En la costa venezolana, desde la Península de Paraguaná hasta la Isla de Margarita, hay unos 5 mil registros correspondientes a unas 120 especies marinas, incluidas fauna, algas y otros invertebrados, que habitan litorales rocosos y praderas de pastos.
Los anteriores son resultados del proyecto Geografía Natural de Aguas Costeras, una suerte de capítulo venezolano del Censo de la Vida Marina, desplegado por 80 países entre los años 2000 y 2010. En él trabajaron investigadores como Patricia Miloslavich, integrante del Departamento de Estudios Ambientales de la Universidad Simón Bolívar.
La doctora en Oceanografía y profesora de Biología Marina participó este miércoles en el foro “El agua, un recurso apreciado por muchos y valorado por pocos”, con ponencia titulada “La Biodiversidad del Mar”.
Ríos como el Aroa y Tuy no sólo aportan agua dulce a la cuenca del mar Caribe sino sedimentos que podrían alterar la biodiversidad, advirtió Miloslavich. En el sistema IOVIS, de libre acceso en Internet, está recogida toda la base de datos con las 12 mil especies marinas del Caribe y 250 mil del mundo.
Desbalance

En Venezuela más del 80% del agua superficial se genera al sur del Orinoco y, contrariamente, el líquido es más escaso donde se concentra la mayoría de la población, dibujó Rodolfo Castillo, gerente de Proyectos de la ONG BioParques, parte de la red AveAgua, quien respondió en su ponencia a la pregunta “¿De dónde viene y a dónde va el agua?”
Alrededor del 70% del agua extraída de los cuerpos y cursos mundiales es empleado en la agricultura. Sólo el resto está destinado a consumo doméstico e industrial. “El planeta tiene sed porque tiene hambre. Necesitamos mucha agua para producir alimentos”, reflexionó el biólogo sobre el lema de la efeméride este año (Agua y seguridad alimentaria).
El organizador de la actividad Faruk Bagdah, director de Cuencas Hidrográficas de la Secretaría de Ambiente del Gobierno de Carabobo, precisó que en el foro participaron docentes de las escuelas estadales, estudiantes y colectividad en general.
Previsto en la agenda desde enero, el foro buscó promover la educación ambiental y la preservación de los espacios naturales. “No se trató de un acto de proselitismo político”, aclaró.


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