Se corre el riesgo de depredar la biomasa de la especie con consecuencias funestas para la actividad pesquera.

El director estatal de Desarrollo Pesquero, Delfín Quesada Domínguez, reconoció que hace falta una mejor regulación de la captura de pepino de mar en la entidad, pues se corre el riesgo de depredar la biomasa de la especie con consecuencias funestas para la actividad pesquera.

En entrevista con Notimex, dijo el alto precio que se paga por ese recurso (más de mil pesos por un kilogramo) propicia la ambición de muchos empresarios y pescadores, lo que pone en riesgo el equilibrio ecológico en el litoral yucateco.

"El problema es que los ribereños serán los más afectados por que escaseará o se alejarán otras especies como el mero, langosta y pulpo, por ello las autoridades federales que otorgan permisos para la captura de ese recurso deben implementar medidas de seguridad más fuertes", consideró.

La realidad es que hay un descontrol en la captura de pepino de mar ante la avalancha de pescadores de los cuales entre 17 y 19 terminan descompresionados diariamente y se han suscitado dos muertes por esa causa en lo que va del año, declaró.

Esos accidentes se deben a que muchos pescadores deciden entrarle a la captura sin el equipo adecuado, sin experiencia de buceo y aún así bajan hasta 30 metros de profundidad y "ahí viene el problema".

Quesada Domínguez responsabilizó a la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca) de no regular bien la actividad, ya que ofrecieron 200 permisos y al final solo otorgaron 57.

Además, no invierten recursos para la capacitación en actividades de buceo, lo que lleva a un desorden total en la captura de la citada especie cuyo valor comercial es muy atractivo, subrayó.

"En dos años seguramente vamos a observar los efectos negativos por la captación incontrolada de la especie que es un filtro que evita la contaminación del mar y es alimento de algunas otras especies vitales para la economía pesquera como la langosta", finalizó.


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