema del Mar de Las Calmas “será rápida”. Para él, tras la
modificación del ecosistema submarino debido a los efectos de la
erupción submarina, los fondos de la reserva marina recuperan
rápidamente su vida, y “la presencia de algas y pequeños ejemplares como
la sardinilla y la caballa está atrayendo de nuevo hacia la la zona de
la reserva a los grandes ejemplares”, algo que ponían en duda los
pescadores de la zona.


Según el biólogo Brito, los investigadores de la ULL han constatado
el bienestar de las algas y el aumento de la productividad de las aguas
del Mar de las Calmas, lo que ha incrementado el volumen del peces
pelágicos que producen una atracción sobre peces como “abades o
medregales”.


Brito aseguró en La Restinga que a las fueras de la reserva marina
los efectos de la erupción submarina han sido nulos y existen
condiciones perfectas para la practica del submarinismo.


Brito, coincidiendo con el portavoz de los pescadores locales,
Fernando Gutiérrez, señaló que “un paro biológico de un año” sería
vital para agilizar “el proceso de recuperación en la zona”.

Escasa ocupación

La Asociación de la Pequeña y Mediana empresa de la Isla de El Hierro
(Apyme) calificó de “muy preocupante” el nivel de ocupación en la isla
durante Semana Santa. La asociación empresarial herreña se basa en una
reciente encuesta sobre ocupación turística realizado entre diferentes
empresarios del sector, para conocer de primera mano las previsiones de
ocupación en este periodo vacacional. En un comunicado, Apyme señala que
los datos obtenidos en esta encuesta muestran que el promedio en lo que
a reservas se refiere en hoteles y apartamentos de la isla es de un
41,60%. Por municipios, el de Valverde obtiene un porcentaje del 60,67%;
mientras que el de La Frontera representa el 64,13%, y el municipio de
El Pinar, el 15,22% del total, señala la asociación empresarial herreña.
El perfil de las reservas indica que el visitante es mayoritariamente
de origen canario.

El buque de investigación oceanográfica Hespérides efectuó la semana
pasada sondeos batimétricos frente a la costa de La Restinga para seguir
la evolución del relieve marino provocado por el volcán submarino
localizado en la zona, según informó la Armada.

El Hespérides pasó por las Islas Canarias de regreso de su vigésimo
octava campaña antártica y se trasladó hace unos días a su base en
Cartagena (Murcia).


Esta nave de la Armada, uno los barcos científicos más avanzadas que
posee España, aprovechó su tránsito por El Hierro para colaborar en la
recogida de datos para el Plan Especial de Protección Civil y Atención
de Emergencias por Riesgo Volcánico de Canarias (Pevolca).


El Hespérides realizó varias líneas de prospección en el Mar de
Calmas para determinar el punto de mayor altura del edificio volcánico y
comprobar posibles variaciones desde la última batimetría, y tras
cotejar los estudios llevados a cabo por otro buque oceanográfico, el
Ramón Margalef, en este caso del Instituto Español Oceanográfico (IEO),
comprobó que no había en el área variaciones significativas. Hay que
recordar que cuando hace justamente un mes se dio por finalizada la
erupción submarina de La Restinga, el equipo científico del Pevolca
estimó que el cráter del volcán se había quedado a 88 metros de la
superficie, una distancia que según los estudios del Hespérides no ha
variado.


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