La semana pasada, medios de prensa local y nacional informaron ampliamente sobre la suspensión del juez de Galápagos que tramitó el caso conocido como Fer Mary, una embarcación de pesca industrial interceptada dentro de la Reserva Marina de Galápagos por la Dirección del Parque Nacional Galápagos -el pasado mes de Julio- con más de 350 tiburones muertos. El caso hizo noticia el año pasado, no sólo por la captura ilegal de especies protegidas en una reserva marina, sino también por la pobre respuesta judicial que recibió de parte de la justicia local.
De acuerdo con los medios de prensa, la suspensión del juez se relaciona a las resoluciones adoptadas en el caso Fer Mary. Este es un avance importante para la aplicación de la legislación ambiental, ya que refleja la creciente preocupación de las autoridades judiciales nacionales acerca de cómo el sistema judicial Galápagos responde a causas ambientales, en particular en términos de acceso a la justicia y debido proceso.

Según la ley ecuatoriana, la suspensión de un juez se aplica en situaciones consideradas como graves y urgentes. La suspensión dura 90 días, tiempo en que los jueces dejan sus despachos mientras se tramitan sumarios disciplinarios en su contra. El juez de Galápagos que está bajo investigación de la autoridad judicial nacional es quien, el pasado 23 de diciembre anuló todo lo actuado en el caso de Fer Mary.

De conformidad con la legislación ecuatoriana, los tiburones son especies protegidas. Su captura dentro de la Reserva Marina de Galápagos constituye delito ambiental tipificado y sancionado por la Ley de Galápagos y el Código Penal de Ecuador.

Desde la fecha de detección de la embarcación Fer Mary, Sea Shepherd ha estado monitoreando este caso. En Agosto del 2011, Sea Shepherd promovió una iniciativa para representar a los tiburones en la corte de justicia local. En un esfuerzo conjunto de varias organizaciones un informe jurídico (Amicus Curiae) fue presentado en Septiembre del 2011 en defensa de los tiburones capturados dentro de la Reserva Marina de Galápagos. El Amicus Curiae prevalecerá como testimonio de la defensa de los tiburones, especie magnífica de los océanos.


Más información: www.seashepherd.es