Rodaje submarino pionero en las Cíes

[The diving journalist]

Expertos de Investigaciones Marinas inician un proyecto para estudiar la reproducción de cefalópodos en Islas Atlánticas con imágenes inéditas de una puesta de choco en una vieja nasa

Una hora de filmación que incluye las primeras imágenes de puestas de choco y pulpo en los fondos de Cíes. El proyecto del Instituto de Investigaciones Marinas-CSIC para el estudio de la reproducción de ambos cefalópodos y también del calamar en aguas del parque nacional arrancó hace solo unos días con la primera salida al archipiélago. El grupo liderado por Ángel Guerra recogió datos oceanográficos y realizó las primeras tomas de un documental que mostrará al público la importancia y biodiversidad de esta zona protegida.
El equipo ha programado dos visitas mensuales a Cíes hasta final de año y continuará con el muestreo durante 2013 para poder determinar cómo se reproducen las tres especies, los lugares de preferencia para la puesta y alevinaje, las épocas de cría, las tasas de fecundidad y desarrollo embrionario a distintas temperaturas, entre otros objetivos.
El proyecto coordinado por Guerra, que suma décadas de experiencia en cefalópodos, compitió entre más de 150 propuestas para desarrollar en la red de parques nacionales remitidas desde universidades y centros de investigación de todo el país y el ministerio decidió otorgarle la segunda mayor financiación –135.700 euros– hasta 2015.
El estudio, el primero que se realiza en un parque marítimo-terreste español, se desarrollará de forma paralela en el de Cabrera, donde el muestreo arrancará este mismo mes de la mano del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (Imedea).
La primera salida a Cíes tuvo lugar el pasado día 30 de marzo a bordo de la embarcación Maregalia 1 y se desarrolló en el canal conocido como "Ceo da Porta", una zona arenosa entre las islas norte y sur de Cíes y próxima al islote de Viños. Los buzos pudieron grabar "a unos 10 o 12 metros de profundidad" puestas de pulpo y también la de una hembra de choco que depositó sus huevos en una vieja nasa abandonada.
Este primer censo visual, una técnica de observación no lesiva, comprendió una zona de 400 metro y también sirvió para certificar la limpieza y biodiversidad de la zona, puesto que se hallaron pintos, maragatos, lenguados o rayas.
Los investigadores han dividido la zona marítima de Cíes en cincuenta y una cuadrículas que muestrearán de forma aleatoria. "El 70% de las inmersiones se realizarán en aguas del interior y el 30% en el exterior porque las primeras ofrecen mejores condiciones para la puesta según los datos que manejamos de proyectos anteriores y por la experiencia de los buzos", explica Guerra.
Los investigadores descenderán hasta los 35 metros de profundidad y realizarán dos censos visuales en cada salida a las Cíes. También se registrarán datos oceanográficos como salinidad y temperatura para determinar qué hábitats eligen los cefalópodos para la puesta y se tomarán muestras de los huevos para conocer el desarrollo embrionario y determinar la presencia o no de parásitos.
Además de avanzar en el conocimiento de estas tres especies de interés comercial y comparar los fondos de Islas Atlánticas y Cabrera, el estudio servirá a los gestores del parque gallego para tomar medidas de cara a su protección. "Si hay más puestas, habrá más juveniles y, por tanto, más choco, pulpo y calamar en la Ría. Es un estudio que va en beneficio de todos. No se trata de prohibir, sino de defender las zonas que pueden ser de cría", concluye Guerra.

Un documental a caballo entre Vigo y Cabrera
El equipo de Guerra lleva años estudiando los cefalópodos que habitan en las rías gallegas. En 2010, las imágenes rodadas por el biólogo y submarinista Manuel E. Garci que mostraban cómo un choco fijaba sus huevos en la cola de un caballito de mar dieron la vuelta al mundo.
Los investigadores han previsto ochenta inmersiones en Cíes hasta final de año para recoger imágenes tan sorprendentes como aquella ycon el colorido de las reproducidas sobre estas líneas, que muestran, por este orden, dos ejemplares de choco y varias puestas fijadas a corales, gusanos marinos y algas.
Las tres especies estudiadas fijan sus puestas a diferentes fondos, desde suelos a plantas o rocas. Una hembra de choco –Sepia officinalis– puede depositar entre 400 y 800 huevos en forma de racimos, mientras que las crías del calamar –Loligo vulgaris– salen de una especie de flor con decenas de miles huevos. El pulpo –Octopus vulgaris– es la única de las tres que permanece al cuidado de su camada, que puede llegar a los 500.000 huevos.
Las imágenes obtenidas por los buzos, que volverán a Cíes el día 10, se completarán con filmaciones desde el barco, en tierra y aéreas en un documental "científico y divulgativo" que comparará los parques de Islas Atlánticas y Cabrera: "Expondremos al público para qué sirve una zona protegida y será muy interesante ver cómo las ecologías de los cefalópodos son diferentes a pesar de ser especies comunes", apunta Guerra. También se reflejará la "pérdida de la biodiversidad cultural y pesquera", ya que en ambas zonas se han perdido aparejos y artes de pesca y sus diferentes legislaciones. La de Cabrera es más estricta y no está permitida la pesca.