En las profundidades del puerto de Cádiz se ha localizado un nuevo pecio, el segundo hasta el momento, durante las prospecciones arqueológicas que se desarrollan en la zona, donde se realiza el dragado del fondo marino para la construcción de un nuevo muelle.
Junto a este segundo pecio, los arqueólogos han podido recuperar tres lingotes de plata, dos monedas, el peto de una coraza y dos planchas de cobre que se utilizaban para acuñar monedas. A la espera de estudios más profundos y nuevas prospecciones, Carmen García Rivera, directora del Centro Andaluz de Arqueología Subacuática (CAS), es cautelosa a la hora de fechar los hallazgos.
Reitera que, "por ahora, son solo hipótesis", pero las piezas podrían corresponder a los siglos XVI y XVII, en el caso de las monedas y la coraza, y los pecios datarían del siglo XVIII. Lo que sí tiene claro la responsable del CAS y la delegada provincial de Cultura de la Junta, Yolanda Peinado, es que se trata de un hallazgo "de valor incalculable desde el punto de vista histórico".
Junto a estas piezas, los técnicos del CAS han localizado troncos de madera de guayacón, un árbol procedente de América. Los primeros estudios apuntan a que los pecios encontrados podrían cubrir la ruta del comercio con las Américas.
Además, los análisis realizados a las monedas localizadas sitúan su procedencia en México. García Rivera ha explicado que la moneda tiene grabados todos los escudos del Reino de España, a excepción del de Portugal, por lo que se pudo acuñar en fecha posterior a la independencia del país vecino, en 1640, aunque este hecho no fue reconocido por España hasta 1668. Los datos históricos fecharían esta pieza durante el reinado del último de los Austrias, Carlos II, muerto en 1700 sin descendencia.
Los tres lingotes de plata superan el 99 por ciento de pureza, lo que queda demostrado por las inscripciones numéricas que conservan, además del sello de haber pagado las regalías de la época para poder embarcarlos y reseñas de su propietario. Tienen pesos de 12, 22 y 26 kilos, respectivamente, y su procedencia sigue siendo estudiada para poder obtener con exactitud su fecha y origen, aunque se baraja la posibilidad de que sea anterior a 1651.
Por el momento, desde el CAS no han confirmado que las piezas encontradas y los pecios estén relacionados, al igual que el peto de la coraza y las monedas, ya que se han hallado en tres zonas de prospección distintas, aunque todas en los fondos del puerto de Cádiz.
La poca visibilidad y la acumulación de fangos están dificultando los trabajos de los buzos del CAS, lo que está "condicionando la efectividad de las prospecciones". Los pecios han sido localizados a 12 metros de profundidad y desde ahora los técnicos trabajan las 24 horas del día desde las dragas, que paran cada hora y media, para inspeccionar los residuos obtenidos del fondo marino. La intención es realizar futuras prospecciones ante la posibilidad de localizar nuevos restos.


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