Un estudio realizado de forma conjunta por el grupo Biodiversidad Ecológica Marina y Conservación (BIOECOMAC) de la Universidad de La Laguna (Tenerife), investigadores de la Universidad de Aarhus (Dinamarca), y el Instituto Oceanográfico Woods Hole (Estados Unidos), ha descubierto que los calderones tropicales producen llamadas sociales para comunicarse con los compañeros que permanecen en superficie mientras ellos bucean a más de 1.000 metros de profundidad para cazar. Gracias a esta investigación también se ha podido demostrar que este tipo de cetáceos bucea en busca de presas tanto de día como de noche, con cambios en sus estrategias de caza dependiendo del tipo de animal y la distancia a la que se encuentra de la superficie.
El calderón tropical ('Globicephala macrorhynchus') o de aleta corta es una especie de hábitos oceánicos que se encuentra distribuida por todo el archipiélago canario. La población establecida en el suroeste de Tenerife está formada por alrededor de 300 individuos.
Estos animales han desarrollado un complejo sistema de sacos nasales, que les sirven como reservatorios de aire para la producción acústica cuando están sumergidos.
Los resultados de este estudio se basan en las señales producidas por las marcas acústicas de alta resolución (Dtags), que se adhirieron a doce calderones por medio de ventosas. Con ellas se pudieron registrar los sonidos que emitían estos cetáceos, la profundidad a la que se encontraban y los cambios de aceleración que realizaban cuando perseguían a sus presas.
La metodología aplicada permite analizar el comportamiento acústico de esta especie sin provocar cambios en sus hábitos naturales, brindando a los investigadores una oportunidad para comprender mejor las complejas relaciones sociales que poseen estos animales.
Esta investigación permitió conocer que la frecuencia de los sonidos no cambiaba al aumentar la profundidad. Sin embargo, el número de llamadas y su duración se reduce a mayor presión. De las 474 llamadas realizadas durante los buceos, la mayoría, un 66 por ciento, se produce durante la fase de ascenso, lo que apoya la hipótesis de que sirven para restablecer el contacto con los miembros de su grupo que permanecen en la superficie.
BARCOS A MOTOR

Estas llamadas pueden resultar enmascaradas por el ruido que producen los barcos a motor en las áreas donde se congregan los calderones, lo cual podría dificultar que los individuos que se encuentran buceando contacten con los de superficie.
El estudio ha sido publicado en la revista 'Proceedings of the Royal Society' y está financiado por la Sociedad Oceanográfica de EE UU, gracias a un acuerdo entre la Universidad de La Laguna y el Instituto Oceanográfico Woods Hole.
Cuenta, además, con el apoyo de la Escuela de Doctorado para las Ciencias Marinas (SOAS) y la Universidad de Arthus. La investigación ha podido desarrollarse gracias a un permiso otorgado por Gobierno de Canarias.

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