Tras 208 años, el cargamento de «La Mercedes» regresaba a España. Dos Hércules lo transportaron hasta Torrejón y de ahí viajó hasta la Secretaría de Estado de Cultura, donde ya lo custodian.
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Cuatro años y nueve meses, que en días son unos 1.550. Es el tiempo que Odyssey Marine Exploration, la compañía que expolió el pecio de la fragata «Nuestra Señora de La Mercedes» en 2007 nos ha tenido en vilo sin saber si la carga que traía el barco iba a regresar algún día a España. Ésta es la historia de uno de los regresos más esperados y de una historia de piratas del mar en pleno siglo XXI (nada que ver con el Jack Sparrow que interpreta Johnny Deppen lapantalla) a la que se pone punto y seguido (de momento) con final feliz.

13:50, llegan los Hércules
Faltaban diez minutos para las dos de la tarde cuando dos Hércules del Ejército del Aire, el 31/54 y el 31/02 tomaban tierra en la base aérea de Torrejón de Ardoz, en Madrid, con apenas unos minutos de diferencia. A pesar de que el recibimiento quedó un tanto desangelado (por parte del Ministerio de Cultura estaba a pie de pista el director general de Bellas Artes, pero ni de Exteriores ni de Defensa hubo representación ni declaraciones), el calor lo puso el sol, pues ayer lució un día espectacular. Las voces de los periodistas, peleando por situar el micro y la cámara en el mejor lugar, callaron cuando en el horizonte se divisaron las dos naves. El sonido de los motores era impresionante, igual que el silencio. Se escuchaban los chasquidos de las cámaras, poco más. Pasadas las dos de la tarde los aviones se situaban frente a los medios. El 31/54 dejaba ver tímidamente la carga: las cajas estaban ahí, tapadas por plásticos negros y aún con el «jet lag» en el cuerpo de propileno.

El comandante Tobías
Los protagonistas fueron ayer la Guardia Civil y la Policía Nacional, la Brigada de Patrimonio y el cuerpo especial de la UCO. Todos ellos han dado batalla a Odyssey durante estos cuatro años eternos. Ayer no disimulaban su alegría. El primero en hablar fue el comandante Miguel Ángel Tobías Martínez, piloto de uno de los Hércules y miembro del ala 31 del Ejército del Aire y que fue presentado por el general Yagüe, jefe de la base aérea de Torrejón como «el héroe de esta misión». Desveló que habían viajado cuatro palets con las cajas en uno de los aviones y tres en la otra y que el tiempo había sido infernal: «Hemos tenido un poco de todo: tormentas y el tiempo típico de la zona. Desde Tampa volamos hasta la base de McDill y allí comenzó a estropearse la climatología. Nos detuvimos y examinamos el tiempo para valorar las opciones que teníamos, porque uno de los aviones es cisterna y el otro no, y sus variables de vuelo son diferentes».

Dos aviones, dos rutas
Con la tormenta en el cielo y mirando el reloj, algo había que hacer. El comandante decidió entonces que tomaran distinto rumbo: uno se dirigió hacia Saint John y el otro optó por Lages, en Las Azores, ruta norte, ruta sur. Después coincidieron en suelo español y aterrizaron con apenas unos minutos de diferencia. Muchas han sido las misiones que el comandante Tobías ha pilotado y se siente orgulloso de todas, aunque «a esta la tenemos especial cariño, porque se trata de recuperar una parte de nuestro patrimonio», asegura, y recalca que el apoyo que han recibido por parte del Ejército del Aire de Estados Unidos ha sido excepcional».

El tesoro, en un lugar seguro
El general José Cuasante, jefe de la Policía Judicial de la Guardia Civil, fue el siguiente en tomar la palabra en el aeródromo militar y explicó que el Cuerpo se encargará «del traslado y la custodia del tesoro para ponerlo en un lugar seguro a disposición del Juzgado nº 3 de la Línea de la Concepción y pasarlo posteriormente a Cultura». Y entonces llegó la pregunta que todos tenemos en la cabeza: ¿Dónde va a depositarse el tesoro? No hay respuesta. Es un secreto de Estado y no se puede comprometer su seguridad. Los periodistas lo entienden pero lo pregunta de otra manera, por si cuela a la segunda, pero tampoco. Y hasta hay una tercera, vano intento. En un lugar seguro o seguro que en algún lugar, tanto da.

