Cómo decíamos en un post anterior el equipamiento de buceo se puede dividir en dos partes: equipo ligero de buceo y equipo pesado. Este equipo pesado es el que caracteriza al submarinista clásico, la llamada escafandra autónoma, o también conocido por sus siglas inglesas como SCUBA (Self Contained Underwater Breathing Apparatus).
Botella para buceo

Es donde se guarda el aire que vamos a respirar. Es aire atmosférico exactamente igual al que respiramos en la superficie. Por lo tanto no es la bombona de oxígeno como muchas veces, erróneamente, se suele denominar. Puede ser de acero o aluminio, las primeras son más pesadas y precisan menos lastre, y las segundas más ligeras y por lo tanto necesitan menos plomo. Las hay de varias capacidades, siendo las más extendidas las de 12 litros, existiendo también de 10 l., 15 l., 18l., y bibotellas. La presión normal de llenado se sitúa en 200 Atm.
Las botellas tienen en su parte superior la apertura, conocida como grifo, que habrá que abrir para permitir la salida del aire. En algunos lugares todavía existen viejas botellas con el antiguo sistema de reserva consistente en un mecanismo que se accionaba a través de una varilla, y liberaba una pequeña cantidad de aire suplementario. Este sistema ha sido sustituido por el uso del manómetro. Este aparato con aspecto de reloj, se encarga de medir la presión del aire que resta en la botella en el equipo pesado de buceo. De este modo el buceador sabe en todo momento el aire del que dispone. Es un método mucho más seguro y fiable que el anterior.
Una parte a destacar de la botella es el sistema que tiene de adaptarse al regulador. Existen dos, siendo por lo general transformables en uno u otro a través de una rosca. El denominado DIN y el INT (este es el más extendido).
Regulador para buceo

Podríamos decir que aunque todo es importante, es ésta la pieza fundamental el equipo pesado de buceo. Es el aparto encargado de porporcionarmos aire bajo el agua, y como hemos visto, su desarrollo supuso el nacimiento del buceo recreativo, tal y como hoy se entiende. Los reguladores han evolucionado desde los primeros modelos, los bitráqueas, llamados así por los dos tubos que salían a ambos lados de la boca del buceador, a los modernos monotráquea, con un solo tubo, más cómodos y sencillos. Los reguladores son, en cualquier caso, aparatos delicados que conviene tratar con delicadeza y lavar siempre con agua dulce después de cada uso. En caso de avería lo mejor es encaminarse al servicio técnico para evitar males mayores.
La función del regulador es doble, por una parte reducir la presión del aire de la botella a la presión ambiente, pues de otro modo sería imposible inhalarlo; y por otra regular el caudal de aire cada vez que tenemos necesidad de respirar. Se divide en dos partes, una llamada primera etapa y otra denominada segunda etapa, unida a la anterior por un latiguillo de goma, y que es la se pone en la boca.
Como puede suponerse existe una gran variedad de tipos y marcas para el equipamiento pesado de buceo, capaces de satisfacer toda la gama de necesidades posibles, desde la iniciación al buceo técnico. Deberemos elegir en función del uso que pensemos darle. Los reguladores se dividen básicamente entre los de pistón y los de membrana, y dentro de cada uno de ellos pueden tener o no el mecanismo compensado. El más simple es el de pistón, resulta un aparato resistente, apto para principiantes y son los clásicos en los cursos y en los alquileres de los centros de buceo. Su principal inconveniente es que a partir de cierta profundidad se vuelven duros, costando más esfuerzo extraer el aire para respirar. Si prevemos que vamos a realizar inmersiones profundas o técnicas, es más interesante decantarse por un modelo de membrana, que nos proporcionará mayor caudal de aire en cualquier situación y profundidad.
Un elemento muy interesante y que últimamente ha incrementado su uso es el octopus o regulador de emergencia. Consiste en un segundo regulador, o mejor dicho, una segunda etapa adicional. En caso de cualquier situación anómala nos permite hacer uso de él para cualquier compañero o incluso para nosotros mismos, en caso de avería del principal. Se gana en seguridad, y eso debe ser siempre lo primero a tener en cuenta.
Chaleco para buceo

El chaleco hidrostático, también llamado jacket o B.C.D. (Buoyancy Compensator Device) en su terminología anglosajona, ha sido una de las últimas incorporaciones al mundo del submarinismo deportivo. En épocas pasadas la flotabilidad se compensaba únicamente con el lastre y el juego del aire en los pulmones. Posteriormente se pasó a los collarines, una especie de flotador alrededor del cuello con su botellín de gas independiente, y por fin, se llegó al chaleco. El chaleco, como su nombre indica, posee esa forma y es donde, a través de unos atalajes, va sujeta la botella. Esta prenda del equipamiento pesado de buceo posee un doble forro que permite su inflado con aire. El llenado se realiza de dos maneras por medio de un largo tubo, la traquea, inflándolo con la boca, o bien directamente con aire a presión proveniente de la botella por medio de un latiguillo al que se encuentra conectado. El vaciado se efectúa, según los modelos, por un botón de purga y un número variable de válvulas.
De este modo estamos en posesión de una especie de ascensor submarino, que nos permitirá ascender y descender a voluntad con el mínimo esfuerzo. El lograr un perfecto equilibrio bajo el agua nos ayudará a mejorar nuestro consumo, y a lo que es más importante, a cuidar el medio ambiente marino. Es probablemente ésta, la parte del equipo pesado de buceo, que más trabajo cuesta dominar. Es frecuente que en los inicios suframos continuas subidas y bajadas. Hay que tener cuidado para evitar accidentes de sobrepresión. Su total domino es imprescindible para poder efectuar inmersiones profundas que requieran descompresión.


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