National Geographic ha publicado lo que pronto será una fotografía clásica. En ella se ve a un tiburón tragándose a otro entero.


La fotografía fue tomada por Daniela Ceccarelli, del Centro de Excelencia para el Estudio de los Arrecifes Coralinos del Consejo de Investigaciones de Australia. Ceccarelli se encontraba buceando con su colega, el investigador David Williamson, haciendo un censo de la población marina en las costas de Great Keppel Island, parte del Gran Arrecife Coralino del país. Fue entonces cuando vio lo que pensó que era un tiburón bamboa muy cerca del fondo.
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“Lo primero que me llamó la atención fue la blancura traslúcida de la bamboa”, le respondió Ceccarelli en un correo electrónico a National Geographic. Sin embargo, en la medida en que se acercaba, comenzó a notar un tiburón alfombra (los llamados wobbegong) camuflado, saliendo de su refugio, con el tiburón bamboa parcialmente atrapado entre sus mandíbulas.


“Era bastante claro que la cabeza de la bamboa estaba dentro de su boca”, añade. “La bamboa no hacía ninguna resistencia, por lo que era de suponer que estaba muerta”.


Según explica la revista New Scientist, los Wobbegongs, también conocidos como tiburones alfombra, son depredadores silentes, que esperan ocultos en el fondo oceánico por sus presas. A pesar de lo sorprendente que esta foto pueda parecer, no es raro que los Wobbegong devoren presas grandes.


De la misma manera que varias especies de serpientes, poseen mandíbulas dislocables y los dientes apuntando hacia atrás, lo que le permite consumir presas desproporcionadamente grandes.


Aunque atacan a los humanos con cierta regularidad, no se trata por lo general de una rutina de caza intencional, sino que más bien de un reflejo defensivo después que el tiburón ha sido “agredido” por alguien que lo pisa inadvertidamente.


Los ataques de tiburones disminuyeron en los Estados Unidos durante el pasado año, pero las muertes por agresiones de escualos en todo el mundo se duplicaron en el 2012, con 12 muertes reportadas, todas ellas fuera de los Estados Unidos. Florida mantiene el récord nacional de más ataques, con 11 de las 29 agresiones reportadas en los Estados Unidos.


“Nuestro mayor número de muertes son esencialmente en lugares alejados y de difícil acceso, donde no existe la misma cantidad ni calidad de opciones de atención médica disponibles”, le explicó George Burness, director de Shark Attack File, a Gannett. ¨Por lo regular tampoco tienen grandes historiales de ataques de tiburones en esas regiones, por lo que no disponen de un plan de contingencia, como el que existe en Florida”.

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