Las Islas Canarias no sólo albergan la ma-yor biodiversidad de cetáceos
de las regiones circundantes, sino que están en la ruta migratoria de
las seis especies de la familia de los rorcuales que habitan en el
Atlántico Norte. Sin embargo, lo que realmente distingue al Archipiélago
es ser uno de los pocos lugares del mundo con poblaciones residentes
de cetáceos de buceo profundo y además cerca de la costa: Tenerife
alberga una importante colonia de calderón de aleta corta y en El Hierro
son residentes el zifio de Blainville y el de Cuvier.
Las poblaciones costeras de cetáceos en Canarias han permitido estudiar a
los calderones y zifios utilizando unas marcas de adherencia por
ventosas, que proveen datos de sus vocalizaciones, comportamiento de
buceo y técnicas de caza. Estos estudios han demostrado que ambos se
alimentan a profundidades similares, que pueden exceder un kilómetro,
pero lo hacen de forma muy distinta.

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