Un equipo formado por investigadores de varios países ribereños del mar Mediterráneo, en el que participan biólogos de la Universidad Autónoma de Madrid, lograron censar 955 especies invasoras en el mar Mediterráneo, procedentes casi todas de mares más cálidos. Realizar este tipo de estudios es el primer paso para frenar una homogenización de las poblaciones de los distintos mares y océanos, subrayan los investigadores.

Branchiomma boholense, un poliqueto sabélido del Indo-Pacífico que fue encontrada en el mar Menor y cuyo hallazgo fue publicado por los investigadores de la UAM Eduardo López y Sara Román.

Por el Mare Nostrum se han desplazado desde las épocas más antiguas innumerables embarcaciones, intercambiando ideas, mercancías, especies agrícolas y ganaderas. Pero también, de forma más silenciosa, numerosas especies de animales y plantas de pequeño tamaño que han pasado totalmente desapercibidas, fijadas sobre los cascos o con el agua de lastre.

Este proceso ha adquirido una enorme dimensión en épocas recientes debido a dos factores principales: incremento de navegación de grandes buques procedentes de áreas muy alejadas, y la apertura de vías que rompieron barreras geográficas, como es la apertura del canal de Suez, que ha puesto en contacto el Indo-Pacífico con el Mediterráneo a través del Mar Rojo.

Dada esta situación, un equipo formado por investigadores de Grecia, España, Francia, Italia y Turquía, en el que participan biólogos de la Universidad Autónoma de Madrid, se propuso evaluar y analizar el estado de las especies marinas invasoras en el Mediterráneo. Los resultados de su trabajo, publicado en la revista Mediterranean Marine Science, indican un total de 955 especies invasoras, casi todas procedentes de mares más cálidos. Aunque estos datos permiten ya valorar la magnitud del proceso de invasión en el Mediterráneo, se asume que el número real de especies invasoras es bastante más elevado.

Los autores siguen en su trabajo las distinciones entre las cuatro subregiones biogeográficas definidas en la Directiva Estrategia Marco de la Unión Europea, con la finalidad de organizar los datos más eficientemente y analizar en qué zonas el proceso de invasión es más intenso y en cuáles lo es menos. El trabajo aporta además los conocimientos necesarios para regular políticas ambientales que cubran las estrategias para conservar el Mediterráneo lo mejor posible.

El este del Mediterráneo, el área de más incidencia

El área con mayor incidencia de invasores de aguas cálidas es el este del Mediterráneo (88,4%), seguido por el Mediterráneo central (72,8%), el oeste del Mediterráneo (59,3%), y el Adriático (56,1%). Las especies invasoras de aguas frías se concentran sobre todo en el Adriático.

El área con mayor número total de invasores es el Este del Mediterráneo (718), luego el Oeste (328), el Mediterráneo Central (267) y el Adriático (171). En el Mediterráneo Occidental predominan macrófitos (algas visibles sin microscopio), mientras que en el Mediterráneo oriental son los poliquetos, crustáceos, moluscos y peces los grupos que preferentemente han invadido el área.

El grupo animal del que se han censado más especies invasoras es el de los Moluscos (212), seguidos de los Crustáceos (153), peces (149) y Anélidos Poliquetos (129), seguidos a bastante distancia por los restantes grupos de invertebrados, pero con muy pocas especies invasoras registradas.

En lo referente a los hábitats, son los puertos e instalaciones artificiales donde se han establecido mejor y de manera estable la mayoría de las especies invasoras, ya que se trata de oportunistas que aprovechan las condiciones poco propicias para las especies nativas para instalarse y expandirse.

Los investigadores resalta que el proceso de invasión claramente no ha finalizado, y que posiblemente el número de especies invasoras conocidas aumente con rapidez. Pero documentar el proceso es el primer paso para buscar soluciones y frenar, en la medida de lo posible, una homogenización de las poblaciones de los distintos mares y océanos.