Como en el más famoso cantar de gesta que narra cómo el tesoro del germano cazador de dragones Sigfrido fue ocultado bajo las aguas del Rin tras su asesinato, la epopeya de un botín sumergido durante siglos llega ahora a nuestro país. Los acordes de los Nibelungos nos sirven de inmejorable marco para admirar ‘El tesoro de los bárbaros’, una muestra que llega a final de mes a Alicante para empaparnos de una de las etapas más interesantes, y aún llena de claroscuros, de la Historia Antigua: la decadencia del Imperio Romano.

La exposición, mimada por el Museo Arqueológico Provincial de Alicante hasta el próximo octubre, mostrará las más de 700 piezas prestadas para esta ocasión por el Museo Histórico del Palatinado (Espira, Alemania), y que forman parte del Tesoro de Neupotz, una suerte de joyas y utensilios cotidianos, artesanales y agrícolas fruto de saqueos a los romanos y escondidos bajo las aguas del Rin durante siglos. Las excavaciones subacuáticas realizadas entre 1967 y 1983 sacaron a la luz uno de los mayores conjuntos de metal de la época romana.

Para el mítico Edward Gibbon (‘Historia de la decadencia y caída del Imperio Romano’), lo sorprendente no fue que Roma cayera, sino que tardara tanto en hacerlo. Época convulsa como pocas, la civilización del siglo III aporta a los historiadores más dudas que resoluciones. Para ayudar a comprender esta apasionante franja de la Historia, cuando el Imperio se encontraba sumido en una difícil crisis y las tribus germanas amenazaban sus fronteras en el Norte de Europa, la muestra acompaña las piezas exhibidas con material audiovisual de excepcional aporte didáctico, así como de una serie de reconstrucciones de la época.

¿Se imaginan viajar al año 260 de nuestra era y caminar, como lo hicieron los ‘antiguos alamanes’, por una calzada romana de regreso hacia la llamada ‘Germania libre’? ¿Y contemplar a escala el Altar de Augsburgo, conmemoración de la victoria de las legiones romanas sobre los jutungos? ¿Y quizá visitar un gran templo como los documentados en el sur de la antigua Galia o deambular por un mercado romano?

‘El tesoro de los bárbaros’, que se presenta este viernes en la Biblioteca Nacional de Madrid antes de su estreno en Alicante, distribuye las piezas en distintos ambientes. La vida cotidiana la representan los calderos, ollas o coladores, mientras que las hoces y hachas nos hablan de los aparejos rurales usados. Las actividades artesanales, por su parte, estarán representadas por las piezas de mayor valor estético, como el famoso espejo con el relieve de la diosa Minerva. Pero sin duda, llamarán su atención una pareja de copas de plata. Tras el saqueo a los romanos y justo antes de cruzar el río se producía el llamado "reparto del tesoro", hecho que los asistentes podrán recrear al observar dos hermosas copas de plata de gran valor fragmentadas con un hacha.

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