Todos los buceadores recuerdan su primera inmersión. No hay ninguno que no se refiera a esa sensación inigualable de libertad y de ingravidez siempre que la conversación sobre esa primera inmersión aparece. Poder respirar bajo el agua, durante minutos, girar sorbe ti mismo en la inmensidad del mar, escuchar tu propia respiración, ser consciente de que te encuentras a varios metros de la superficie… esas sensaciones atrapan a la gran mayoría de buceadores que las buscan constantemente. Una y otra vez.



Todos podemos disfrutar del buceo independientemente de nuestras cualidades físicas. No hay que ser especialmente atlético para poder sumergirme varios metros. Las cualidades físicas no son las que permiten disfrutar del contacto con la naturaleza salvaje. En el buceo es más importante tu capacidad de asombro, tu sensibilidad, tu habilidad para disfrutar de esa comunión con la naturaleza más que tus músculos. Cada uno de nosotros siente algo completamente distinto ya no solo dentro del agua, sino simplemente observándolo desde la orilla. El mar no discrimina a nadie y nos deja a cada uno de nosotros disfrutar de él de una manera única y diferente. Esa es una de las grandezas del buceo.
A través del buceo adaptado todos podemos tener esas mismas sensaciones. El buceo adaptado son las actividades subacuáticas, tanto en apnea como con equipo autónomo, que realizan personas con discapacidades físicas. Lo único que necesitas para poder ser buceador adaptado son una serie de ajustes técnicos y de material y saber nadar. Nada más.
Cualquiera de nosotros podemos compartir un espacio, en teoría incompatible con nuestra naturaleza, con infinidad de especies salvajes. Si tú te sorprendes ante esos animales ágiles y rápidos bajo el agua, ellos también se muestran curiosos ante ese ser enorme y torpe que expulsa curiosas burbujas. Esa es otra de las grandezas del buceo. Solo en el mar estarás rodeado de miles de especies salvajes que no suponen el más mínimo peligro para el buceador y que incluso es posible que se acerquen a ti para saber “qué” eres.

A estas sensaciones hay que sumar que, para poder practicar buceo, sea adaptado o no, hay que hacerlo en grupo, en la mayoría de los casos con gente que acabas de conocer. El buceo es una actividad eminentemente social que ayuda enormemente a personas con discapacidad. Compartir el trayecto hasta el punto de buceo, la preparación del equipo, la comunicación por signos bajo el agua, el rato posterior hablando de la inmersión, la fauna de la que hemos disfrutado… al buceador lo único que le importa de su compañero es poder compartir su pasión: el buceo, el mar.
Si las sensaciones que disfrutan los buceadores son especiales y únicas, en un buceador adaptado se multiplican. Los beneficios emocionales, físicos y sociales son incontables. Esa sensación de libertad de movimientos es mayor para las personas que sienten cada día que hay millones de barreras que tienen que sortear. En el mar esas barreras son las mismas para todos y hay que tener en cuenta una cosa importante… ¡estás viviendo bajo el agua! Somos muy pocos a lo largo de la historia de la humanidad los que hemos conseguido sobrevivir unos minutos en un entorno hostil como es el océano. Bucear es un privilegio que no puede ser desaprovechado por nadie.
Cuentan los instructores de buceo que los rostros de satisfacción de las personas con discapacidad que salen a la superficie tras su primera inmersión son indescriptibles. Dicen que durante esa primera inmersión se dan cuenta de que no hay nada que nos diferencie a los unos de los otros… y también cuentan que la satisfacción de los instructores que acercan el fondo del mar a una persona con discapacidad es mayor que la del propio buceador adaptado. Las palabras de agradecimiento y la expresión de emoción enganchan a ese instructor a hacerlo una y otra vez.
En España hay varios centros de buceo que promueven esta actividad y cuentan con las certificaciones necesarias para formar a deportistas discapacitados. Rivemar (uno de los pioneros en nuestros país en esta disciplina), El Cortijo Subacuático o Subparke son algunos de los centros que realizan cursos de buceo adaptado.
Sentirte un privilegiado capaz de vivir en un entorno que no es el tuyo es posible por todos nosotros gracias al buceo adaptado. Los buceadores con discapacidad pueden sentir las sensaciones del submarinismo igual que cualquiera. En el mar las barreras físicas que nos ponemos a nosotros mismos en el día a día no existen. Verás que en tu primera inmersión las únicas barreras las pone el mar y son para todos iguales. En cierto modo, bajo el mar todos somos discapacitados, benditos discapacitados.





http://fordivers.com/