El destino es Cultura
Comienzan, entonces las especulaciones y las quinielas: ¿En el Banco de España? ¿En su cámara acorazada? ¿En el Museo Arqueológico? No hay respuesta. Sin embargo, como todo tesón tiene su recompensa salimos de dudas a pocas horas de la llegada de la carga. La Nacional A-2 está trufada de seguridad, lo que hace suponer que a Madrid va, seguro. A media tarde, al menos cuatro camiones enfilan la ruta hacia el centro de la ciudad. El convoy se detiene en pleno centro, lo que acota aún más las posibilidades. El despliegue es espectacular, parece una película, ahora que estamos ya a pocas horas de los Oscar. La Guardia Civil y la Policía Municipal cortaban el tráfico en las calles cercanas a la Plaza del Rey, la sede de la Secreataría de Estado de Cultura, que albergará el tesoro, no queda ninguna duda. La Secretaría de Estado es el lugar elegido. De los camiones blancos de la empresa de transportes SIT descendían los embalajes con las cajas. El cargamento estará custodiado por las Fuerzas de Seguridad de Estado, que han estado acompañadas durante el viaje de Torrejón al centro de Madrid por un helicóptero.

¿Veremos las monedas?
Es otra de las preguntas de los 380.000 euros (que es el valor que Odyssey ha dado al tesoro de 595.000 monedas). Por supuesto que las veremos exhibidas, pero a partir de ahora se abre una nueva etapa que se prolongará durante un tiempo. Se trata de catalogación, examen, investigación y estudio de todo el material por parte de los técnicos de diferentes museos y organismos. Nadie quiere pillarse los dedos y no se dan plazos temporales: «Llevará meses», es la respuesta más escuchada, la que ofrecía, por ejemplo, a este diario el director general de Bellas Artes, Jesús Prieto. ¿A qué museos viajarán? También es una incógnita. En principio se dijo, quizá con cierta ligereza, que no se erraba si se daban como sedes el Museo Naval, el Arqueológico y el Subacuático de Cartagena. Monedas hay para todos, pero es necesario esperar para saber cuáles de ellas se deberían exponer de este poco más de medio millón de piezas.

¿Más piezas en Gibraltar?
Ya lo adelantábamos en estas páginas. Pueden ser 59 las que Odyssey ha dejado almacenadas en Gibraltar y que no pudo o no quiso transportar hacia Estados Unidos. La Guardia Civil investiga por orden del juzgado de La Línea de la Concepción si Odyssey entregó toda la carga o no. El fiscal de Algeciras, Juan Cisneros, explicó a Efe que de momento no se puede hacer reclamación a Gibraltar porque no hay constancia de que allí haya piezas expoliadas a la fragata.

Perú se hace oír, de nuevo
Reclama, que algo queda. Perú pide su parte del botín y ha solicitado la Corte Suprema de de EE UU revise el «caso Odyssey» la inmovilización del tesoro. ¿Motivo? El Gobierno de aquel país argumenta que las monedas de «La Mercedes» fueron elaboradas con materia prima de minas que actualmente se encuentran en territorio peruano y acuñadas en la Ceca de Lima.

El detalle
¿QUIÉN ES EL DE LA Gabardina larga?

Fue uno de los primeros en descender de los aviones, pero no se arrogó ni un minuto de protagonismo. Lucía una gabardina larguísima entre verde y ocre. Se le notaba cansado mientras arrastraba una maleta negra por mitad de la pista. Se daba un aire al televisivo detective Colombo. Y no paraba de sonreír. ¿Quién es? Era James Goold en carne mortal, el abogado de la prestigiosa firma Covington & Burling que ha conseguido lo que parecía imposible: que el tesoro regresara a España. Hablaba con Jorge del Corral, agregado cultural de la embajada de España en Washington. Y no dejaba de sonreír. No era para menos. Desde las vallas que separaban a la Prensa le gritamos: «Mister Goold». Y él se volvió un segundo.
Estaba sonriendo.

Greg Stemm, por la boca muere el pez
Las declaraciones del presidente de Odyssey Marine Exploration a lo largo de estos años no tienen desperdicio. Lean.
-«Odyssey ha demostrado en repetidas ocasiones a España que quiere colaborar de buena fe».
-«Si la Corte fallara a favor del Gobierno español, es muy posible que en el futuro buscadores con menos escrúpulos que nosotros no recurran a los tribunales estadounidenses y decidan vender las monedas y artefactos extraídos en el mercado negro o en e-Bay».
-«Ya veremos al final quién se queda con las monedas».


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